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SEATTLE -- Edgar Martínez se ha convertido en parte integral del Safeco Field, tanto como el techo retráctil. Los fans llegan a la entrada principal por la calle Edgar Martínez. Disfrutan de los juegos mientras comen en el restaurante Edgar's Cantina, cerca del campo izquierdo. Y celebran siempre que se repite en la megapantalla el doblete de Martínez con el que ganaron la serie de la división en 1995. Pero más aún importante, Martínez ha desempeñado un papel clave en otro motivo de celebración de los Marineros: las grandes mejoras de la ofensiva de Seattle. Los Marineros promediaron 3.38 carreras por juego la temporada pasada, antes de que Martínez asumiera el cargo de entrenador de bateo el 20 de junio. Después de eso, promediaron 4.53 carreras el resto de la temporada. Luego de terminar en el decimosegundo lugar o peor en la Liga Americana en carreras anotadas en las últimas ocho temporadas, Seattle es actualmente séptimo en la AL. Los Marineros son terceros en jonrones y cuartos en OPS. "Yo diría que está ayudando bastante", dijo Robinson Canó. "La forma en la que habla con nosotros. Es paciente. Te dice cosas positivas... Independientemente de lo bueno que seas, siempre necesitas a esa persona que te diga y recuerde, 'No lo olvides, tú solías hacer esto, solías hacer aquello. Eres mejor haciendo esto'. Así que es bueno contar con personas así". Cano, en particular, tuvo un terrible comienzo en el 2015, al batear solo .245 con dos jonrones y un OPS de .621 antes de que Martínez asumiera el cargo. Después promedió .317, con 19 jonrones y un OPS de .892. Aunque algunos problemas de estómago contribuyeron a su mal desempeño en la primera mitad, Cano también estaba buscando un porcentaje más alto de lanzamientos fuera de la zona de strike y tratando de jalar la pelota mucho más. Dice que la influencia de Martínez fue decisiva para haber recuperado el rumbo. "Sabía que podía superarlo, pero él me ayudó mucho", dijo Cano. "Me recordaba cosas como, 'No olvides quién eres', y me ayudó con cosas que prefiero no decirle a la gente porque no quiero que conozcan nuestros secretos, pero era realmente bueno". Martínez siempre ha sido bueno. En realidad, grandioso. Martínez fue campeón de bateo en dos ocasiones, promedió .312 en su carera con un .418 de OBP y .933 de OPS. Alguna vez se le preguntó al entonces manager de los Mellizos de Minnesota, Tom Kelly, si le temía a algún bateador más que a Edgar, a lo que respondió: "¿Hay alguien más?" Era tan bueno que el premio anual que se le entrega al mejor bateador designado lleva su nombre luego de su retiro en el 2004. Durante varios años, trabajó como instructor en el entrenamiento de primavera con Seattle, antes de convertirse en instructor errante en las ligas menores a principios del 2015. Cuando se le ofreció el trabajo en las ligas mayores el verano pasado, no estaba seguro si quería el trabajo a tiempo completo. Después pensó: "Mi esposa está trabajando a tiempo completo. Mis hijos están en la escuela. Así que estoy pasando mucho tiempo solo. Así que tomé la decisión de hacerlo, y me ha ido bien". 
Se podría decir que bastante bien. Gracias a las mejoras en el bateo, esta es la primera vez, desde el 2003, que los Marineros están en el primer lugar a estas alturas de la temporada.
"Hace un gran trabajo al enseñarnos y nos ofrece conocimiento. Nos da tanta información como queremos o necesitamos", dijo el jardinero Seth Smith. "Él es el que nos habla sobre nuestro swing, nos ayuda a prepararnos, analiza a los lanzadores del adversario. Aporta calma y seguridad al lado ofensivo de la pelota que nos alimenta". Con frecuencia se dice que los mejores jugadores no siempre son los mejores entrenadores, porque no comprenden plenamente los retos a los que se enfrentan los jugadores de menor talento. Dan Wilson, instructor de los Marineros y antiguo receptor, quien jugó once años con Martínez, dice que este no es el caso de su antiguo compañero de equipo. "Como jugador, era muy duro y muy peculiar, y, como entrenador, es estupendo tener estas cualidades", dijo Wilson. "Su enfoque, la forma en la que mira las cosas, el modo en que las reduce a sus elementos básicos, debe ser valioso", dijo Wilson. "Aunque era un bateador dotado, era un tipo que analizaba y realmente comprendía su swing; comprendía perfectamente el bateo en general. Considero que esa es la diferencia con un tipo así". Martínez -- paciente, minucioso y comunicativo -- también destaca que los bateadores deben planear lo que van a hacer en el plato. Se reúne con los bateadores al inicio de cada serie y examina al lanzador abridor antes de cada juego. Para Martínez, este tipo de atención al detalle iba más allá del bateo. Ya que sufre de estrabismo, un trastorno del ojo, realizaba ejercicios oculares antes de los juegos para mantener su visión y percepción de profundidad lo mejor posible. Incluso pesaba sus bates en una báscula postal antes de los juegos. Dichas rutinas también juegan un papel importante en su función como entrenador de bateo. "Algunas veces lanzo la pregunta, '¿Saben cuánto pesa este bate? Sé que dice 31 onzas, ¿pero en realidad pesa 31?''" Dice Martínez, antes de agregar que también quiere que los jugadores sepan si su ojo izquierdo o derecho es el dominante. "Hay bateadores derechos con ojo derecho dominante, y si abrieran un poco su parado, se podrían ver beneficiados". Ken Griffey Jr. se quejó sobre las dimensiones de Safeco incluso antes de que terminaran el estadio, y muchos otros bateadores se han quejado al respecto. Sin embargo, Martínez nunca dejó que le afectara, y bateaba prácticamente igual que cuando jugaba fuera de casa. Tampoco quiere que los bateadores de Seattle se vean afectados por eso. "No hablamos sobre el estadio", dio Martínez. "No decimos nada negativo. Tenemos un plan y un enfoque, y todo va a salir bien. Nos centramos en lo que queremos lograr". Y hasta el momento, les están dando a los fans una razón para celebrar junto a la calle Edgar Martínez.
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