<
>

Oportunidad de oro en casa para los Dallas Mavericks

DALLAS -- Rick Carlisle está desesperado por completo.

Las 10 derrotas en 12 partidos, incluidas tres consecutivas antes de vencer el lunes por la noche a los Denver Nuggets, provocó que el entrenador de los Dallas Mavericks volteara la banca para tratar de sacudir a su equipo.

Lo único que vio fue a dos novatos, quienes durante los últimos tiempos habían estado casi en el desecho de la rotación habitual de juego.
Dwight Powell y Justin Anderson abrieron el partido y respondieron con creces.

De hecho fueron dos de las bujías más importantes para frenar la seguidilla de Dallas. Y no sólo por los 16 puntos y siete rebotes de Powell o las 11 unidades de Anderson, sino por la energía, las ganas, la motivación y velocidad diferente que imprimieron a un equipo que po momento luce acabado.

"Todos los días uno entrena con la motivación de pensar que en cualquier momento puedes ser llamado", dijo Powell, de 24 años. "Nunca sabes cuándo llegará tu oportunidad. Tienes que estar listo para sacar ventaja cuando tengas minutos de juego".

Powell jugó 30 minutos; días después de que había participado 24 y 16 minutos contra los Golden State Warriors y los Sacramento Kings, de manera respectiva. Pero en partidos que estaban casi decididos por completo cuando ingresó a la duela.

Antes de eso, había jugado 15 minutos combinados en los anteriores 12 partidos.

El novato Anderson, de 22 años, ha tenido algunos minutos desde el 16 de marzo, luego de pasar casi inadvertido toda la temporada.
Mucho ha tenido que ver la falta de personal por lesión, que las ganas de utilizar a sus jóvenes jugadores por parte de Carlisle.
Antes de comenzar la gira de cuatro partidos en Golden State, los Mavericks perdieron a Chandler Parsons, operado de la rodilla derecha y fuera para el resto de la temporada.

El movedor de bola Deron Williams regresó a Dallas antes de terminar al gira para ser revisado del abdomen; sus más recientes molestias físicas en una cadena que parece interminable.

"Fue increíble la manera en que jugaron", dijo el veterano guardia José Juan Barea. "Los muchachos, todos estuvimos muy involucrados. Tuvimos un montón de energía a la defensiva. Dwight y Justin nos dieron una gran energía. Salieron con todo".

"En esta liga, si esos dos muchachos no juegan, parecen un equipos viejo y lento", agregó el boricua, quien fue el mejor jugador de los Mavericks el lunes con 18 puntos y 11 asistencias. "Metes a esos dos y somos mucho más atléticos".

Ahora falta ver si el entrenador Carlisle decide repetir con ambos en la titularidad este miércoles, cuando reciban en el American Airlines Center a los New York Knicks.

La energía y puntos de Powell y Anderson en Denver no garantiza ni siquiera que ingresen a la duela. Así sucede de manera reiterada con los Mavericks de Carlisle.

El entrenador hace movimientos extraños ante los ojos externos al equipo. Parece que rompe el ritmo de jugadores, que tienen oportunidad y juegan minutos trascendentes.

Así ha hecho Carlisle con Zaza Pachulia, quien por cierto, cada vez está más desaparecido de la duela, a pesar de ser el que más jugó y aportó en las primeras dos tercera partes de la temporada.

Así ha sucedido con el novato Salah Majri, que trae energía ofensiva y defensiva cada vez que tiene oportunidad de jugar.

Incluso Powell y Anderson han tenido desempeños que el mismo Carlisle reconoció como mucho mejor que aceptables para luego pasar semanas anclados en la banca.

Idéntico sucedió en años pasados. Es el estilo de Carlisle.

"Ambos hicieron un gran trabajo", dijo Carlisle en referencia a Powell y Anderson. "Ambos jugaron defensa. Hicieron jugadas inteligentes y en tiempo. Jugaron como saben hacerlo".

"Cuando tienes un problema de energía y tienes problemas para defender, tienes que ser más energético", añadió. "Estos dos muchachos, estuvieron duros. Aún necesitamos de todos. Seguimos vivos. Aún estamos en la pelea".

Los Mavericks tienen que derrotar a los Knicks y después ir a sacar triunfos en Detroit y Minnesota.

Este miércoles, seguirán en noveno sitio de la Conferencia Oeste; afuera de zona de clasificación, con ocho partidos en la campaña regular. Tiene que sacar triunfos en especial después de que los Houston Rockets vencieron a los Cavaliers en Cleveland el martes por la noche.

Están obligados a repetir esfuerzos defensivos y ofensivos, como el del lunes, cuando provocaron 22 entregas de balón y sólo soltaron tres; una hasta los cinco minutos finales del partido.

Deben encontrar héroes diarios, porque ya ni siquiera depende de ellos mismos, aunque aún tienen partidos contra Houston y el Utah Jazz, con quienes pelean boleto a postemporada de manera directa.

"Desde ahora hasta el final van a jugar los que estén listos y sanos", dijo Dirk Nowitzki. "Tenemos que rascar algunas victorias más".