NBA Selecciones
Gonzalo Aguirregomezcorta 8y

Thunder, Warriors y la regeneración dorada

OAKLAND, Calif. - A muchos nos entra la risa cuando ciertos políticos se apropian de la palabra 'regeneración'. Hace falta sacar el vocablo de ese contexto inevitablemente viciado para encontrar la preciosidad que se reside tras el término. Traslademos el concepto al mundo del deporte, hilemos fino y coloquémoslo en el básquetbol; seamos más precisos y centrémoslo en el ámbito de los playoffs.

El actual formato de la NBA, donde cada serie de la postemporada se juega al mejor de siete partidos, guarda una magia desconocida en otras disciplinas deportivas e incluso en el baloncesto actual. El básquetbol universitario se rige por una postemporada de eliminatorias, es decir el todo o el nada en un partido que se extiende hasta que se resuelve la Final a Cuatro. En la Euroliga, también existe el formato de cuatro equipos que se juegan el todo por el todo, aunque para llegar a ese punto han de pasar por series al mejor de cinco juegos. En el fútbol, las eliminatorias son a ida y vuelta, la NHL también tiene un sistema de postemporada al mejor de siete citas, mientras que la NFL se lo rifan todo a la ruleta rusa de un juego.

Hay opiniones para todos los gustos sobre qué sistema es el más atractivo para los espectadores o justo para los equipos, no obstante, hay un hecho objetivo: la capacidad de regeneración no es posible en eliminatorias a un juego, mientras que sí lo es en las series a dos, cinco o siete partidos.

Existe una belleza en la emoción del todo o nada, pero también hay un atractivo que reluce ante la posibilidad de medirse a un equipo en varias ocasiones para decidir quién sigue adelante.

Aunque los ejemplos sean incontables durante estos playoffs y a lo largo de la historia de la NBA, hagamos que la precisión sea milimétrica, saboreemos los dos juegos de las Finales de la Conferencia Oeste que han enfrentado a Golden State Warriors y Oklahoma City Thunder en el Oracle Arena. Seamos testigos de la regeneración dorada.

DOS JUEGOS, DOS REALIDADES

Ambos encuentros mostraron dos versiones modificadas de los equipos. A los Warriors les sorprendió toparse con un Thunder visiblemente mejorado en el Juego 1 de la serie con respecto a los tres partidos que disputaron durante la temporada regular. Por aquel entonces, los vigentes campeones se deshicieron de OKC gracias a su gran ejecución en los momentos finales de las citas. En la derrota del primer encuentro de la serie, los Warriors mostraron una precipitación inusual, una debilidad notoria a la hora de agarrar rebotes y de confrontar las segundas oportunidades en contra, falta de energía y sin mover el balón como acostumbran. Sus estrellas se mostraron intermitentes y fueron incapaces de superar a un Thunder que para nada fue invencible.

Tras ese primer partido, a los Warriors les quedó la sensación de que podrían haberlo ganado si hubieran utilizado algo más de la esencia que les característica. Russell Westbrook tuvo un chispazo brillante de 19 puntos anotados en el tercer cuarto, esa racha fue suficiente para poner contra las cuerdas a unos Warriors sin la concreción de otras ocasiones.

Tanto Stephen Curry como Draymond Green dieron por hecho que le darían la vuelta a la situación, e incluso se jactaron de estar viviendo una circunstancia inusual al tratarse de la primera ocasión en la que perdieron el primer encuentro de una serie. Steve Kerr también estuvo convencido de que los ajustes traerían sabia nueva al juego de los californianos. Westbrook, por su parte, apeló por la no relajación en su afán por llevarse la segunda cita.

Pero los Warriors se regeneraron en su feudo para poner las tablas en la serie. Resurgieron de las cenizas del lunes para ganar las pequeñas batallas que perdieron al comienzo de la serie. Fueron más fuertes en la pintura, gozaron de más segundas oportunidades, desquiciaron a Steven Adams y sobe todo mostraron una energía acorde con la situación, más intensidad defensiva sellando a la perfección a Kevin Durant en la segunda mitad, tiempo en el que sólo anotó dos canastas. Los ajustes de Kerr surtieron efecto, y así, en la guerra de guerrillas, la banca también firmó como presente para doblegar a sus rivales por 68-29. Hasta siete jugadores de los Warriors lograron dobles dígitos.

La regeneración con respecto al primer partido tuvo su punto final con un Curry que apareció en el momento oportuno, en el tercer periodo que tanto daño les propinó el Thunder en el Juego 1. Así, con un balance de 15-2 (Curry vs OKC) y 17 puntos en los penúltimos 12 minutos, el Jugador Más Valioso puso la guinda al pastel.

Ahora es Billy Donovan el que tiene la patata caliente. Es su turno en el duelo de ajustes y desajustes. Juega en casa y es consciente de que con el potencial de los Warriors, contar con una derrota en el Juego 3 sería criminal para sus intereses. Los campeones se alimentan a base de triunfos y cuando están en su mejor versión, las regeneraciones rivales se antojan insuficientes. Eso sí, hasta que OKC demuestre los contrario.

^ Al Inicio ^