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Frótense los ojos; LA Lakers vuelve a divertir y a ganar

A la afición de Los Angeles Lakers se le había olvidado eso de ser competitivo. En los últimos años, lo de disfrutar de su equipo era fruto del pasado, de los tiempos en los que la ilusión era la de ganar un campeonato, no la de esperar a una primera elección en el draft.

Frente a Houston Rockets, el Staples Center recuperó parte de la esencia perdida. La fanaticada disfrutó con un conjunto liderado por un grupo joven sin nada que perder que también quiere disfrutar del proceso. Claro que con victoria, el goce de ese desarrollo sabe todavía mejor. Los laguneros supieron sufrir y sacar adelante su primer juego de la temporada ante los Rockets (120-114). Sin duda, un buen comienzo en la era post Kobe Bryant y el deseo de que esta imagen no sea un espejismo.

“La victoria sienta muy bien, muy muy bien. Esta noche los chicos lucharon. Gran parte de lo que estamos intentando hacer es construir una identidad, una cultura. Insistimos en usar estas palabras y aprender a ganar partidos es parte del proceso en el que debemos comprender quiénes somos. Hicimos algunas cosas al final que nos podrían haber costado el partido pero podemos aprender mucho por haber conseguido la victoria al final. Sienta muy bien pero hay mucho que debemos mejorar”, señaló Luke Walton.

Las cosas salieron a pedir de boca para el nuevo coach de los Lakers, quien en líneas generales quedó satisfecho con la ejecución del plan de juego por parte de su equipo. El joven coach imprimió nuevos valores a los chicos, les inculcó esa obsesión por compartir el esférico y disfrutar del placer de lanzar desde el perímetro (12-de-35). Uno de los aspectos que aniquiló a los Lakers de los años anteriores fue la falta de concentración al comienzo de los encuentros.

La primera de las 82 pruebas de Walton dejó claro que eso está próximo a desaparecer, o al menos esa es la intención. No fue sencillo aguantar el fulgurante inicio de unos Rockets que contaron con un James Harden capaz de anotar 12 puntos en los primeros 12 minutos del partido. Aunque si enfrente hay un jugador como D’Angelo Russell (convirtió el mismo número de unidades que su rival en el primer periodo) eso hace que mantener el ritmo sea más sencillo. Sin embargo, lo que realmente marcó la diferencia fue la manera en la que cerraron el partido en el último periodo.

“Hicimos múltiples esfuerzos. Muchas veces no logramos capitalizar porque nos frenaron. Siento que nosotros les frenamos mucho al final, cuando realmente importó y eso es lo que marcó la diferencia”, aseguró Russell.

El último cuarto decantó la balanza a favor de los Lakers después de un encuentro parejo en todos los sentidos. La energía fue vibrante y asfixiaron a sus oponentes al tiempo en que lograron puntuar y convertir un empate a 112 a falta de tres minutos del final en un 120-114.

Jordan Clarkson (25 puntos) fue primordial en esos momentos finales gracias a un triple convertido, a un lanzamiento de dos puntos y un robo de balón que finalizó en gancho certero de Randle. El guarda aguantó paciente durante la primera mitad del partido en la que tan solo jugó seis minutos. Fue suplente contra todo pronóstico tras la entrada en el quinteto titular de Nick Young (8 puntos). Walton le dio un voto de confianza tras la reanudación y Clarkson cumplió con una segunda mitad excelente en la que no dio un balón por perdido (robó tres esféricos).

“Fue gracias a la alineación de jugadores pequeños, hicimos un gran trabajo a la hora de comunicarnos y cambiar de posición. Tan sólo jugué cinco o seis minutos en la primera mitad, en la segunda me conecté con el partido y confiaron en mí para crear jugadas”, afirmó un Clarkson que valoró muy positivamente el trabajo defensivo de Young sobre Harden.

Julius Randle también dejó muy buenas sensaciones después de ser la bujía ofensiva de los Lakers en momentos clave. Anotó 18 puntos con un balance de 9-de-11 en tiros de campo y repartió un total de seis asistencias. Walton incidió mucho durante la pretemporada en que los jugadores debían buscar opciones de pase y Randle fue uno de los jugadores que más reprimendas se llevó en este sentido. Ante los Rockets se convirtió en el jugador que más últimos pases concedió a sus compañeros: seis.

“El juego me vino de esta manera como me estuvo pasando durante toda la pretemporada. Fui capaz de agarrar el ritmo. Hicimos todo lo que hemos estado practicando y todo está llegando junto. Fue un partido duro en muchos momentos. Los jugadores de ambos equipos se cansaron, pero nosotros fuimos capaces de frenarles al final”, argumentó.

La veteranía y los galones de Harden le convirtieron en el auténtico hombre orquesta de los texanos. Con 34 puntos y 17 asistencias fue el máximo anotador y asistente del encuentro, pero no fue suficiente ante la concentración de los locales.

Mike D’Antoni regresó al Staples Center como entrenador de otro equipo por primera vez desde abril de 2014 después de pasar dos temporadas como coach de los Lakers.