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Martín Bater 8y

LaMarcus Aldridge y el salto de calidad de los San Antonio Spurs

LaMarcus Aldridge estuvo esperando este momento toda su vida. El momento en el que siente que de verdad tiene posibilidades de ser campeón, el que le permite ser apreciado por el mundo entero como el líder que es y no solo como el “muy buen jugador” que solía residir en los recovecos de la NBA, apreciado solamente por los devotos a la NBA durante sus nueve temporadas en Portland.

Aldridge era respetado cuando jugaba para los Trail Blazers, pero sus 38 puntos para aplastar al Oklahoma City Thunder en el primer juego de las semifinales de la Conferencia Oeste el sábado pasado lo convirtieron oficialmente en un jugador temido.

Son noches como esa las que el gerente general de los Spurs, R.C. Buford, soñaba cuando cortejaba a Aldridge en julio del año pasado y otros equipos como los Lakers intentaban adquirirlo, Pat Riley lo invitaba a cenar para convencerlo de que se mude a Miami y los Houston Rockets lo buscaban para su propio “Súper Trio”.

Sin embargo, el ala pivot de 30 años no necesitaba las luces brillantes de Hollywood, el glamour de South Beach o las excentricidades de James Harden y Dwight Howard. La simpleza y solidez de San Antonio era más que suficiente para ir en busca de su único objetivo: Llegar a las Finales de la NBA y salir campeón por primera vez en su carrera.

En Portland su rol era el de pilar en la zona pintada compartiendo la cartelera con un base que tira primero y pasa después como Damian Lillard. A pesar de todos sus esfuerzos y de promediar 24 puntos junto a 10,9 rebotes durante sus últimas dos postemporadas con los Trail Blazers, sus méritos apenas lo llevaron una vez a la segunda ronda de los playoffs.

Es por eso que era evidente para cualquiera al ver a Aldridge jugar que él es como un tiburón que huele sangre en el agua. Esta es su oportunidad, y nadie se la iba a quitar.

Manu Ginóbili, Tony Parker y Tim Duncan serán los históricos de San Antonio, los pilares de esta exitosa pirámide encabezada por Gregg Popovich como entrenador, pero él y Kawhi Leonard son los encargados del presente y el futuro de la franquicia.

Es más, Aldridge convirtió 18 de sus 23 tiros de campo en 30 minutos de acción. Leonard, Parker y Duncan encestaron 15 de 23 para anotar 35 puntos…entre los tres. Aunque si le preguntan a Popovich, la inspiración de Aldridge solamente fue producto de que “la pelota entró muchas veces al aro”.

Ay, Pop, siempre tan efusivo.

No menospreciemos que Aldridge no es considerado alguien del molde de, por ejemplo, DeAndre Jordan o Andre Drummond, grandotes que viven del alley-oop. Aldridge es más como Duncan, un gigante refinado que se especializa en el tiro de media distancia y puede hacer esto…

O hasta de encestar apenas el octavo triple de su carrera en los playoffs.

Este es apenas el comienzo de una misión que va más allá de lo que ninguno de nosotros puede imaginar. Lo único seguro es que si los Spurs pretenden llegar a las Finales de la NBA por tercera vez en los últimos cuatro años, Aldridge habrá sido parte imprescindible de ese hito.

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