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Los Dallas Mavericks deberán iniciar el proceso de reconstrucción

DALLAS – La agonía duró un partido más... Pero al final de cuentas, sucedió lo que tenía que suceder: los Dallas Mavericks fueron eliminados en la primera ronda de postemporada.

Los Mavericks compitieron en la medida de sus posibilidad y tal vez menos. Y no sólo este lunes, en el quinto partido de la serie contra el Oklahoma City Thunder, sino durante toda la serie.

Fue casi un milagro evitar la barrida. La gesta fue heroica y hasta los mismos Mavericks debieron estar sorprendidos. La diferencia de talento entre el Thunder fue más que manifiesta.

Dos súper estrellas, Kevin Durant y Russell Westbrook; un jugador excepcional, Sergei Ibaka, y un gran complemento en casi todas las posiciones, incluida la banca con Enes Kanter fueron mucho muy superiores en todos los aspectos durante cuatro de los cinco partidos a un conjunto de Dallas que al final tenía problemas para completar la quinteta titular en ciertas posiciones.

Es un hecho que el Thunder deberá comenzar a pensar en su siguiente serie en la segunda ronda de los playoffs. Tiene equipo para competir por todo y a nadie deberá sorprender si llegan hasta la meta de la Conferencia Oeste, pasando sobre los dos “gigantes”, Golden State Warriors y San Antonio Spurs.

Los Mavericks, en cambio, a partir de este martes deberán comenzar a pensar en su futuro; ese que ha sido incierto desde el mismo momento en que terminó el sexto partido de las Finales del 2011, cuando se coronaron por única vez en su historia. Dallas ha clasificado a playoffs en 15 de las últimas 16 temporadas, donde hace tiempo son intrascendentes.

Llegó el momento de la reconstrucción, que deberá comenzar desde las partes más bajas del draft colegial; única manera razonable en que podrán sembrar talento para cosechar en el mediano plazo.

Mark Cuban ha hecho hasta lo imposible por atraer talento élite y no ha podido. Esa fue la razón principal por la que desarmó el equipo campeón.

Las cosas no han funcionado de esa manera, ni funcionarán. Dallas tiene muy poco que ofrecer al muy limitado talento en la agencia libre, que pueda sentirse atraído por la necesidad de ganar campeonatos rodeado de un conjunto talentoso.

A Dallas nunca llegará un súper estrella como sucedió en Miami con LeBron James para atraer un par más de jugadores élite y convertirlos de la noche a la mañana en potencia, otra vez...

Es un círculo vicioso, que desafortunadamente sucede en la mejor liga de baloncesto del planeta.

Los Mavericks deben plantearse si desean aún contar con los servicios de Chandler Parsons, quien tiene un año más como opción contractual.

También deben pensar que Zaza Pachulia sólo fue una solución temporal a su eterno problema abajo del aro, que apenas duró dos terceras partes de la temporada.

Pachulia desapareció en el último tramo y hasta la titularidad perdió.

El entrenador Rick Carlisle deberá estar convencido de que los tiempos cambian. Tiene que convertir en titulares a basquetbolistas jóvenes, con energía como Justin Anderson y Dwight Powell, y darle mucho mas juego a Salah Mejri. Olvidarse de la prisa por ganar y ser paciente con el desarrollo de los jóvenes actuales y los que podrían llegar.

José Juan Barea demostró que aún tiene mucho que dar a los Mavericks, como hizo esta temporada: Un veterano que sale de la banca para poner energía, talento y experiencia.

El único jugador en el que no existe ni deberá existir el margen de maniobra es Dirk Nowitzki.

El alemán deberá regresar a cumplir su contrato; jugar su temporada 19 con los Mavericks y después decidir si aún tiene combustible para seguir.

Pero el único error que nunca se perdonará en Dallas a Cuban es que algún día deje ir o eche al mejor jugador de basquetbol que ha existido en Dallas-Fort Worth, Nowitzki.

Eso quedó demostrado otra vez en la actual postemporada.

“Tremenda cantidad de respeto para él”, aseguró el delantero del Thunder Kevin Durant el sábado pasado después del Juego 4. “Está compitiendo fuerte. Está tratando de hacer allá afuera cualquier cosa que puede para ayudar a su equipo”.

“Ya lo ven, está jugando con ese fuego y esa pasión a sus 37 años”, agregó. “Y créanme que es difícil hacerlo con esa consistencia en postemporada. Hay que quitarse el sombrero frente a alguien como él. Es uno de los más grandes”.

Y quizá tratar de atraer de alguna manera a Durant. Parece casi imposible, después de que esta noche llamó “idiota” a Cuban por unos comentarios contra su compañero Russell Westbrook.

Sin embargo, soñar no cuesta nada a los aficionados de los Mavs.