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Gonzalo Aguirregomezcorta, ESPN Digital 8y

Stephen Curry y la presión del Jugador Más Valioso

Pica la curiosidad por ver cómo responde Stephen Curry ante el fracaso individual y colectivo que vivió durante las Finales de la NBA ante Cleveland Cavaliers.

Su rostro antes del séptimo partido distó mucho del semblante que suele mostrar cuando su confianza está al máximo. Se palpó la responsabilidad y se intuyó un temor escondido y manifiesto al mismo tiempo. No era más que la contradicción de un peso pesado cuyo papel en la serie estuvo alejado de lo que se esperaba de un Jugador Más Valioso elegido por unanimidad. El Juego 7 no fue diferente y ese temor visible pero oculto acabó por salir a flote.

Es inevitable la búsqueda de las razones por las que no vimos su mejor versión. Como lo es el plantear la duda sobre si Curry está capacitado para jugar bajo una presión mayor que la de la mayoría de los líderes de la NBA. Como la fábula del huevo y la gallina, no se sabe qué vino antes, si su decaída, si la falta de atino, si la desconcentración por la acumulación de faltas personales, si sus complejos defensivos, si el nerviosismo, la urgencia, la carga del deber, la imposibilidad de zafarse de arduas marcas. Quizás todo vino al mismo tiempo.

"No fui eficiente. Tuve algunos momentos Buenos, pero no hice suficiente para ayudar al equipo ganar. Especialmente en los momentos finales. Fui agresivo, pero de la manera equivocada", confesó el armador después de promediar 22.6 PPJ, 4.9 RPJ, 3.7 APJ, 4.3 pérdidas por juego y 0.9 robos de balón durante las Finales.

Además de su poca productividad, Curry también evidenció una frustración canalizada de manera incorrecta. Su expulsión tras llegar a las seis faltas personales en el ocaso del Juego 6 fue inédita en su carrera y el lanzar el protector bucal a un aficionado estuvo lejos de la imagen que el base suele proyectar. Las Finales le quedaron grandes, LeBron James también y así como las vestiduras de JMV.

"Me afectará durante un tiempo porque para mí significa mucho el tratar de liderar a mi equipo y hacer lo que necesito en la duela en momentos grandes. Lo hice antes. No esta noche (por el Juego 7). Debo regresar el año que viene, recorder esta sensación y ser un major jugador", agregó.

Queda por ver cómo responde. Su infalible superioridad durante la temporada regular no dejó lugar a dudas. Sus 402 triples marcaron otro de los récords que aglutina Curry. Sin embargo nada de eso resaltará después de que el campeonato se escapara de sus manos. Surgen las dudas y es inevitable transportar la mente a las Finales del año pasado, cuando la ausencia de Kyrie Irving y Kevin Love facilitaron mucho las cosas a los Warriors. ¿Le quita mérito ese anillo después de comprobar que no pudo liderar con ambos -especialmente su homólogo- sobre la duela? No, pero pone en entredicho su capacidad de liderazgo en los momentos realmente importantes.

"Aprendes de esto. Aprendimos de lo que fue ganar un campeonato el año pasado, y creo que eso nos convirtió en el mejor equipo de la historia en temporada regular. También aprenderemos de cómo fueron estos playoffs cuando regresemos el año que viene. La lección más importante es que nada está garantizado. No puedes tomar esta fase por sentada. Es extremadamente difícil ganar un campeonato. Por eso son ellos los que ahora se están bañando en champán", apuntó. "Entendemos que pocos equipos repitieron en la historia de la liga. Era nuestro objetivo pero no lo conseguimos".

LeBron también sufrió en sus primeros años en la NBA. Su poderío tenía madera de campeón, pero su primer periplo en Cleveland se saldó con cero títulos y unas Finales disputadas. Cuando ya se mascaba la posibilidad de ser una de esas estrellas estrelladas se marchó a Miami Heat para voltear la situación ipso facto. Aprendió a canalizar la presión y seis Finales consecutivas después ya suma tres anillos, cuatro JMV de la campaña regular y tres JMV de las Finales (el último galardón el recibido el domingo). Esa presión se convirtió en su oxígeno.

A Curry ya le costó asumir la responsabilidad en las Finales de 2015. Aunque superó la actuación de este año, su nivel no fue el deseado y fueron otros los jugadores que agarraron el testigo del liderazgo. ¿Cansancio tras sendas temporadas largas? ¿Siesta en los laureles provocada por la convicción de que tarde o temprano le sadrán las cosas? ¿Mala suerte? Todo líder pasa por baches específicos, lo que les engrandece es su capacidad para superarlos. LeBron lo consiguió, veremos si Curry alcanza esas cotas.

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