SACRAMENTO -- Será por su tipo latino o por la cantidad de tatuajes que lleva sobre el cuerpo, no se sabe, pero a Matt Barnes, jugador de los Kings de Sacramento le dicen el 'mexicano más alto' de la NBA.
Barnes es uno de los mayores generadores de polémicas en la NBA durante los últimos años y su reciente llegada a Sacramento, por 6,1 millones de dólares por esta temporada no lo hacen olvidar sus orígenes.
En una entrevista concedida a Chris Palmer en 'Bleacher Report' y traducida íntegramente al español en 'Basket4us', el jugador recuerda su infancia.
"De pequeño me peleaba todos los días. En el colegio los niños me llamaban 'nigger' (negro) a todas horas. Así que me peleaba siempre.
"Mi padre viene de un entorno agresivo. Lo que hacía con nosotros no se podía considerar como abuso infantil en aquella época, pero hoy en día no podrías ignorarlo. Nunca perdía la oportunidad de darnos un correctivo. La violencia a veces es la respuesta", recuerda.
"Nunca fui lo suficientemente negro ni blanco", añade sobre su infancia. "Era una especie de bicho raro. No era blanco, ni negro, ni puertorriqueño, ni asiático. La gente no paraba de preguntarme: '¿Qué diablos eres tú?".
"Hoy siguen pensado que soy el mexicano más alto de toda la NBA, pero llegó un momento en el que supe que era negro. Aunque siempre me he identificado más con las raíces italianas de mi madre, soy negro porque no me tratan como a una persona blanca. Todavía hoy sigo siendo discriminado", asegura.
"Crecí en los años 80, en una época muy dura: Pistons, Celtics, Knicks, Charles Oakley, Antony Mason... No se trataba de un baloncesto sucio, sino simplemente de baloncesto. Para alguien como yo, que con cinco años jugaba al fútbol americano con placajes en la calle, se trata de un asunto de hombres", señala.
A pesar de sus orígenes y de su dura infancia, el basquetbolista muestra su lado humano y familiar.
"Veo a mis compañeros de equipo como mi familia. Soy una persona que moriría literalmente por mi familia. Soy el protector, es lo que siempre he hecho. Por una razón u otra, siempre he estado en equipos con estrellas que eran objeto de golpes sucios. Como necesitamos a esos chicos para ganar, pues me encargo de protegerlos. He visto de cerca al 90% de cabrones que hay en el mundo".