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David Ortiz deja su marca como pesadilla eterna de los Yankees

BOSTON -- Brian Cashman no está para nada interesado en aplastar la ilusión de David Ortiz, especialmente cuando el ídolo de los Medias Rojas de Boston despliega su talento en la última temporada antes de su retiro. Sin embargo, Cashman si cumplió con el pedido de revelar la verdad, así que aquí va:

No, el gerente general de los Yankees de Nueva York insiste, el difunto George Steinbrenner nunca lo criticó por no haber contratado a Ortiz antes que los Medias Rojas durante el invierno de la temporada 2002-03.

“Es un mito urbano”, Cashman dijo durante una entrevista vía telefónica. “Lo que ocurrió esencialmente fue que en cualquier momento que los Medias Rojas contrataban a quien sea, lo que sea que estaba en ESPN ‘Los Medias Rojas de Boston anunciaron la adquisición de fulano’, ya sea un agente libre, un canje, lo que sea – George me preguntaría ‘¿Por qué no lo contrataste tú? A mí siempre me agradó. Mejor que él no sea bueno’. Luego yo le respondería al Jefe, ‘Tú solo puedes tener 25 jugadores en un plantel, Jefe’. En aquel entonces, nosotros ya contábamos con [el bateador designado Jason] Giambi y con [el primera base] Nick Johnson. ¿Acaso George sabía quién era David Ortiz? No, él no tenía ni idea”.

No pasó mucho tiempo, por supuesto, hasta que Steinbrenner se familiarizó con Big Papi. Ortiz ha atormentado a los Yankees desde el 2003, su primer año con los Medias Rojas. Desde su jonrón ganador de dos carreras con el relevista zurdo Paul Quantrill como víctima en la duodécima entrada del cuarto juego de la final de la Liga Americana hasta todos y cada uno de sus 47 cuadrangulares en la temporada regular contra Nueva York en su carrera, él está ahí arriba junto a Reggie Miller y Bill Belichick en cualquier lista de los villanos deportivos más odiados de la Gran Manzana.

Una de las anécdotas más memorables de la eterna rivalidad entre los MedIas Rojas y los Yankees es la del nombre de Ortiz quedando literalmente cementado junto a los de Ted Williams, Joe DiMaggio, Bucky Dent y Aaron Boone, Wade Boggs y Roger Clemens, Pedro Martinez y Don Zimmer, Carlton Fisk y Thurman Munson, Alex Rodriguez y Jason Varitek, Randy Levine y Larry Lucchino, hasta Babe Ruth.

En el 2008, durante la construcción del nuevo estadio de los Yankees, una camiseta de los Medias Rojas con la número 34 de Ortíz en la espalda fue enterrada por un simpatizante de los Medias Rojas en un esfuerzo por darle mala suerte a los Yankees. La casaca terminó siendo desenterrada de los dos pies de hormigón que la separaban de la superficie por órdenes de dirigentes de los Yankees.

“Esa fue una m---- bastante estúpida, hermano, ya que el tipo que lo hizo terminó siendo despedido”, Ortiz dijo, sonriendo al recordar el video de la excavación de su camiseta, la cual terminó siendo vendida por $175,100 en una subasta a beneficio de la Fundación Jimmy, la obra de caridad oficial de los Medias Rojas afiliada al Instituto del Cancer Dana-Farber en Boston.

“La gente siempre quiere hacer algo loco cuando se trata de los Medias Rojas y los Yankees. Es divertido, después de todo. Es chévere ser parte de toda esa cosa [del clásico]”. Los Medias Rojas y los Yankees han sido enemigos por más de 100 años, con la rivalidad intensificándose oficialmente después de que Harry Frazee, dueño del conjunto de Boston en aquel entonces, vendió a Babe Ruth a Nueva York en 1919. Sin embargo, a pesar de que la enemistad entre ambos ha pasado por varias etapas a través de los años, Ortíz llegó a Boston justo cuando esta saltó a un nivel estratosférico.

En el 2003, los Medias Rojas y los Yankees disputaron una de las series de campeonato más memorables contra los Yankees. La serie llegó a su momento cumbre cuando Boone mandó a los Medias Rojas a casa con un jonrón solitario con el lanzador Tim Wakefield como víctima. Un año más tarde, cuando ambos equipos se volvieron a encontrar en esa misma fase, sería Ortíz el que acabó los Juegos 4 y 5 con sendos imparables ganadores para revivir a los Medias Rojas que estaban al borde de la eliminación y luego terminaron ganando la serie por 4-3.

Mientras que Ortiz casi seguramente hubiese tenido una carrera estelar sin sus momentos inolvidables en la postemporada del 2004, sus actuaciones contra los Yankees lo elevaron a ser considerado uno de los bateadores más venerados en momentos de vida o muerte de todos los tiempos.

“Si tú das un paso adelante y logras conseguir cosas, eso te pone en el mapa”, dijo Ortiz.

“Yo pienso que eso es lo que me sucedió en el 2003 y 2004. Las cosas siempre arrancan de una manera, y el haber podido ser dominante respaldando ese dominio con buenos números, especialmente contra los Yankees, durante mis primeros años aquí, las temporadas ’03-’04, forman gran parte de quien yo soy”.

La rivalidad se ha calmado desde aquel entonces, ya que los Medias Rojas y los Yankees casi nunca han sido contendientes al mismo tiempo desde aquel entonces. Ellos terminaron en el primer y segundo lugar de la División Este de la Liga Americana en el 2005, 2007 y 2009 pero no han clasificado a los playoffs al mismo tiempo desde el 2009.

Este año representa una última oportunidad para Ortiz de hacer sufrir a los Yankees antes de su retiro. Antes de la serie de este fin de semana, la cual culmina con Béisbol de Domingo por la Noche por ESPN, él estaba empatado con Harmon Killebrew y Rafael Palmeiro en el rubro de mayor cantidad de jonrones en la temporada regular contra los Yankees, detrás solamente de Jimmie Foxx (70), Williams (62), Manny Ramirez (55), Hank Greenberg (53) y Carl Yastrzemski (52).

Nada mal considerando que él fue descartado por los Mellizos de Minnesota en el 2002 y tuvo que superar a Jeremy Giambi, Shea Hillenbrand, Doug Mientkiewicz y otros para ganarse un puesto en los Medias Rojas. Es más, hubo un momento en el 2003 durante el cual él le dio un ultimátum al gerente general Theo Epstein de dejarlo jugar o dejarlo libre.

"Desde nuestro punto de vista, no cabe duda de que él ha adoptado el rol de villano de forma espectacular desde que llegó allí”, dijo Cashman. “Él ha sido vital para los Medias Rojas de Boston, un arma letal desde que se consolidó en el 2003. No ha sido nada menos que una bestia”.

Así que no es ninguna casualidad que Ortiz haya creído que era verdad cuando “muchas personas distintas” le dijeron que Steinbrenner retó a Cashman por no haberse anticipado a los Medias Rojas cuando los Mellizos liberaron a Ortiz.

Perdónenme, refuta Cashman. Nadie, ni siquiera Steinbrenner, vio venir al éxito de Ortiz.

“Yo creo que todos estaban sorprendidos”, dijo Cashman. “Yo no quiero hablar por la industria entera, pero [el gerente general de los Mellizos] Terry Ryan es un ejecutivo astuto como pocos en las Grandes Ligas. Debido a que Ortiz se convirtió en lo que se convirtió, obviamente lo que parece ser un futuro miembro del Salón de la Fama – y luego además un mata-Yankees—se creó esta historia falsa de que yo me negué a contratarlo a pesar de las órdenes del Jefe, y luego los aficionados y las redes sociales decidieron creer algo que no era para nada cierto”.

“Escúchame, cuando El Jefe quería a alguien, lo conseguía. Yo quería a Vlad Guerrero [tras la temporada del 2003], y él contrato a Gary Sheffield. Esa era simplemente la manera en que funcionaba, y si él hubiese querido a David Ortiz, David hubiese estado aquí”.

Ortiz no causó un cambio Ruthiano en la dinámica de los Medias Rojas y los Yankees, pero la gente de Boston está muy contenta con como todo terminó. Ellos han ganado tres Series Mundiale (2004, 2007, 2013) comparado con una de los Yankees (2009).

“Los Yankees eran el equipo a vencer en aquel entonces”, recordó Ortiz. “El haber logrado lo que logramos [en el 2004] fue algo muy especial. De esas cosas que elevan tu carrera. La gente básicamente te conoce mejor y se concentra más en ti. Si sigues siendo exitoso, te generas una carrera como resultado de ello”.