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Bryant vuelve a sentirse jugador en la derrota de Lakers ante T-Wolves

LOS ÁNGELES -- Ni mirada febril ni nada. Kobe Bryant volvió a competir más de nueve meses después de lesionarse el hombro y tan solo le faltó la victoria de Los Angeles Lakers ante Minnesota Timberwolves, que vencieron (112-111). Aquella fue la tercera lesión que sufrió en tres años, y otra vez más, tuvo que decir adiós a la temporada por verse obligado a pasar por quirófano. Y así, como el que vuelve nacer, como si 20 años no fueran nada, la Mamba Negra (24 puntos, una asistencia y cuatro rebotes) volvió a batir un récord más. Desde este miércoles se ha convertido en el jugador que más temporadas ha jugado en la misma franquicia. Ha dejado atrás a John Stockton, quien jugó en Utah Jazz durante 19 campañas.

La cita contra Minnesota Timberwolves tenía un componente añadido... varios. Kobe se convirtió en el máximo anotador de la historia de la NBA el año pasado en Minneapolis. Kevin Garnett (cuatro puntos, siete rebotes y dos asistencias), otro veterano histórico también estuvo presente. Se trató de la primera vez que dos jugadores con 20 años o más de experiencia en la liga se baten en duelo. También firmó como presente Karl-Anthony Towns (14 puntos y 12 rebotes), el número uno del draft, y D´Angelo Russell (cuatro puntos, dos asistencias y tres rebotes), el número dos. Puestos a seguir marcando registros, es la primera ocasión en la que las dos primeras elecciones en la edad moderna del draft se enfrentan entre sí en sus respectivos debuts.

El Staples Center fue testigo del pasado, el presente y el futuro del básquetbol. Sólo faltó la victoria a unos aficionados que vieron cómo los Lakers llegaron a tener una ventaja de 16 puntos de diferencia. Hubo espectáculo entre dos equipos que el año pasado estuvieron entre los cuatro peores de la liga. Hubo emoción y Kobe puso su grano de arena con hambre, fluidez, rapidez (le faltó puntería con 8/24 en tiros de campo y 3/13 en triples). El escolta fue de más a menos en los 29 minutos que jugó. Como su equipo, que de las buenas sensaciones iniciales, pasaron a perder los papeles en ataque (y los balones: 14 pérdidas de balón). La buena química que mostraron en los dos primeros cuartos comenzó a desaparecer en el tercero y quedó en nada en el cuarto, cuando los T-Wolves lograron una máxima ventaja de nueve puntos liderados por un Ricky Rubio (28 puntos y 14 asistencias) dinámico, efectivo y por momentos espectacular. Sin duda fue el hombre del partido.

Lou Williams (21 puntos, y tres rebotes) tuvo la canasta de la victoria en sus manos en el último segundo pero no hubo suerte. Podrán o no salirle bien las cosas a los Lakers esta temporada, serán o no equipo de playoffs, pero si logran mantener el ritmo mostrado durante la primera mitad ante los T-Wolves, los aficionados disfrutarán de un equipo competitivo y fresco. Pero para hacer disfrutar también tienen que ser capaces de cerrar los partidos y no caer en los errores pasados.

Había dudas sobre qué Kobe veríamos sobre la duela si el asistente o el anotador. Desde su primera intervención dejó constancia de que lo que quería era brillar de cara al aro. Sus 'jumpers' mostraron la esencia del Kobe de siempre: atrevido, con mordiente y en ocasiones imparable. Y es que 20 años no son nada.

Después de haber jugado tan solo 41 partidos en las dos últimas temporadas (se perdió 123), de competir por última vez el 21 de enero y de haber pasado por otro eterno periodo de recuperación, había más dudas que certezas sobre su estado. Todo quedó claro desde el principio: el mismo carácter ganador y competitivo de siempre aderezado con un estado de forma propicio para los 29 minutos que estuvo sobre la duela. Le falta ritmo, sin embargo su retorno fue mejor de lo esperado.