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Gonzalo Aguirregomezcorta, ESPN Digital 8y

Pizzas, hamburguesas y la leyenda de los 81 puntos de Kobe Bryant

LOS ÁNGELES – Kobe Bryant aúna todos los sueños que pueda tener cualquier adolescente que desea convertirse en jugador de básquetbol. Por su currículum de campeonatos, medallas olímpicas y éxitos individuales; por el carácter competitivo que siempre ha llevado por bandera y le ha permitido el lujo de tomar las riendas de su carrera de una manera extrema – sólo los mejores jugadores son capaces de influir en las decisiones de sus coaches y dirigentes, y Kobe lo ha conseguido – por la entrega, la capacidad de trabajo y sacrificio, por el peso que siempre tuvo en el vestuario y su facilidad para poner a otras estrellas en su sitio. Cuántos jóvenes se acuestan cada noche tratando de controlar sus propios sueños y, por defecto, Kobe aparece en sus cabezas.

Sin embargo, hubo un tiempo en que el escolta de los Lakers también tuvo sueños que cumplir, se agarró a ellos y los llevó a cabo. El primero de su lista fue el de formar parte del draft de la NBA, algo que tachó sin ni siquiera pasar por la Universidad. El segundo fue el de llegar a convertirse en el mejor jugador de la historia. Ése está tachado a medias, porque aun tratándose de Kobe, eso son palabras mayores. Donde apenas hay dudas es en que se ha erigido como el mejor de su generación.

Este viernes 22 de enero se cumplen 10 años desde que Kobe logró un hito histórico: su partido perfecto, aquél en el que le endosó 81 puntos a Toronto Raptors casi sin pestañear. 14 unidades en el primer cuarto, 12 en el segundo, 27 en el tercero y 28 en el cuarto. Se trata de la segunda mejor marca individual en la historia de la NBA después de los 100 puntos que anotó Wilt Chambelain en 1962. Aquel partido mostró la mejor versión de Kobe justo en la mitad de su carrera - su debut en la liga se produjo una década antes, en 1996, y se retirará una década después – pero no vino sólo, llegó acompañado de otras actuaciones estelares en un mes de enero del año 2006 en el que alcanzó una media de 43.4 PPJ en 16 partidos. ¿Cómo se explica semejante vendaval de puntos? ¿Cómo se razona una actuación de 81 unidades en un juego?

“Es un sueño, No tengo palabras para explicarlo”, afirmó a ESPN Deportes Digital. “No sé cómo puedo explicarlo. Lo he pensado tantas veces y realmente no hay explicación. Lo puedo explicar desde la perspectiva del entrenamiento pero cuando eso sucede siempre hay algo místico. Anotar tantos puntos no tiene explicación”, añadió a otro periodista.

Como toda leyenda, la de los 81 puntos de Kobe tiene su lado terrenal. La noche anterior al partido ante Toronto del 22 de enero de 2006, el escolta celebró el tercer cumpleaños de su primogénita. Hubo invitados en su casa y todos cenaron pizzas de pepperoni y soda de uva. Al día siguiente, Kobe llevó a cabo su rutina habitual. Le dolía la rodilla así que le prestó atención a las molestias. Los Lakers venían de perder dos partidos consecutivos, uno ante Sacramento Kings, y otro ante los que se convertirían en sus verdugos en la primera ronda de los playoffs de aquel año: Phoenix Suns. Existía una necesidad de victoria y Kobe salió muy motivado para el juego ante los Raptors en el Staples Center. Sin embargo, hubo en detalle dietético que engrandeció más todavía si cabe el récord del lagunero.

“Celebramos el cumpleaños de mi hija el día anterior y todos comimos pizza pepperoni y soda de uva. Me dolían las rodillas. Antes del partido me comí una hamburguesa y unas patatas fritas. No es broma”, afirmó este miércoles después de caer ante los Kings.

Mientras en enero de 2006 las canastas entraban como churros y los minutos pasaban con él como protagonista, sólo hubo una voz que le dijo que estaba a punto de hacer historia: la de Lamar Odom. Según explicó Kobe, a pesar de su actuación siempre estuvo conectado al partido y su mente no fue más allá.

“Durante el partido Lamar me lo recordaba pero yo intenté permanecer momento a momento”, apuntó.

Aunque no sea capaz de explicar su gesta, a pesar de que aquella tormenta anotadora perfecta llegara un día de lo más normal, con su hamburguesa entre pecho y espalda y terminando de digerir varios trozos de pizza de la noche anterior, lo cierto es que Kobe ocupó todas las portadas de diarios, informativos y publicaciones deportivas. Se trató de una actuación extraordinaria llevada a cabo por un jugador tan terrenal como la comida rápida. Pero eso nadie lo supo en aquél momento. Ni siquiera los jóvenes que desde aquella cita decidieron acostarse cada noche soñando con ser Kobe.

“Sí, creo que se puede repetir, si el jugador tiene esa imaginación de pensar que todo es posible. Sí, un jugador algún lo podrá hacer”, agregó a ESPN Deportes Digital. “Para las nuevas generaciones del baloncesto es creer que todo es posible, que se puede llegar al techo. Es cuestión de salir, jugar y soñar. Noches como ésta son completamente posibles, simplemente hay que creer que lo son”, apostilló.

Lo cierto es que el fenómeno sólo se ha producido una vez en estos 10 años y en dos ocasiones en los casi 60 años de existencia de la NBA. De ahí la excelencia, lo extraordinario de una situación estratosférica pero de lo más terrenal.

“Lo siento como más tiempo. Tú tendrías dos años probablemente”, le dijo Kobe a una joven periodista en tono de broma. “Es increíble cómo vuela el tiempo. Mi pequeña va a cumplir 13, era un bebé en mis brazos en aquél momento y ahora es una adolescente. Es increíble”, sentenció.

Y es que hasta estos seres para muchos intocables y elevados a las esferas del Olimpo tienen su lado humano. Tanto en la dieta como en sus sentimientos.

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