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Jorge Morejón 8y

Cerca del fin Chris Bosh, la última columna del 'Big Three'

Esta vez querer no es poder. Por más que Chris Bosh insiste en volver a jugar con el Miami Heat, todo indica que su carrera ha llegado al fin.

De esta manera se extinguiría el último vestigio del Big Three que llevó al quinteto de la Capital del Sol a cuatro finales consecutivas de la NBA.

Un examen médico habría revelado la presencia de nuevos coágulos de sangre, la razón por la que el jugador se perdió la segunda mitad de las temporadas 2014-2015 y 2015-2016.

La relación entre Bosh y el equipo se había vuelto tensa en las últimas semanas, pues los médicos del Heat se negaban a darle el visto bueno para regresar a la cancha.

El basquetbolista, por su parte, acudió a otro doctor en busca de una segunda opinión, quien le garantizó que podría hacerlo con el consumo de un fármaco anticoagulante que le ha permitido extender su carrera a un jugador de hockey en la NHL que padece de la misma enfermedad.

Pero nuevos análisis revelaron la presencia recurrente de los coágulos y los equipos médicos del Heat, la NBA y el propio Bosh determinaron, tras una reunión, que el jugador no está apto para regresar.

Las tensiones de las últimas semanas incluyeron acusaciones contra el equipo de que estaba defendiendo sus intereses económicos, mientras que el Heat alegaba que su mayor preocupación era la salud de Bosh.

De todos modos, la ausencia de Bosh, al menos hasta el 9 de febrero, beneficiaría económicamente al Heat, pues su salario de casi 24 millones no contaría contra el impuesto de lujo que habría que pagar por sobrepasar el tope salarial.

Además, una buena parte de los más de 70 millones pendientes del contrato serían asumidos por el seguro, lo cual le daría una flexibilidad financiera aun mayor a la gerencia.

Entretanto, los fanáticos de Miami aplauden la decisión del equipo de no permitirle a Bosh retornar a la cancha y no sólo debido a que la prioridad debe ser la salud del hombre, para bien de su familia.

Bosh no es precisamente un jugador popular, al nivel que tuvieron Dwyane Wade o Lebron James.

El megacontrato que firmó en el 2014, tras la salida de Lebron, ha sido visto por muchos aficionados como un pacto de pánico para alguien cuyo rendimiento y liderazgo no va en concordancia con la cantidad de dinero.

De hecho, cuando Bosh estuvo obligado a abandonar el plantel poco después de la mitad de la pasada campaña, el equipo tuvo mejor rendimiento colectivo, con un juego mucho más veloz que hubiera sido imposible desplegar con el veterano de 13 temporadas y 11 participaciones en Juegos de Estrellas.

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