NBA Selecciones
Gonzalo Aguirregomezcorta, ESPN Digital 8y

El héroe: Irving se ganó un hueco en el firmamento de la NBA

Sus lágrimas de satisfacción y su abrazo fundido con LeBron James, su consistencia y capacidad para rehacerse tras un comienzo de serie nefasto. Kyrie Irving aportó todo lo que tenía para cumplir con el objetivo: el campeonato de la NBA 2016. Jugó sus primeras Finales este año y resarció su ausencia de la temporada pasada por culpa de una lesión en la rodilla. Lo hizo con creces, después de hacer oídos sordos a las críticas tras los dos primeros juegos, en los que sus 36 puntos fueron insuficientes para ser el escudero que le hacía falta a James. Primero 2-0 en contra, luego 3-1 y por primera vez en la historia de la NBA, un equipo remontó dicho balance para erigirse campeón tras la victoria 93-89 frente a Golden State Warriors. Irving tuvo mucha culpa de ello.

La gran final dejó otra actuación clave para el armador. Sus 26 puntos y seis rebotes quedaron registrados en las estadísticas, aunque su actitud y manera de tirar del carro quedó grabado en cada palmo de duela del Oracle Arena. No es fácil ganarle la batalla de los bases a un jugador como Stephen Curry, es complicado resurgir de las cenizas y ser garante de un carácter y una confianza tal como para imponer su ley. Y lo hizo, con garra, con calidad, anotando en situaciones límite, ante marcas exhaustivas y defendiendo con uñas y dientes. Irving voló, corrió y sufrió, pero sobre todo ganó.

"El campeonato es del vestuario. Todo el crédito para ellos. Fuimos resistentes y nos encargamos de hacer nuestro trabajo. Nos mantuvimos agresivos en el juego y ejecutamos ofensiva y defensivamente", afirmó desde el podio mientras el confeti y el trofeo Larry O´Brien resaltaban en territorio comanche.

Este domingo, Irving aportó para llegar a lo más alto y su peso para ayudar a LeBron a ganar el Jugador Más Valioso de las Finales fue fundamental. Una media de 27.1 PPJ, 3.9 APJ, 3.9 RPJ y 2.1 robos de balón por encuentro durante esta serie le avalan. Su humildad y un deseo implacable de superación le confirman. Irving padeció, pero nunca se resignó en unas Finales en las que de ir a contracorriente acabó cambiando el curso del torbellino junto a sus compañeros. El 'Big Three' fue variable en los Cavaliers, aunque el dúo formado por LeBron e Irving satisfizo la necesidad de una ciudad, Cleveland, que ganó su primer campeonato en cualquier disciplina en 52 años.

Si hay que elegir un momento, que sea su lanzamiento de tres a falta de 53 segundos para el final del Juego 7. Su triple pulverizó el empate a 89 y acercó la victoria. Dribló, dio un pasó atrás y anotó ante un Curry incapacitado para frenarle. Por eso y mucho más, Irving se ha ganado un hueco en el firmamento de estrellas de la NBA.

^ Al Inicio ^