NBA Selecciones
Gonzalo Aguirregomezcorta 8y

Steve Kerr y el arte de la sicología de banquillo

OAKLAND - El crédito de Steve Kerr en la configuración de un equipo como Golden State Warriors es total. El premio al Coach del Año no es casualidad, tampoco el campeonato del año pasado, ni el ser favorito de nuevo esta campaña. Todo es fruto de una visión privilegiada y de su experiencia como jugador.

Construyó una plantilla sobre las cenizas de Mark Jackson, terminó de modelar a jugadores como Steph Curry y Klay Thompson, le dio a Draymond Green la rienda suelta que necesitaba para ser el que es y fue capaz de mantener a los jugadores secundarios conectados al proyecto. Kerr ha sabido leer todas y cada una de las situaciones de los Warriors para sacar el máximo jugo posible a su equipo.

Quizás uno de los aspectos fundamentales de los principios que aúna como coach sea el de cómo gestiona la banca. La actuación de Festus Ezeli en el tramo final del segundo encuentro de la serie ante Portland Trail Blazers tuvo un impacto absoluto en el devenir de la cita. Venía de ser el único jugador que no participó un solo minuto en el Juego 1 y durante los dos primeros cuartos todo indicaba que la cosa no iba a cambiar. Entonces Kerr le hizo el gesto y a falta de cinco minutos para el final del tercer periodo, Ezeli firmó como presente en detrimento de Andrew Bogut. Saltó a la duela con el equipo perdiendo de 10 puntos, permaneció todo el tercer cuarto y los primeros ocho minutos del último periodo. Cuando se marchó por Harrison Barnes, el pívot nigeriano había contribuido para que los Warrios tuvieran una ventaja de cinco puntos.

Su presencia en la pintura fue clave, defendió los pick-and-roll a la perfección, se impuso bajo el aro y demostró un nivel de concentración máximo a pesar de su poca participación. ¿De qué manera un jugador es capaz de mantener la concentración firme aunque vea que los minutos se marchan sin que el coach le mire a los ojos o pronuncie su nombre? ¿Cómo se supera esa sensación de no ser parte de los éxitos de una manera activa? ¿Cómo se evita el sentirse indiferente? La respuesta pasa por tener a un entrenador que sea capaz de mantener la llama encendida y que haga que un jugador de rol nunca deje de sentirse parte importante del equipo.

Alguno coaches no utilizan esas artes, otros, como Kerr las llevan a cabo hasta las últimas consecuencias. No en vano, él fue cocinero antes que fraile.

"Mi filosofía está modelada en parte por ser un jugador secundario durante todos esos años (cuando era jugador). Había momentos en mi carrera en los que sentía que no formaba parte de la situación. Era genial cuando me sacaban a jugar, aunque sólo fuera por un par de minutos", afirmó Kerr antes de que comenzara el encuentro.

Durante sus 16 años como jugador, el ahora coach participó en un total de 910 partidos de los que fue titular en 30 ocasiones, es decir, un 3.2 por ciento de los encuentros en que estuvo disponible. La media de su carrera fue de 17.8 minutos por partido y hubo temporadas en las que no pasó de los 9.4 minutos. Los años en los que precisamente contó con una mayor participación fueron en Chicago Bulls (1993 a 1998) en los que se mantuvo entre los 22.4 y 24.8 MPJ, y en San Antonio Spurs (1998 a 2000) cuando llegó a 16.7 MPJ en su primer año. Adivinen quiénes fueron los coaches que sacaron más jugo a un Kerr destinado a la suplencia.

"Mi filosofía también está modelada por mi experiencia con Phil Jackson y 'Pop' (Gregg Popovich), ambos entrenadores han demostrado a lo largo de los años que hacían jugar a muchos jugadores, que no tenían miedo. Especialmente Phil, cuando yo estaba en Chicago sacaba alineaciones que sorprendía hasta al propio equipo en grandes partidos", recordó Kerr.

El Coach del Año en 2016 ha bebido de la fuente de ambos estrategas, que vienen a ser dos de los que más anillos tienen en su haber: los 11 de Jackson le colocan en primer lugar y los cinco de Popovich le convierten en el quinto entrenador con más campeonatos de la historia de la NBA. Han sido muchos los conceptos que ha adquirido Kerr a lo largo de su carrera en la NBA como jugador, asistente y coach. Sin duda, una de sus mayores virtudes es la de la comprensión del estado de ánimo de los que calientan la silla más que juegan.

"Lo que me impactó es comprobar el poder que llega por la inversión. El que los jugadores saben que son importantes, todos ellos. 'Pop' ha sido genial con eso. A lo largo de los años ha hecho jugar a muchos jugadores en San Antonio. Crea un sentimiento de fortalecimiento. Cuando la gente juega y sabe que no están enterrados al final del banquillo, fortalece el núcleo del equipo".

Kerr utilizó a seis suplentes en el segundo encuentro de la serie ante Portland y Terry Stotts a cuatro. La diferencia más notoria entre ambas segundas unidades fue de 35-21 en puntos y de 17-9 en rebotes (asistencias fueron para los Trail Blazers). Durante la postemporada, no hubo encuentro en el que los rivales de los Warriors sacaran más suplentes que ellos y la media es de siete por partido.

^ Al Inicio ^