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Neymar y Kyrie Irving, dos estrellas que buscan brillar por si solas

El ego. El ego es algo sumamente poderoso, una fuerza invisible capaz de corromper hasta a la persona más virtuosa, o en este caso de sacudir al mundo del deporte de una manera que hace apenas 48 horas hubiese parecido impensada. Neymar se quiere ir del Barcelona al París Saint-Germain, y Kyrie Irving de los Cleveland Cavaliers a donde sea.

Te podrás preguntar qué tienen en común Neymar e Irving. Uno juega al fútbol y es de Brasil, el otro un estadounidense que se desempeña en la NBA. La respuesta es simple: Ambos parecen haberse cansado de vivir bajo la sombra de dos superestrellas que los eclipsan: Lionel Messi y LeBron James.

Uno parece estar más cerca que nunca de emigrar a Francia por un monto absurdo de dinero, mientras que el otro emitió una lista de cuatro equipos a los que le gustaría marcharse. Ninguno de los dos está en libertad de acción, pero sus deseos le pueden dar el brazo a torcer a sus respectivas entidades.

Neymar habrá ganado 10 títulos como miembro de uno de los equipos más populares del planeta, incluyendo la Copa del Rey este año, pero el nombre principal en la cartelera siempre será Messi.

Irving habrá llegado a tres Finales de la NBA consecutivas y sido responsable del triple consagratorio de la remontada histórica para salir campeón y quebrar una sequía de medio siglo sin títulos en Cleveland en el 2016, pero al final todas las cámaras se fueron hacia el llanto emotivo de LeBron.

Ambos son parte de “súper tríos” que los obliga a sacrificar protagonismo, pero también saben que son capaces de liderar a sus propias tropas.

Neymar lo hizo en el Santos y nos deleita cada vez que se pone la 10 de un Brasil líder de las Eliminatorias, y en el Barcelona tampoco desentona.

Irving se destacó más que nunca como líder cuando evitó que los Boston Celtics liquidaran el cuarto juego de las Finales de la Conferencia Este. Los Celtics ganaban por 10 en la primera mitad con LeBron en la banca tras acumular cuatro faltas, y fue Irving el que mantuvo a los Cavs a flote con 42 puntos para eventualmente ganar el partido que fulminó las esperanzas de su rival.

Dejemos algo bien en claro: Irving no odia a LeBron y Neymar tampoco resiente a Messi. Su amistad fuera de la cancha es tan evidente como la armonía dentro de ella, pero llega un momento en el que se siente la necesidad de soltarle la mano a aquel que supo guiarte y ser tu mentor para embarcarte en tu propia aventura.

Irving dijo hace no mucho tiempo que su nivel de confianza con LeBron era tan elevado que “permitía llegar a un nivel de amistad que se extiende mucho más allá de la duela”. El mismo Messi declaró en el 2016 que Neymar le decía “que era fan suyo”.

No se trata de resentimiento, ni siquiera celos, sino de una simple necesidad de extender las alas y volar soltándole la mano a aquel que te enseñó a alcanzar nuevas alturas. Pasa el tiempo, y los recuerdos se van alejando para darle forma a un futuro distinto. Los dos saben que existe la posibilidad de que nada vuelva a ser igual, pero al menos quieren poder intentarlo.

Ojo, aquí también existe una diferencia importante entre ambos.

Cuando Neymar renovó su vínculo con el Barcelona el año pasado hasta el 2021, él lo hizo sabiendo que Messi estaba allí y no se estaba por ir a ningún lado. Cuando Irving puso su firma para permanecer en Cleveland hasta el 2020 en el 2014, él lo hizo sin tener la más pálida idea de que LeBron arribaría allí inesperadamente días después. “El equipo de Kyrie” se había convertido en “el equipo de LeBron”.

Neymar optó por quedarse en el lugar donde ya lo había ganado todo. Irving pasó de pensar que él pondría los cimientos de su propia gloria a ser el personaje secundario de un show para el cual él no se inscribió.

Es natural que la posibilidad de su partida sea devastadora para el aficionado barcelonista o de los Cavaliers. Es como que te despiertan de un sueño para luego caerte de la cama.

En Cleveland quedarían todavía más lejos de poder estar a la altura de los Golden State Warriors, mientras que los subcampeones de la liga española le pondrían punto final a la MSN para darle lugar a un trayecto cuesta arriba para no perder terreno ante el Real Madrid.

Si uno o ambos de ellos se terminan yendo los tildarán de egoístas, de egocéntricos, de priorizar lo personal por sobre el bien del equipo. También se especulará con la posible partida de Messi o con la ira de un LeBron tan frustrado que ya tendría las valijas hechas para marcharse a Los Ángeles como en el 2018.

¿Ven? Aun cuando esta historia es sobre Neymar e Irving, es inevitable que la historia no gravite hacia los apellidos de los que ellos se quieren escapar. Fuera de la sombra y hacia su propia luz.