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Warriors siguen vivos, pero con mucho que demostrar

Caer en las Finales de la Conferencia Oeste en el juego 5 era inimaginable para Golden State Warriors. Quedar en la cuneta en su propio feudo era lo más cercano al sacrilegio de este grupo endiosado durante una temporada regular en la que tan solo perdió dos encuentros en el Oracle Arena. En la lógica de los vigentes campeones no había lugar para otra cosa que no fuera salir victoriosos ante Oklahoma City Thunder. Lo lograron (120-111), y siguen con vida en una serie en la que continúan remando a contracorriente, pero remando al fin y al cabo (3-2).

“¡No nos vamos a casa, no nos vamos a casa!”, gritó Stephen Curry refiriéndose a que no saldrían eliminados cuando anotó una canasta crucial a punto de finalizar el encuentro.

Los locales se contagiaron de la energía de un graderío que no respondió a la puntualidad a la que les urgió Steven Kerr, pero que sí se dejaron la garganta y las palmas de las manos (también el corazón) para alentar a su equipo en cada jugada. Todos presenciaron el quinto capítulo de esta guerra de ajustes entre Billy Donovan y el coach de los Warriors.

En esta ocasión le tocó el turno al entrenador del vigente campeón de la NBA, que optó por alinear a jugadores grandes durante buena parte del encuentro. Según el departamento de estadísticas de ESPN, los jugadores de mayor envergadura estuvieron sobre la duela un 72 por ciento del tiempo durante el Juego 5, mientras que en los cuatro anteriores lo hicieron un 56 por ciento. La alineación de pequeños del Thunder que tanto daño le hizo a los californianos en los encuentros anteriores fue contrarrestada con mayor estatura y fuerza. Andrew Bogut (15 puntos y 14 rebotes) destacó en este esquema.

“Estuvo fenomenal, reboteó, anotó, estuvo agresivo, estuvo en el poste e intentó asistir a los que desmarcaban a su alrededor. Si puede jugar de esta manera y agarrar rebotes nos dará más oportunidades de ganar el próximo partido”, afirmó Kerr.

Bogut jugó durante 30 minutos por primera vez esta temporada y con su ayuda el trabajo en la pintura del Thunder fue ninguneado ofensivamente. Cuando el centro australiano estuvo en liza, Oklahoma no pudo superar el 6-de-21 en la llave.

WARRIORS DOMINARON EN TODO

Los Warriors ganaron en los aspectos clave: dominaron la pintura gracias a una diferencia de 18 puntos (48-30), el banquillo estuvo tan soberbio como en el Juego 2, esta vez anotaron 17 puntos más que sus rivales (30-13) y aparecieron en el momento más importante: en un último periodo en le dieron un respiro a los titulares. También capitalizaron los contraataques, en los que alcanzaron 13 puntos de ventaja (28-15), mientras que lograron aprovecharse mejor de los balones perdidos de Oklahoma (cuatro puntos más).

Entre Kevin Durant (40 puntos, cuatro asistencias y siete rebotes) y Russell Westbrook (31 puntos, ocho asistencias y siete rebotes) se repartieron 71 puntos de los 111 que anotó su equipo. Si a esta cifra se le suman las 12 asistencias que repartieron, ambos participaron en 83 de las unidades de los suyos.

Stephen Curry (31 puntos siete rebotes y seis asistencias) fue el máximo anotador de Golden State, a pesar de tener un encuentro de altibajos en cuanto a su efectividad. Apareció en los momentos más oportunos y despejó las dudas sobre sus cuestionables actuaciones de los dos encuentros que los californianos jugaron en Oklahoma, donde su productividad dejó que desear (sumó 43 puntos, mientras que en los dos encuentros que han ganado en esta serie llegó a los 59).

Kerr reiteró su discurso y reafirmó que su pupilo se encuentra en buenas condiciones. Ni el codo le molesta, ni la falta de ritmo por las lesiones pasadas le están afectando lo más mínimo.

“Creo que lució a un 91 por ciento”, bromeó el coach de los Warriors. “Todo son habladurías, siempre habrá especulaciones. Jugó un gran partido es todo lo que te puedo decir. Siempre competirá, cada noche. Hoy tuvo una noche excelente”, agregó. Antes de que comenzara la cita, Kerr también se vio obligado a salir al paso de su pupilo.

“Cuando eres un atleta jugando al máximo nivel, compites y no te sientas a quejarte de que te duele el dedo del pie, la rodilla, el pie. Todos tienen golpes y moratones en este punto de la temporada. No está siendo la postemporada ideal de Steph, obviamente, por las lesiones y las paradas, pero no importa. Todos lidian con situaciones. Oklahoma tuvo muchas lesiones en playoffs a lo largo de los años. Uno juega y trata de dar los mejor”, argumentó.

BRILLO DE LOS MENOS HABITUALES

La banca volvió a hacerse cargo de la situación y en el último periodo logró ampliar la ventaja de su equipo gracias a la presencia de Leandro Barbosa, Andre Iguodala, Shaun Livingston, Harrison Barnes y Marreese Speights.

“Todos tienen un impacto en el juego así que comenzar el cuarto periodo con esa chispa y abriendo el partido nos dio algo de tranquilidad. Sabíamos que ellos no se darían por vencidos y era nuestro trabajo el jugar bien”, apuntó Curry. “Lo que hicimos fue apoderarnos del momento. Hicimos lo que debíamos hacer en casa”.

Klay Thompson (27 puntos) se convirtió en el segundo máximo anotador de Golden State y volvió a mostrar buenas maneras defensivas.

“La clave está en no cometer tantas pérdidas de balón. Es un partido de rachas, hoy la banca hizo un gran trabajo, todo el crédito para ellos. Sostuvieron la ventaja. Ha sido una gran temporada pero debemos seguir. Hay que jugar con la misma intensidad y dureza. Tenemos que hacer lo mismo el sábado”, explicó.

Ahora la cuestión reside en si los Warriors serán capaces de mantener esta energía en un Cheseapeake Arena más que hostil, impenetrable durante esta serie. Aunque salvaron la primera caída al precipicio, aún siguen demasiado cerca del borde. Está en su poder la capacidad de demostrar que son capaces de repetir la fórmula en terreno de un Thunder que todavía tiene la sartén por el mango.