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Fernando Villa 32d

Diablos Rojos barren a Yankees en una serie histórica

Diablos repitió la dosis a Yankees y se llevó la serie de dos juegos al vencer 8-5 a los Bombarderos que ofrecieron show


La apertura del mexicano Luis Serna con los New York Yankees se opacó por un Grand Slam de Diosbel Arias que provocó una remontada de alarido en el Estadio Alfredo Harp Helú. Tras una serie de tablazos, homenajes y un gran ambiente, la novena escarlata barrió a los Bombarderos del Bronx y se quedó con la serie histórica con un 5-8 en la pizarra.

En el segundo juego de la serie entre Pingos y Mulos, fue el público el que ganó, pues las gradas del Estadio Alfredo Harp Helú estuvieron repletas y festejaron cada momento que las dos novenas les entregaron, pues presenciaron un hito histórico del béisbol en México.

Luis Serna dominó los dos primeros rollos, los Yankees espantaron a los mismos Diablos, pues luego de que Giancarlo Stanton amenazó con un cuadrangular solitario en su segundo lanzamiento y Julián Ornelas le negó la gloria al chocar ante la barda para sellar el out.

José Treviño impulsó dos carreras apenas en el primer rollo y Kevin Smith puso una más en la registradora con una línea al central. Bundy no aguantó más y relevó a Ronnie Williams. En el tercer capítulo, Treviño pegó un elevado que se le perdió a Pirela por el aire y provocó un triple. JC Escarra pegó un sencillo al central y el mexicano anotó con facilidad.

La labor de Serna era sublime. Ponchó a Canó y a Ornelas en la segunda, pero en la tercera llegó su pesadilla. Llenó la casa y la primera de los Pingos entró de caballito, luego de que caminó a Ornelas y el Haper Gamboa anotó.

La voltereta se asomaba. El ambiente era extraordinario y Serna cedió ante la presión. Diosbel Arias le pegó un Grand Slam para dejarlo en shock sobre la lomita, mientras en las gradas la afición estalló con las cuatro carreras de los escarlatas. La pizarra estaba 4-5 en ese momento y el show no iba a terminar en ese momento.

Pese al relevo de Serna por Danny Watson, el neoyorquino sufrió en la labor. Con hombres en primera y segunda, llegó el Haper Gamboa a dar otro palo de vuelta entera y provocó que el infierno capitalino se encendiera. Ya eran ocho a favor y los del Bronx no encontraban los pitcheos de los pingos.

Fue hasta el quinto episodio cuando los Yankees despertaron. Narvaez recibió el pasaporte y eso fue suficiente para que Nelson Medina lo impulsara al plato antes de que terminara el capítulo.

El relevo de ambas novenas, entonces, estuvo en su punto. Con buenas jugadas a la defensiva por parte de ambas organizaciones, fue como el público se emocionó y se mantuvo al borde su asiento.

El momento emotivo llegó cuando el estadio se rindió en aplausos a la familia Harp Helú, pues fue gracias a ellos que los Yankees pisaron México en un momento que quedará para los libros de historia del Rey de los Deportes.

Al final, el japonés Tomohiro Anraku se encargó de apagar las luces y como una copia del primer juego, el sufrimiento estuvo incluido como un día antes, pero el nipón cumplió y le regaló una serie histórica a los Diablos Rojos y al béisbol mexicano.

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