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Harden ganó la batalla de MVPs y cuatro otros apuntes de los Rockets en los playoffs hasta ahora

Los Houston Rockets avanzaron a la segunda ronda de los playoffs por segunda vez en tres años, pero si ellos pretenden llegar a las Finales de la NBA por primera vez desde que el Windows y el Súper Nintendo estaban a la moda en 1995 deberán rendir a un nivel mucho más alto del que desplegaron durante su serie contra el Oklahoma City Thunder.

Es cierto que ganar una serie de postemporada nunca es fácil y que hacerlo en cinco juegos mientras otras cinco en la NBA van a durar seis o siete es meritorio, pero lamento decirles que esta versión de “James Harden y su Banda” no cuenta con estirpe de campeón. Al menos no todavía.

Una cosa es ganarle a Russell Westbrook, un pivot que (no) vale 100 millones de dólares y tres equivalentes a un cono de entrenamiento con barba, pero ninguno de los otros equipos sobrevivientes en la Conferencia Oeste serán tan fáciles de resolver ni de derrotar.

A continuación repasamos cinco lecciones que nos dejaron los Rockets hasta ahora en esta postemporada electrizante.

1. Harden no estuvo al 100 por ciento, pero igual mostró estirpe de líder

El base estelar del conjunto tejano promedió 33.2 puntos, siete rebotes y 6.4 asistencias mientras encestaba un 90 por ciento de sus tiros libres y aguantaba una lesión en el tobillo en los dos últimos juegos, y él ganó el duelo de MVPs contra Westbrook por más que su rival haya promediado un triple-doble en la serie.

¿Por qué? Por una razón muy simple. Harden fue más eficaz que Westbrook durante sus 37 minutos en cancha contra el Thunder y elevó al nivel de sus compañeros de una forma que el armador de Oklahoma City jamás pudo replicar.

Los números de Harden te dirán que él encestó apenas un 31 por ciento de sus tiros de campo y dos de 20 triples con el tobillo averiado en los últimos dos partidos, pero él también descansó menos que en los tres partidos previos y generó espacios que Trevor Ariza, Nené y Patrick Beverley supieron aprovechar para liquidar a su oponente.

Cuando Harden vuelva estar en plenas condiciones y se enfrente a una defensa de élite, esa filosofía de no hacer todo por sí mismo deberá continuar contra viento y marea. Ningún hombre es una isla, ni siquiera los jugadores más valiosos.

2. Hace falta más discreción desde larga distancia

Los Rockets intentaron entre 29 y 37 triples en todos y cada uno de sus cinco compromisos contra Oklahoma City, pero encestó apenas un 28.4 por ciento de ellos. Esa es la peor marca de la liga en estos playoffs.

Comprendo que la filosofía de los dirigidos por Mike D’Antoni es de bombardear al rival desde media distancia. Así rompieron el récord de triples intentados en una misma temporada y se convirtieron en apenas el segundo equipo de la historia en superar la barrera de los mil en ese rubro.

Sin embargo, en los playoffs más no es necesariamente mejor.

Harden ataca el aro con ferocidad y es capaz de conseguir bandejas como y cuando quiere. Ningún jugador de la liga ha convertido más tiros libres que él tras cinco juegos en estos playoffs. Además, involucrar un poco más a Nené cerca del aro obligaría a los defensores a prestarle menos atención a los tiradores ya que el brasileño anota un 84.8 por ciento de sus tiros y nadie lo supera en ese rubro.

Un poco más de balance es necesario para encontrar la receta del campeón.

3. Lou Williams está “on fire”

Williams llegó a Houston de regalo proveniente de Los Ángeles con moño y todo a fines de febrero, cortesía de unos Lakers que corrían lo más rápido que podían hacia el fondo de la tabla de posiciones, y el escolta de 30 años ha sido el mejor aliado de James Harden como sexto hombre extraordinario.

El ex Laker y Sixer convierte un 41 por ciento de sus triples (ningún otro Rocket supera el 35.5 y Harden apenas llega a 24) mientras se luce como el segundo máximo anotador del equipo con 18.8 puntos por partido y ostenta la quinta mayor cantidad de minutos.

Se lo ve cómodo, pero no relajado. Atento a los detalles, pero no paralizado por las circunstancias. O sea, él es el antídoto perfecto a cualquier sequía ofensiva que se pueda llegar a avecinar.

4. Clint Capela es el Factor X

Capela solía ser suplente de Dwight Howard durante sus primeras dos temporadas en la NBA, pero este año él se consolidó como pivot titular e indiscutido de los Rockets promediando 7.6 puntos, 6.6 rebotes y 2.6 bloqueos por encuentro, cuarta mejor marca de la NBA en ese rubro defensivo, pero sus minutos en cancha son menos de los que supo tener en la temporada regular hasta ahora.

El grandote que supo ser seleccionado en la primera ronda del Draft del 2014 muestra flashes de genialidad como ese tiro bloqueado a Grant y es adecuado con un 53.3 por ciento de efectividad en tiros de campo, pero también es lagunero y apenas tomó entre tres y cinco tiros en sus últimos tres juegos (18 en total) tras encestar 10 de 19 en los primeros dos. Capela todavía es joven a los 22 años y D’Antoni ya le ha dicho a la prensa que su joven alumno “todavía está aprendiendo”, pero ese aprendizaje debe acelerarse cuando estás por enfrentarte a un Gasol insaciable en pocos días.

5. Houston, tenemos un problema

Los Rockets perdieron tres de cuatro juegos contra los San Antonio Spurs en la temporada regular, y las tres derrotas han sido de forma consecutiva, aunque ninguna de ellas fue por más de seis puntos y las últimas dos fueron por 102-100 y 112-110.

Los Memphis Grizzlies también ganaron su serie contra ellos por 2-1, con la salvedad de que su último choque fue una paliza de Houston en Memphis por 119-95 con 30 puntos del joven Sam Dekker.

En todo caso, contar con una marca combinada de 2-5 contra tus potenciales rivales no es ideal. Contra el Thunder, como ejemplo contrastante, había ganado tres de cuatro y siguió igual en los playoffs.

Queda por verse si las tendencias continuarán en la próxima fase o si los Rockets despegarán rumbo a una probable revancha contra los Golden State Warriors en las finales de la conferencia.

Si San Antonio avanza, los Spurs serían favoritos. Si los Grizzlies dan vuelta la serie, entonces los Rockets tendrían la ventaja de la localía y la presión de derrotar a un rival cuyo estilo de juego es completamente opuesto al suyo.

Solo nos queda esperar.