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Raptors dejan más dudas que certezas en los playoffs

La tabla de posiciones de la temporada regular y el sembrado de los playoffs podrán decir que los Toronto Raptors son el segundo mejor equipo del Este, pero en realidad ellos parecen estar lejos de serlo hoy en día a pesar de que cuentan con una ventaja de 3-2 en su serie contra los Indiana Pacers.

Seamos honestos y asumamos que los Raptors hicieron más méritos para perder que para ganar el quinto juego de la serie en su propia casa, y que ellos no están al borde del abismo pura y simplemente porque los Indiana Pacers se empecinaron en regalarles el partido al contar con apenas tres puntos más (9) que balones perdidos (6) en un último cuarto que Toronto ganó con un parcial de 25-9 para prevalecer por 102-99.

Sin embargo, esa remontada casi terminó yendo a la prórroga si el triple agónico de Solomon Hill hubiese salido de su mano una milésima de segundo antes de la chicharra. Es más, los Raptors se pasaron siete cuartos seguidos (todo el cuarto juego y tres cuartos del quinto) en una desventaja constante contra un rival inferior que es básicamente Paul George y cuatro más.

Toronto contó con una marca de 56-26 en la temporada regular, obteniendo 11 victorias más que los Pacers, pero si no los hubieses visto a los dos disputar aquellos 82 encuentros no notarías esa diferencia sideral entre ambos.

Básicamente, hoy por hoy, los Raptors no tendrían posibilidad alguna de derrotar a los Cleveland Cavaliers en una serie al mejor de siete y son menos que los Atlanta Hawks.

Afortunadamente para ellos, esos dos potenciales rivales están del otro lado del cuadro.

Eso significa que tienen tiempo para solucionar los problemas que los plagan, pero al menos es más fácil pulir defectos después de una victoria.

El rompecabezas más complejo de solucionar es el magro presente de Kyle Lowry, el base del conjunto canadiense que ha perdido su rumbo durante estos playoffs.

¿QUÉ LE PASA A LOWRY?

Lowry es, junto a DeMar DeRozan, el encargado de hacer que el ataque de los Raptors fluya como armador y segundo máximo anotador del equipo. Sin embargo, sus estadísticas se han caído de un precipicio durante esta postemporada.

Básicamente, el único rubro en el que Lowry ha mejorado durante esta postemporada es en el de asistencias, elevando su promedio de 6,4 a 6,8 por encuentro.

Esto es particularmente sorprendente no solo porque Lowry logró ser parte del Juego de las Estrellas por segundo año consecutivo esta temporada, sino que también se sometió a una rígida dieta y a un exigente régimen de ejercicio a mediados del año pasado para perder siete kilos (15 libras) y ganar músculo que le sirva para así poder rendir al máximo en los playoffs.

Ese no ha sido el caso hasta ahora. Parecía que él iba a remontar tras anotar 21 puntos y repartir ocho asistencias en el triunfo por 101-85 contra los Pacers en el tercer juego de la serie, pero luego volvió a bajonearse en los próximos dos promediando 13 puntos y encestando apenas uno de 10 triples en total.

Lowry habrá perdido peso, pero durante esta postemporada también ha perdido la agresividad que lo convierte en el jugador tan temido que varios llegaron a considerar el mejor base de la Conferencia Este esta temporada.

Si Lowry no remonta, el anhelo de todo Toronto de llegar a las Finales de la NBA por primera vez será apenas un deseo que se esfumará mucho antes de lo pensado.