Boston y cómo vencer a su Némesis

El dominicano Pedro Martínez, uno de los mejores, terminó en el 2002 con marca de 20-4. (AP)
BRISTOL - Siempre en la vida nos topamos con pruebas que podrían llegarnos a parecer insuperables. Peldaños altísimos y situaciones inacabadas que se tornan en especies de castigos en contra.

El nombre de la diosa griega Némesis, fue tomado por algunos idiomas para explicar mejor este tipo de hechos. Para denotar castigo.

Némesis, es considerada por muchos como la diosa de la venganza. También se le ve como la diosa de la redistribución o del equilibrio. Su labor era castigar a quienes cometían crímenes y quedaban impunes, a la vez que recompensaba a aquellos que sufrían injustamente o tenían mala suerte.

Los Medias Rojas de Boston han tenido una Némesis durante toda su historia. Más allá de la maldición de Babe Ruth, lo ocurrido en la Serie Mundial del '75 y el rolling que se le fue entre las piernas a Bill Buckner en el '86, en Boston han sufrido por culpa de los Yankees.

Este año, de nuevo, Boston compite de tú a tú con los Yankees, asunto -una vez más- emocionante y muy plausible. No queremos comparar a estos equipos, porque es conocido a nivel de experticia la clase de trabuco con el que cuentan en Nueva York. Como dice aquel lugar común, es 'llover sobre mojado'.

Hagámonos a la realidad bostoniana y analicemos.

El tema ahora es lo logrado por estos Medias Rojas. Lo interesante es revisar la estructura del conjunto y pensar en lo que tiene y lo que hace falta.

En Boston pelean la punta del este de la Americana con una débil rotación de lanzadores, un bullpén muy inestable y sin un cerrador sólido. Pero también lo logran porque tienen una buena línea central, poder en las esquinas, uno de los mejores bateadores del juego, un campocorto de la élite y uno de los mejores abridores.

Después del dominicano Pedro Martínez y Derek Lowe, los encargados de abrir encuentros por los Medias Rojas son incógnitas. La lógica indica que las aperturas deficientes que ha vivido Martínez y la arrancada inestable de Lowe, deberían perder importancia a medida de que la campaña avance.

Martínez es un perenne candidato al premio Cy Young y si lo hecho por Lowe el año pasado no fue asunto de suerte, Boston exhibirá de nuevo uno de los mejores 'one-two' del circuito.

El trío que les sigue está integrado por John Burkett, Casey Fossum y Tim Wakefield. Cada miembro del grupo tiene momentos de brillantez, así como jornadas despreciables, por lo que la consistencia no es un una palabra para nada atinada en este caso. Falta al menos un abridor garante más.

Más difícil que encontrar un abridor consistente, tiene que ser encontrar un abridor consistente y un cerrador. En mil reportes se ha hablado acerca de la contratación del taponero como un asunto prioritario para la oficina que maneja Theo Epstein. Sin embargo, aquí dejaron ir al venezolano Ugueth Urbina a Texas, porque pensaron que del grupo de Brandon Lyon, Mike Timlin, Robert Person, Alan Embree y el panameño Ramiro Mendoza, podría salir alguien con la estirpe requerida para sacar los outs finales.

Hasta ahora, Lyon ha sido el más llamado a cerrar, pero -como todo el bullpén- ha tenido altibajos.

Nadie sabe qué ocurrirá, mucho menos si la gerencia buscará estas dos piezas que tanta falta le hacen a Boston. Y es que no todas las gerencias le dan siempre a los equipos lo que piden. No todos son Brian Cashman y no todos pueden como los Yankees.

No todos son tan consentidos y tampoco tan envidiados. No todos castigan tanto.

El balance que le ha permitido a Boston mantenerse en la pelea, a pesar del pitcheo, viene de su ofensiva. Los Medias Rojas figuran segundos en promedio colectivo detrás de Toronto; terceros en impulsadas escoltando a Yankees y Toronto; cuartos en jonrones y sorpresivamente, terceros en bases robadas.

El juego rápido ha renacido en Boston de la mano de Johnny Damon, quien además de ser uno de los mejores primeros bates del juego, figura entre los más sólidos jardineros centrales. Con él en medio de los jardines, Nomar Garciaparra en el campocorto, Todd Walker en la segunda y Jason Varitek en la receptoría, los Medias Rojas ostentan solidez en su línea central.

El dominicano Manny Ramírez es uno de los mejores con un bate en la mano. Tal vez su actitud no sea la mejor, ni la más efusiva, pero el equipo parece haberse adaptado a la situación. La mancuerna de Kevin Millar y el quisqueyano David Ortiz en primera base, Trot Nixon en el jardín derecho y Jeremy Giambi y/o Ortiz como designados, concluyen una alineación a la cual es bien difícil lanzarle.

En Boston van a tener que ponerse serios con respecto al tema del cuerpo de abridores y el bullpén. En agosto, comienza a jugarse una pelota en la cual los experimentos por lo general fracasan y eso incluye rotaciones improvisadas o eso que han llamado 'bullpén por comité'. Eso lo sabe el manager Grady Little, sólo necesita que su gerencia lo ayude.

Mientras eso llega, esperemos que los Medias Rojas molesten bastante a los Yankees y hasta le roben el puesto de comando alguna vez. De los tres equipos restantes en esta división: Toronto, Baltimore y Tampa Bay, quizás sólo los Azulejos podrían dar sorpresa y eso sí, sería una bien grande.

Por ahora, disfrutemos del surgimiento de los eternos castigados.

SERGIO LUIS MACHADO es periodista y editor de béisbol de ESPNdeportes.com. Puede escribir a Sergio Machado.

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martes, 20 de mayo