El mítico jugador de los Cubs volvió a expresar su deseo de ser reconocido por sus contribuciones en MLB, pero la idea de no entrar al Salón de la Fama del béisbol no le quita el sueño.Sammy Sosa está de regreso en Chicago por primera vez en 17 años. La ciudad en donde protagonizó algunos de los momentos más relevantes en la historia contemporánea del béisbol le ha abierto los brazos a uno de sus hijos pródigos, tras años de diferencias con la franquicia en donde Sosa creó su legado, Chicago Cubs. El regreso de Sosa a la “Ciudad de los Vientos” no simboliza bajo ninguna circunstancia que el equipo donde transformó el deporte o sus propietarios lo recibirán, pero tal como indicó el pelotero en su primera entrevista formal de regreso en Chicago, es un paso en la dirección correcta. Sin embargo, la pregunta grande en medio de todo esto es si el béisbol perdonará a Sosa, sobre quien por años han existido dudas sobre si utilizó o no sustancias para mejorar el rendimiento. Para Sosa, quien hasta la fecha ha continuado negando haber utilizado alguna sustancia, el viaje a Chicago simboliza mucho porque puede reconectar con los fanáticos de los Cubs, pero sus expectativas sobre que algo cambie con respecto a cómo lo ve el béisbol o sobre si eventualmente tendrá la posibilidad de ingresar al Salón de la Fama de Cooperstown están limitadas. Sin embargo, el exjugador dominicano afirma que quiere ingresar a la inmortalidad, aunque no hacerlo no le quita el sueño.  “Siento que sí (debería entrar), porque los números no mienten, pero este es mi Salón de la Fama, mi gente. Muchos Salones de la Fama tienen una placa, pero no se les ve por ningún lado. El amor que recibo cada día por lo que hice en mi carrera es suficiente. Si algún día pasa, excelente, pero si no ocurre, está bien, porque prefiero tener un Salón de la Fama en el cielo que tenerlo aquí en la Tierra”, dijo Sosa enérgicamente a Jarrett Payton, quien lo entrevistó en exclusiva para WGN News. Sosa ya no puede entrar al Salón de la Fama vía votación directa, tras haber durado 10 años en al boleta de elección y no conseguir el 75 por ciento necesario de los votantes para acceder a la inmortalidad, por lo que su única oportunidad se presenta a través del comité de veteranos de la época moderna del béisbol. Junto a los Cubs, Sosa disparó 545 cuadrangulares, remolcó 1,414 carreras y alcanzó 3.980 bases totales desde 1992 a 2004. Bateó para promedio de .284 con OPS de .928 y OPS+ de 139, ubicándose como uno de los bateadores más productivos de la década de 1990 y principios de la década del 2000.
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