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Hay poco que achacarle a los Clippers en revés ante los Warriors

OAKLAND -- A Los Angeles Clippers se le puede achacar muy pocas cosas en la derrota frente a Golden State Warriors, pero las suficientes como para que el esfuerzo que mostraron en el Oracle Arena no se viera recompensado. Permitir a Stephen Curry campar a sus anchas en la zona perimetral es como dejar abierto el grifo del agua durante toda la noche. Curry correrá en estado líquido y colará triples como gotas que se pierden por el desagüe. Por mucho que se hable, por más que se practique, contener al armador es algo que no se aprende ni con 100 partidos. Sus 7-de-11 en triples hablaron por sí solos.

Los Warriors juegan por y para él y cuando no se muestra acertado, al plantel le sobran recursos para sacar tajada de cualquier otra situación. No, ganar el campeonato el año pasado no fue una cuestión de suerte.

Si uno de los aspectos achacables a los Clippers es el no haber sido capaces de sellar el perímetro durante la cita, el otro fue su incapacidad para llevar a cabo lo que lograron en juegos anteriores como el de Phoenix Suns: definir el partido en los minutos finales. En este sentido no ayudó en nada la acumulación de faltas de Chris Paul, menos aún el que se retirara a falta de 13 segundos para el final del encuentro, cuando su equipo iba perdiendo por cuatro puntos, por culpa de molestias en la ingle. De nada sirvió el intento desde el perímetro de Jamal Crawford que fue bloqueado por Klay Thompson con 3.8 segundos por jugar. Las esperanzas de una remontada in extremis se diluyeron.

"Le dolía la ingle y decidí no hacerle jugar más, así que le saqué", apuntó Dos Rivers. "Esa fue otra gran lección para el equipo. Le sentamos en el banquillo después de dibujar la jugada. Era el último segundo y me dijo que no podía jugar. Todo el mundo debería saber la jugada, no solamente el que lleva la pelota. No supimos jugar en los últimos segundos", agregó.

EJECUCIÓN CONTRA POCA EFECTIVIDAD

La diferencia fue abismal en cuanto a las ejecuciones finales de dos de los equipos más potentes de la Conferencia Oeste. Los Warriors juegan de memoria y el papel de Luke Walton como coach interino es ser capaz de hacer que los jugadores sigan la estela de situaciones vividas en el pasado. De esta manera su consigna en uno de los últimos tiempos muertos fue sencilla.

"Salgan ahí a divertirse", confesó tras el encuentro.

Hay que tener agallas para dejar un partido de tal calibre en manos de la diversión; también una confianza ciega en sus jugadores, desde los líderes a los peones. En los Clippers no hubo una mente que fuera capaz de asumir el rol de Paul en los últimos segundos y si a esto se le unen algunos errores puntuales en las jugadas finales, el resultado es el que se acabó dando. Rivers pasó de las bromas ya típicas antes del comienzo de los partidos a los achaques de sinceridad tras la derrota.

"Tuvimos muchos errores sobre del plan de juego durante todo el partido. Esa es la diferencia entre ellos y nosotros. Ellos juegan juntos y ejecutan. Habiendo dicho eso, fue un gran partido de básquetbol", sostuvo el coach.

Y vaya si lo fue. Los Clippers perdieron el primer encuentro de los cinco que llevan disputados y lo hicieron contra el vigente campeón de la NBA. Los Warriors llegan además en un estado de gracia colectiva inmejorable y en el plano individual cuentan con un Curry dispuesto a rememorar el Jugador Más Valioso que alcanzó la campaña pasada. Los angelino tampoco tienen mucho de qué quejarse tras un comienzo de temporada notable. Están en mejor situación que la que vivieron el año pasado por estas fechas y, a pesar de la derrota, también hay aspectos positivos.

Remontar 17 puntos de desventaja ante un rival de tanta envergadura tiene mérito aunque no sirviera para llevarse la victoria. Blake Griffin sigue en un estado de forma óptimo, logró el tercer doble-doble de la temporada gracias a 23 puntos y 10 rebotes, además, supo leer las jugadas a la perfección y no tuvo reparos en asistir cuando el juego así lo requirió (repartió seis últimos pases). DeAndre Jordan agarró más rebotes que Draymond Green y Festus Ezeli juntos (10 con respecto a los nueve entre los dos jugadores de los Warriors). La banca de los Clippers sigue teniendo buenos momentos a pesar de que el miércoles sufrieron algunos desajustes.

"Aunque hayamos perdido, creo que esta noche hemos ganado confianza".

Obra de Rivers, estas palabras reflejaron la lectura positiva de la jornada.