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Kevin Durant vive un retorno agridulce al área de Washington

WASHINGTON – El jugador más codiciado de la NBA regresó a casa y cumplió lo que quiso lograr aunque sólo participó en la primera mita del partido.

Echando de menos una pizca de abucheos que lloviznaban cada vez que tocaba el balón en la cancha del Verizon Center, Kevin Durant una y otra vez confirmó por qué será agasajado por cualquier equipo de la NBA que tenga la disponibilidad en su tope salarial para entonces ofrecerle un contrato de salario máximo.

Pasando por su ciudad natal para la primera cita de la temporada regular en esta serie de ida y vuelta que se celebran entre los conjuntos de las Conferencias del Este y Oeste, la estrella del Oklahoma City Thunder fue a trabajar contra los Washington Wizards a pesar de haber sido limitado a 17 minutos debido a un esguince en el tendón de la corva izquierda que había sufrido en el segundo parcial.

Restando menos de un minuto en la primer mitad de la paliza de 125-101 que le propinó el Thunder a Washington , el estelar de 27 años de edad recibía el balón en el costado derecho de la cancha y penetraba hacia la pintura antes de recibir una falta de Kris Humphries. Durant caminó con cautela, agarrándose la área lastimada del tendón de la corva antes de marcar un par de tiros libres y quedó atrás en el camerino para recibir la atención adecuada mientras Oklahoma City calentaba para iniciar la segunda mitad.

Durant, que se encuentra en la cuarta posición de la liga con un promedio de 28.1 puntos por partido, encestó 17 unidades, agregó 10 rebotes y cuatro asistencias, quedando un poco corto detrás del triple doble que había logrado su socio Russell Westbrook, quien terminó con 22 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias.

“Está un poco doloroso, pero me lo examinaré mañana. Veré cómo se siente después de eso. Me alegro que vinimos aquí y obtuvimos la victoria”, afirmaba Durant mientras se reclinaba contra una pared en las afueras del camerino visitante, rodeado por una manada de cámaras.

A diferencia de la última visita que el hijo prodigo hizo a la capital estadounidense el pasado mes de enero, la organización de los Wizards y sus aficionados dieron un paso atrás en esta ocasión, tratando de no hacer lo obvio en el reclutamiento de uno de los mejores basquetbolistas del mundo.

Mientras los dos equipos completaban su rutina de calentamientos a media hora del comienzo, el maestro de ceremonias le recordaba a los aficionados que el Verizon Center era su casa, sellando los abucheos hacia el fenómeno del Thunder.

El equipo favorito durante la niñez de Durant entonces no utilizó ningunas de las propagandas que habían montando la temporada pasada.

A lo largo de una noche lluviosa, la mentes creativas de la organización no se atrevieron a superponer la camiseta de los Wizards sobre la imagen de Durant como sucedió en su visita anterior mientras mostraban una promoción del estado del tiempo.

La mañana del martes tras una práctica que se había realizado en el mismo pabellón, que cuando niño Durant siempre visitó para tomar los partidos de la Universidad de Georgetown, los Washington Mystics de la WNBA y obviamente los Wizards, el chico que se crió en Rockville, Maryland, aclaraba unos comentarios que había hecho sobres los hinchas que habían tomado la libertad de expresión a otro extremo, vistiendo camisetas de los Wizards con su apellido y su número 35, algo que lo había dejado medio confundido.

“No estoy diciendo que algo está mal con los fans, sólo que yo estoy pensando como un jugador. Por otro lado, no me gusta. Pero los fans van a hacer lo que ellos van a hacer”, dijo Durant.

“Agradezco todo el apoyo que nos reparten en nuestra dirección, pero yo sólo estoy mirándolo como un jugador contrario. Si yo estuviera en ese equipo y vinieron aquí e hicieron eso, no me gustaría. Pero los fans, que nos apoyan a lo largo de toda la liga, hacen la liga lo que es. Así que no es nada en contra de ellos, sólo estoy hablando como un jugador”.

Por el momento, Durant debe estar contento que este partido se haya presentado en esta temprana etapa del calendario.

Su mente abordará este tropezón que acaba de sufrir con su tendón de la corva con mucha prudencia, especialmente tras haber superado la fractura en el pie derecho que lo mantuvo fuera de los primeros 17 partidos de la campaña pasada antes de regresar en enero, jugar 27 encuentros para después lastimarse el dedo gordo en su pie izquierdo.

En febrero visitó al quirófano para someterse a una operación que le alivió el dolor que sentía en el pie derecho antes de ser descartado para la duración de la temporada en marzo.

Esta vez quizás podría ser que sea un poco más conservativo en respecto a plantear su regreso al Thunder.

“Cuando me sienta bien, cuando sienta que estoy listo para jugar de nuevo, es cuando voy a jugar”, sentenció.

“Fue un proceso largo para poder regresar y lesionarme otra vez es desafortunado. Pero cuando esté preparado para jugar otra vez, jugaré”.