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Lo que hace LaVar Ball es levantar un negocio familiar

Richard Mackson/USA TODAY Sports

Si al lector se le ocurre preguntarle a LaVar Ball acerca de una táctica que podría definirse como una combinación entre la de Muhammad Ali y la de Conor McGregor, le deseamos buena suerte. Ball no fue un gran fanático de Ali o del boxeo (su padre sí lo fue) y cuando le preguntamos por McGregor el martes, el autor de las declaraciones más controvertidas de Estados Unidos se quedó, por una vez, sin palabras.

"¿Es un peleador, no es cierto?", preguntó Ball por teléfono.

Sí, un peleador de artes marciales mixtas que está preparando con sus declaraciones el camino a una pelea de boxeo de millones de dólares con Floyd Mayweather y que, seguramente, se irá riendo al banco después de ella -- suponiendo que pueda reírse con su mandíbula fracturada.
Y eso está bien. LaVar Ball podría estar lanzando "jabs" virtuales a tipos como LeBron James y Charles Barkley, pero no está dispuesto a lanzar ni a recibir ningún golpe real, y tampoco les pide a sus hijos que hagan lo mismo. Pero Ball va a preparar e impulsar a su hijo Lonzo, la estrella de 6 pies 6 pulgadas de los UCLA Bruins, y a sus hijos menores LiAngelo y LaMelo, al máximo, aunque a Steve Kerr o a Steve Alford o a Steve Harvey no le guste, y lo hará con declaraciones que harían sonrojar a P.T. Barnum.

Pueden ustedes decir que el padre Ball es otro papá mediático en una cultura Kardashian. Pueden burlarse de la predicción de este hombre, en cuanto a que la rara forma de lanzamiento de Lonzo está destinado a generar grandes cosas en la NBA. Pueden usar sus alocadas afirmaciones para llegar a la conclusión de que, sabes, Ball Sí Que Miente.

Pero no digan que su táctica, hasta el día de hoy, está fracasando. Los Ball son la mitad de famosos en el básquetbol que los Manning en el fútbol americano (y siguen subiendo), y que su propio Peyton, Lonzo, ha estado lanzando más que su porcentaje de pases perfectos en el campo de juego.

Pregunta: Si LaVar Ball es tan perjudicial para su hijo mayor, ¿por qué su hijo mayor está prosperando en un momento en que las apuestas arriesgadas pueden hacer que los jugadores universitarios y los entrenadores pierdan la cabeza?

Respuesta: LaVar Ball no es perjudicial para su hijo mayor, y probablemente no lo será tampoco para sus talentosos hijos destinados a la UCLA, LiAngelo y LaMelo. Lonzo ha dicho que su padre, que alguna vez fue un jugador universitario marginal, siempre ha tenido una personalidad desmesurada, con inclinación a decir cosas desmesuradas y que la única diferencia es que ahora las está diciendo para consumo de los medios masivos.

Tal vez estuvo demás que el padre le dijera a Chris Broussard, de Fox Sports, que los hijos de LeBron James soportarán una presión tremenda tratando de emular el nivel de su padre cuando sean grandes. Pero fue una observación bastante benigna de un padre que, finalmente, estaba admitiendo que él no había sido muy buen jugador. Cuando James le dijo a Dave McMenamin, de ESPN, que no quiere que LaVar Ball hable de sus hijos, no ha hecho otra cosa que avalar el plan de marketing de Ball.

Pero Lonzo fue el primero que lo avaló al jugar un tipo de básquetbol absolutamente sin presiones. Verlo jugar durante el torneo de la NCAA es ver a un organizador de juego de élite que no se preocupa por los detalles menores, ni por los mayores, ni por los intermedios. Se desplaza sin esfuerzo por todo el campo de juego, donde parece estar una escena adelante de todos los demás.

LaVar dijo que Lonzo no juega como si estuviera estresado por las declaraciones extemporáneas de su padre por una sencilla razón: Él no está estresado por las declaraciones extemporáneas de su padre.

"Esto se trata de que mis hijos intentan ser los mejores jugadores de todos los tiempos", dijo LaVar. "Pero les he estado diciendo desde que eran pequeños -- que los deportes no deben significar presión, son solo entretenimiento. Uno tiene que disfrutar mucho cuando los practica".
En una entrevista con ESPN.com, LaVar Ball agregó a sus declaraciones previamente publicadas que él hubiera vencido a Michael Jordan en un mano a mano, que Lonzo ya es mejor que Steph Curry, y que Lonzo ya es el mejor jugador del mundo (al menos en un contexto de cinco contra cinco) al referirse a Jordan, Magic Johnson, Jason Kidd y al equipo adversario de UCLA en la noche del viernes del torneo de NCAA, los Kentucky Wildcats. Y como lo hizo. Aquí hay una muestra de su nuevo material:

  • Al comparar a Lonzo con Johnson, Ball dijo: "Lonzo es más atlético que Magic, bloquea más lanzamientos, y roba más pelotas. ... Lonzo es Magic con un lanzamiento en suspensión".

  • Al comparar a Lonzo con Kidd, Ball dijo: "La forma en que puedes comparar a él con Kidd es que a él le gusta hacer pases y que Kidd y Zo son de piel clara. Pero [Lonzo] es más alto y con más alcance, y tiene un mejor lanzamiento en suspensión que Kidd.. Es más atlético en la manera que salta y toma los pases altos".

  • Sobre los talentos de sus hijos, Ball dijo: "Michael Jordan es el más grande jugador de todos los tiempos, pero mis tres hijos también pueden llegar a serlo. Lonzo es mejor que lo que Michael Jordan era cuando estaba en la secundaria, y el es mejor que lo que Michael Jordan era cuando estaba en la universidad. ... Solo tiene 19 años. Él tiene que superar los seis títulos de Jordan y llegar a los siete para ser el más grande jugador de todos los tiempos, y creo que es capaz de hacerlo".

  • Sobre las probabilidades de que UCLA le ganara a Kentucky, Ball dijo: "Ya dije que UCLA ganará el campeonato nacional, y no me voy a retractar ahora. Con Zo, la química que tiene UCLA es mejor que la que tiene Kentucky".

Es por esto que el torneo de la NCAA está convocando a 17 voces este año -- 16 programas de básquetbol acreditados y un "Ball State" no invitado. UCLA le ganó a Kentucky en diciembre, pero algunos podrían señalar la puntuación y sugerir que "Ball State" sufrió una derrota parcial. En la batalla de los bases con destino al sorteo, De'Aaron Fox terminó con 20 puntos, nueve asistencias y dos recuperaciones de ofensiva, contra los 14 puntos, siete asistencias y seis recuperaciones.

Cuando se le preguntó a LaVar Ball sobre la comparación de Fox con su hijo, él dijo: "No puede meterse con Zo. Puedes tener 40 puntos y Lonzo solo dos puntos y convertir al lanzamiento ganador del juego y yo apuesto por él. Puedes haber hecho más puntos, pero mira quién ganó el juego.

Creo que [Fox] realmente no lo superó en el juego. Es un deporte de equipo. Lo único que le preocupa a mi hijo es que su equipo gane".

Por esta razón, Ball identifica a su hijo como el que será elegido No. 1 en general en el "draft" de junio de la NBA. Él acepta que la velocidad de Fox le recuerda a la de John Wall, pero agrega, "No sé si yo lo ubicaría entre los cinco primeros del 'draft'. Yo quiero un tipo más grande y fuerte".

Y aquí es donde uno se preocuparía normalmente por la posición en que LaVar Ball está colocando a su hijo antes de que enfrente a Kentucky y luego, antes de que enfrente a los mayores de la NBA, que estarán tan ansiosos de vérselas con Lonzo como Barkley quiere vérselas con su padre.

Pero hay que ver cómo se maneja el joven dentro y fuera del campo de juego. ¿Dónde está la tensión en el cuerpo de Lonzo? ¿Dónde está el gesto de angustia?

Por lo general nosotros solo conocemos lo que las figuras públicas nos dejan conocer sobre sus vidas privadas, así que no tendría sentido describir a los Ball -- LaVar y su esposa, Tina, ella misma ex jugadora universitaria, y sus tres hijos -- como la imagen de la felicidad estadounidense. Pero al menos frente a las cámaras, parece algo seguro que los hermanos Ball están totalmente cómodos con la actuación de su padre. O tal vez se den cuenta de que no es una actuación, sino una sensata estrategia en una cultura que siempre termina por recompensar a la auto promoción.

Entrenador personal de profesión, LaVar Ball le dijo a USA Today que espera lograr que sus tres hijos firmen un contrato con un gigante del calzado deportivo por $1,000 millones. Aunque es difícil imaginar cómo podría funcionar un trato como ese (LiAngelo y LaMelo todavía tienen años de elegibilidad como 'amateurs' para cuidar), la afirmación de Ball me recordó una conversación que tuve con Richard Williams, padre de Serena y Venus, en el Abierto de los EE. UU. de 1999. Richard había llevado a la cima a sus prodigios tenísticos directamente desde Compton de la manera en que se estila ahora: haciéndolas jugar con pelotas desinfladas, de 10 centavos, que él compraba en la tienda local, en lugar de enviarlas a una academia de tenis y/o al tradicional sistema de desarrollo de la USTA.

Un día estábamos caminando por el patio de comidas mientras hablábamos de Venus y Serena, que estaba a pocos días de ganar el primero de sus 23 grandes títulos cuando el tema de la conversación giró al plan declarado de Richard Williams de comprar el Rockefeller Center por $3,900 millones. "Si no pudiera comprar el Rockefeller Center por unos pocos cientos de millones", me preguntó, "¿habría fracasado?"

Si LaVar Ball ayuda a que Lonzo obtenga un contrato de calzado deportivo que sea $900 millones menos que los 1000 originales, pero aún así $10 millones más que lo que hubiera conseguido un padre/representante sensato, ¿habrá fracasado?

El jefe de la familia Ball dice que creció como uno de siete hijos en un hogar de clase media en el área Sur-Central de Los Ángeles, de un matrimonio de trabajadores, donde el padre hizo alguna vez de guardaespaldas de Sylvester Stallone. ("Acostumbrábamos a cuidar al hijo de Stallone, Sage", dijo LaVar). El padre de Lonzo dice que él es atrevido y ruidoso porque "así es como son los perros alfa de Sur-Central" y que la personalidad más atenuada de Lonzo es el producto de su niñez menos desafiante en Chino Hills.

"Generalmente, un chico con ese tipo de talento proviene de un vecindario de menores ingresos", dijo LaVar, "y entonces uno pone toda la presión en un muchacho de 18 años para que tenga éxito y saque a todos de allí. Pero yo no necesito que Lonzo se apure a sacarme de Chino Hills. No estoy cansado de todas estas colinas y piscinas.

"Esto es algo que yo y mi esposa creamos para nuestros hijos. El plan principal es básicamente que mis hijos sean ricos. Quiero que sus nietos sean niños con fideicomisos. Esa es la base de todo esto. ... Steve Kerr dice que no los estoy ayudando cuando hablo, pero esta es la verdad: Ya los he ayudado alimentándolos, vistiéndolos y preparando la máquina de lanzamientos para ellos. No hablando".

Ball no está dispuesto a dejar que los que dudan, los que lo odian, y ni siquiera la NCAA lo detengan. Él tiene un sitio web, bigballerbrand.com, que vende camisetas y gorras, incluso algunas con los colores de UCLA (aunque sin el logotipo y el nombre de la universidad). La NCAA prohíbe a un estudiante-atleta que obtenga beneficios monetarios gracias a su nombre, imagen o parecido, y este organismo solicitó que se retire del sitio la fotografía de Lonzo. Pero el hecho de que el sitio exista es una victoria contra la mayoritariamente blanca estructura de poder de la NCAA integrada por administradores y entrenadores que obtienen réditos a cada paso mientras restringen a una fuerza laboral mayoritariamente negra y no paga.

Antes de que lleguen a la NBA o a la NFL, los jugadores son los únicos participantes de los deportes profesionales a quienes se les prohíbe ganar dinero. Si LeBron James y LaVar Ball se dirigieran la palabra, LeBron le podría contar sobre la época en que estuvo suspendido para jugar al básquetbol de secundaria por los supervisores de deportes amateur, por haber aceptado dos 'jerseys' deportivos de una tienda.

"¿Por qué está bien que cualquiera pueda ganar todo este dinero gracias a mis hijos?" dijo LaVar Ball. "¿Cómo exploto algo que es mío?" Yo cree a estos muchachos. Este es mi negocio familiar. ... Vamos a construir este imperio para la familia".

Ellos van a continuar construyéndolo en UCLA, también, incluso aunque Alford retorne a su hogar de Indiana Hoosier. El patriarca Ball dice que él ama a Alford y Alford también ha arrojado rosas a los pies del padre. Pero en lo que respecta a LiAngelo y a LaMelo, LaVar dijo, "Vamos a quedarnos con UCLA aunque pongan a Bobo el Clown como entrenador".

Algunos han tratado de vestir a LaVar Ball con una gran nariz roja, pijamas a lunares y zapatos grandes y blandos, pero el disfraz no le queda bien. Ha demostrado ser más inteligente que lo que muchos de sus críticos creían. Tan cierto como que Muhammad Ali aprendió a promocionarse a sí mismo mirando a Gorgeous George, Ball ha aprendido cómo crear y controlar el ciclo de noticias mirando a ESPN y a otros canales relevantes que valoran mucho el contenido "vean lo que hago" (o en este caso, "vean lo que hacemos").

Y ahora es el momento de volver la mirada a su talentoso hijo mayor. Uno podrá encontrar a Lonzo en el campo de juego el viernes a la noche, enfrentando a Kentucky. Será el base controlado que juega para el entrenador de-facto de "Ball State", un padre que claramente tiene un método para toda su locura de marzo.