NBA Selecciones
Alberto de Roa 8y

El draft en español: Cuatro jugadores y sus posibilidades

La globalización de la NBA es un hecho imparable desde hace dos décadas. Desde que el legendario alero mexicano Manuel Raga se convirtiera en 1970 en el primer internacional seleccionado por un equipo NBA (Atlanta), la liga ha ido abriendo de forma progresiva sus puertas a jugadores de fuera de sus fronteras. En este contexto, el draft de 2016 promete ser un punto y aparte. Hay una posibilidad muy seria de que al menos la mitad de los elegidos en primera ronda sean nacidos fuera de Estados Unidos y con representantes de los cinco continentes.

Países como Canadá, Francia y Serbia merecen una especial atención, acumulando un buen puñado de jóvenes jugadores de calidad en este draft. Pero, a la vez, varios talentos de futuro de habla hispana han probado su suerte y, por supuesto, su potencial en el exigente proceso previo a la ceremonia que se celebrará el jueves en Brooklyn. Formados en la liga universitaria o en el exigente baloncesto europeo, cuatro jugadores españoles o latinoamericanos esperan de forma especial escuchar su nombre en el próximo draft.

Los privilegiados genes de Juan Hernangómez

De ellos, nadie ha despertado más expectación que Juan Hernangómez. "Juancho", como es conocido en España, es un claro aspirante a ser elegido en primera ronda. El ala-pívot de 20 años dejó una excelente impresión en su primer entrenamiento en Estados Unidos organizado en el IMG Academy de Florida, mostrando su cada vez más evidente mejora en la pintura y su efectividad en el tiro exterior. Además, Hernangómez ya ha entrenado de forma específica para equipos con varias elecciones en la primera ronda del draft como Phoenix, Denver y Boston.

Procedente del Estudiantes, un clásico del baloncesto español en horas bajas (esta temporada descendió de categoría), Hernangómez ha vivido este deporte desde la cuna. Su padre Guillermo jugó en el Real Madrid y en el Estudiantes, su madre Margarita Geuer llegó a ser campeona de Europa con la selección española, su hermano mayor Willy fue elegido en el pasado draft por los Knicks (previo traspaso con Philadelphia) y su hermana pequeña Andrea también aspira a jugar de forma profesional. Con el balón naranja bien insertado en su ADN, sus herramientas desarrolladas en la cancha hacen el resto.

Con 6'9" (2'06 metros) de estatura, Hernangómez puede jugar en las posiciones 3 y 4. Con buena mano desde fuera, aunque con una técnica aún por depurar, puede ser un peligro en la NBA como ala-pívot abierto pero, a la vez, no rehúye el contacto en la pintura si es necesario. Otra de sus grandes virtudes, el juego en el pick-and-roll, le han ayudado a llamar la atención de las franquicias de la liga. La exigencia de competir contra veteranos en España, eso sí, también ha acentuado alguno de sus puntos por pulir. Aún impreciso en el pase, sus pérdidas de balón (1,4 de promedio en 2015-16 por solo 0,6 asistencias) son un serio problema en el juego. Además, carece de velocidad lateral suficiente para contrarrestar la explosividad de jugadores rápidos, algo aún más difícil de controlar en la NBA.

Pero Juan Hernangómez tiene tiempo y potencial para pulir estos defectos, y por ello se encuentra actualmente en el 28º puesto en el pronóstico del draft de ESPN por Chad Ford. Su experiencia ante veteranos y no necesitar comprar su libertad para la próxima temporada (su contrato con Estudiantes termina este verano) le convierte en serio candidato para aportar a la franquicia que se haga con sus servicios desde el primer día.

Un "Pato" experto

Patricio Garino no va a ser un novato al uso. El alero argentino de 23 años llama a las puertas de la NBA con una experiencia al alcance de muy pocos universitarios. Formado en la prestigiosa Montverde Academy de Florida (de donde recientemente han salido D'Angelo Russell y Ben Simmons) y en la universidad de George Washington, "Pato" Garino empezará su carrera profesional con una experiencia internacional de lujo. En 2015, el alero formó parte de la selección argentina absoluta en los Juegos Panamericanos y en el FIBA Américas, donde fue titular habitual al lado de ilustres como Luis Scola y Andrés Nocioni. Argentina acabó en segunda plaza y se ganó un puesto directo para Río 2016 donde Garino espera competir.

Ganar una medalla en los próximos Juegos Olímpicos es uno de los grandes objetivos de Patricio Garino este verano. El otro: conseguir un puesto en la NBA. Tras terminar su año senior ganando el NIT (segundo torneo universitario nacional más prestigioso de la temporada) con George Washington, el alero ha entrenado ya para al menos 8 equipos antes del draft (Memphis, Orlando, Boston, Sacramento, Houston, Brooklyn, L.A. Clippers y Charlotte). Un ajetreado calendario para ganarse ser seleccionado antes de concentrarse con la selección argentina.

Garino, además, participó en abril en el Portsmouth International Tournament (PIT), un mini torneo anual para seniors universitarios en presencia de escuchas de NBA y de equipos internacionales. Pese a no brillar en el tiro, Garino mostró su potencia física y su inteligencia de juego para mantenerse en el radar de la liga. Por lo mostrado en NCAA y con Argentina, Garino aspira a ser lo que en la NBA llaman un "3-and-D", un ala capaz de hacer daño desde fuera del arco y de incomodar en defensa a los anotadores rivales. Su 43% en triples de acierto en la última temporada y su lucha demostrada en cada partido permiten ser optimista. Si bien necesita mejorar en la retaguardia para ser un defensor fiable, Garino tiene la suficiente inteligencia y sentido de equipo para aportar al conjunto.

Simplificando mucho, en la NBA se puede ser dos cosas: estrella o secundario. Patricio Garino no tiene quizás madera para ser All-Star, pero sí de convertirse en un cotizado jugador de rotación. Su edad y su teórica falta de potencial puede dañar sus opciones en el draft, donde muchos equipos apuestan en segunda ronda por jugadores jóvenes esperando durante un tiempo a que acaben de explotar en Europa o en la D-League. Pero aun no siendo seleccionado de forma inmediata, Garino podría ser un perfecto añadido para una franquicia NBA como agente libre en pretemporada y, si todo va como el argentino desearía, con una medalla olímpica colgando del cuello.

El guerrero de Anzoátegui

Ver a Michael Carrera en una cancha jugando a baloncesto es toda una experiencia. Es muy posible que el alero venezolano no sea el jugador más talentoso o elegante en su próximo equipo, pero difícilmente habrá un compañero más intenso y sacrificado que el jugador nacido en Barcelona, en el Estado Anzoátegui. Carrera arranca su carrera profesional tras una etapa algo irregular en la universidad de South Carolina, pero culminada con una espléndida temporada como senior.

Ex compañero de Patricio Garino en Montverde Academy, Carrera siguió también su formación como jugador en Estados Unidos. Sus discretos tres primeros años de carrera le mantuvieron fuera de la órbita de la NBA, hasta su explosión definitiva en 2015-16, donde promedió 14,5 puntos y 7,7 rebotes por encuentro con un sólido 40,5% de acierto en triples. Pero más allá de los fríos números, Carrera destaca de forma especial por su actitud en cancha. Cada rebote y cada balón suelto son misión obligatoria para un jugador que compensa su falta de altura (6-5, 1'96 metros) con una pasión única.

Sin miedo al contacto y muy ágil, Carrera necesitaba mejorar su tiro exterior para seguir buscando fortuna en el baloncesto. Sus opciones de llegar a la NBA pasaban por esa evolución, y ha podido demostrarla en el mejor escenario. También participante en el PIT como su antiguo compañero en Montverde, Carrera estuvo letal desde fuera del arco, promediando más de un 50% de acierto. Su sólida temporada final y su exhibición en Portsmouth le dieron la oportunidad de avanzar en el camino al draft.

Carrera ya ha entrenado con Boston, Utah, Minnesota y Oklahoma City, mostrando su intensidad y su mejora en el lanzamiento. Su falta de centímetros para ser un ala estándar en la NBA y una mecánica de tiro poco ortodoxa son sus importantes puntos en contra. De forma más o menos explícita, muchas franquicias NBA desconfían de jugadores que no alcanzan una altura mínima. Pero si hay alguien capaz de compensarlo con corazón, es Michael Carrera.

Un huracán desde Puerto Rico

Liderar a un equipo a dos victorias en el 'March Madness' no está al alcance de cualquiera. Antes de caer ante Villanova, el futuro campeón, la universidad de Miami avanzó al Sweet 16 de la mano de su director de juego, el puertorriqueño Ángel Rodríguez. De forma especial, el partido de segunda ronda ante Wichita State fue la cumbre del estilo de Rodríguez, quien terminó con 28 puntos (9/11 en tiros de campo), 5 asistencias, 4 robos y, a la vez, 7 pérdidas en el triunfo de sus Hurricanes.

El base armador de 23 años, natural del barrio de Cupey en San Juan, completó así una carrera universitaria en la que fue ganando consistencia en su juego sin perder su genialidad. Por su origen y su físico, la primera comparación que viene a la cabeza viendo a Ángel Rodríguez es J.J. Barea, pero pese a compartir similar inclinación a romper a la defensa entrando a canasta, quizás un parecido más legítimo para Rodríguez es el Ty Lawson que brilló en los Nuggets.

Su capacidad para encontrar el pase al compañero liberado por la ayuda defensiva para detener su penetración ha sido la gran virtud de Rodríguez. Pese a su escasa estatura (5-11, 1'80 metros), el base ha hecho de su agilidad y su ausencia de miedo al contacto sus cartas de presentación. Crecido en la tragedia (su padre fue asesinado cuando tenía 2 años), Rodríguez se convirtió en el alma de Miami por su carácter ganador, liderando al equipo a su mejor temporada en más de una década.

Jugar en la posición con más competencia en la NBA actual no le pone las cosas fáciles a Rodríguez, quien tras un sólido PIT ha entrenado ya para Minnesota, Utah, Houston y Charlotte. Pese al éxito de jugadores como Isaiah Thomas, no llegar a los "seis pies" es una complicación para el puertorriqueño, quien también tendrá que mejorar en la ejecución de su tiro (algo lenta) y en una defensa donde no siempre la agilidad compensa su altura. Intentar convencer a una franquicia de la necesidad de sumar a un armador capaz de revolucionar cualquier partido desde el banquillo será la gran misión de Ángel Rodríguez de cara al draft.

El sueño no termina en el draft

Si bien Juan Hernangómez parece tener más que asegurado escuchar su nombre en la ceremonia del draft del 23 de junio, no es el caso de los tres jugadores latinoamericanos, quienes no aparecen en los pronósticos previos. Pero quedarse sin ser seleccionado no sería de ninguna forma el fin de sus opciones de llegar a la NBA.

La experiencia acumulada en NCAA por Patricio Garino, Michael Carrera y Ángel Rodríguez en equipos ganadores puede servir para hacerse hueco como agentes libres en franquicias necesitados de jugadores que puedan contribuir desde el primer día. Y si no lo consiguen de inmediato (los compromisos con sus selecciones complicarían algunos pasos importantes como participar en las Ligas de Verano), la opción de ganarse una segunda oportunidad desde la D-League (liga de desarrollo de la NBA) o un buen contrato en Europa serán buenas opciones alternativas. Pero sin avanzarnos demasiado a pocos días de la ceremonia, Hernangómez, Garino, Carrera y Rodríguez son la principal baza para que el draft de 2016 hable también en español.

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