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Tamika Catchings, mujer récord de la WNBA dice adiós

INDIANA -- Uno de los más grandes símbolos de la WNBA anunció su retiro; sin duda, la más grande estrella de esta liga de básquetbol profesional.

Tamika Catchings, de 37 años, disputó el pasado miércoles el último encuentro de su carrera luego de 14 años en la Liga estadounidense, todos defendiendo los colores de las Indiana Fever. Catchings es la máxima reboteadora y recuperadora de la historia tanto en Liga regular como en Playoffs, la mejor anotadora en las Series por el Título y segunda en temporada regular, a sólo 108 puntos de Tina Thompson.

Detrás de su leyenda como jugadora se esconde un carácter irreductible que le hizo superar una discapacidad auditiva con la que nació. Hija de Harvey Catchings, un ex jugador de la NBA con 11 años de experiencia, pronto empezó a destacar en el baloncesto. En el Duncanville High School de Texas dejó uno de los dos quíntuples-dobles registrados en la historia del baloncesto: 25 puntos, 18 rebotes, 11 asistencias, 10 tapones y 10 recuperaciones.

Sin embargo, sus problemas auditivos le torturaban.Sus notas eran brillantes y su juego era extraordinario, pero entre sus compañeros eran más famosos los audífonos que llevaba para poder escuchar.

"Cada uno de aquellos día fue un desafío para mí. Se burlaban de mí por los aparatos que llevaba y por la forma en que hablaba. No entendía por qué la gente se reía de mí sólo por ser diferente. Hubo muchos días en los que deseé ser una niña normal", contó tras ganar su único título en la WNBA y ser nombrada MVP de la Final de 2012.

Un día, Catchings se cansó y se quitó los audífonos. Para compensar su déficit auditivo, se sentaría en la primera fila en clase, se leería las lecciones con antelación, aprendería a leer los labios.

En los partidos, todo eso no bastaba. Jugando en la Universidad de Tennessee, había veces en las que no hacía caso a su entrenadora, la legendaria y recientemente fallecida Pat Summitt, porque no la había escuchado. Fue ella quien le recomendó ponerse los audífonos de nuevo incluso para jugar y entrenarse.

A su llegada a la WNBA como número 3 del Draft de 2002, cumplió con las expectativas que le precedían. Empezó a marcar diferencias en la cancha y a ser una referencia fuera de ella.

Por si fuera poco, en Indiana es un icono por su implicación en aspectos sociales. Ha recibicido numerosos premios por su colaboración a través de su fundación.

Su brillante manera de jugar la llevaron a ser 10 veces All Star, estar siete veces en el mejor quinteto de la WNBA, ser cinco veces la mejor defensora, ser la novata del año en 2002, ganar cuatro oros olímpicos (2004, 2008, 2012 y 2016) y dos Mundiales.

En 2014 anunció en una entrevista en televisión que tras los Juegos de Río se retiraría y lo cumplió.

"Todo lo que he superado me ha motivado para ser mejor. La gente se podía reír de mí, pero no en la cancha. Eso fue lo que me mantuvo totalmente cuerda todo el tiempo. Muchas veces deseé ser como todo el mundo, pero ahora doy las gracias a Dios por hacerme como me hizo", dijo el día de su retiro de las duelas.

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