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Ignacio Serrano. ESPN Digital 8y

Wilson Ramos es un secreto bien guardado con Nacionales

¿Quién es el mejor catcher ofensivo de las Grandes Ligas, hoy?

¿Será Jonathan Lucroy? Es el líder entre los receptores, con .312 de average.

¿Será Buster Posey, cuyos 8 jonrones escoltan los 9 que ha dado el propio Lucroy

¿O será Salvador Pérez, que amaneció el domingo con .817 de OPS, la segunda cifra más destacada entre quienes juegan detrás del plato?

La respuesta más fácil debería ser Lucroy. Después de todo, el careta de los Cerveceros Milwaukee tiene .909 de OPS y supera ligeramente a Pérez en la cima entre todos los mascoteadores con 2.1 de WAR.

Lo dicen las estadísticas tradicionales y también el nuevo análisis, ¿verdad?

La respuesta podría ser otra, sin embargo. El mejor catcher ofensivo en las mayores podría ser perfectamente Wilson Ramos, hoy.

Nunca ha bateado sobre .300 ni ha dado más de 16 cuadrangulares en una campaña. Pero en su última temporada de contrato tiene un ritmo ofensivo que promete convertirle en una de las atracciones del próximo mercado de agentes libres, si los Nacionales de Washington no consiguen firmarlo con una extensión.

Ramos no tiene las apariciones legales necesarias para competir por el liderato de bateo de la Liga Nacional y, en consecuencia, no puede reclamar que sea dueño del mejor average entre sus colegas. Pero lo tiene.

El venezolano ha estallado en todo el potencial que mostraba cuando se formaba en las granjas de los Mellizos de Minnesota, la década pasada, y daba sus primeros pasos en el beisbol invernal con los Tigres de Aragua.

Buddy Bailey, su manager en el Caribe durante aquellos tiempos, llegó a comparar su fuerza con la de Miguel Cabrera, astro de los felinos aragüeños.

Los 15 tablazos de vuelta completa que dio en 2011 fueron en su momento un récord para novatos nacidos en su país.

“Es un tremendo talento, con un brillante futuro”, dijo a ESPN Digital el gerente general de los gemelos, Bill Smith, cuando embarcó al valenciano rumbo a los Nacionales de Washington, en un cambio por el relevista Matt Capps que hoy probablemente esté lamentando.

Porque Smith tenía razón. Ramos ha mostrado buena defensa y es uno de los receptores que convierte más bolas en strike, de acuerdo con Stat Corner. Además, ha recibido tres juegos sin hits ni carreras con los Nats.

Es dueño de un récord curioso, de hecho: es el único entre sus pares que ha guiado tres no-hitters y además ha llamado un juego de 20 ponches en las Grandes Ligas.

Este, sin embargo, año ha ido más allá de las expectativas que siempre ha habido con él. Tras operarse los ojos durante el Spring Training, para corregir un defecto en su visión, ha golpeado la pelota con mejor y mayor frecuencia que nunca.

Ramos llegó al domingo con .342 de average, un OBP de .386 y .548 de slugging. De tener las apariciones necesarias, sería mejor que Lucroy en todos los promedios.

También lo sería con ese OPS de .934 y ya comparte la tercera cifra de jonrones, con 7.

Es el mayor impulsador entre los caretas, con 29 carreras. Necesita un tubey para llegar a 12 y alcanzar la cima también en ese departamento. Su WAR sólo está por detrás de otros cuatro mascotas.

Ramos asegura que no juega pensando en mejorar su estatus como eventual agente libre. Las mediciones demuestran que está haciendo swing a menos pitcheos fuera de la zona, lo que debería relacionarse con la cirugía en la vista. Y ha sabido sobreponerse a la tristeza causada por la muerte de su abuelo Jesús Campos, con quien jugaba beisbol cuando era niño.

“Su nivel de concentración es enorme”, comentó hace poco su manager Dusty Baker al diario Washington Post. “Realmente le admiro”.

¿Quién es el mejor catcher ofensivo en la MLB, actualmente? Es debatible. Quizás sea Lucroy. Quizás no.

Pero Ramos, que perdió algunos encuentros cuando viajó a Valencia para asistir al funeral de su abuelo, muy pronto llegará al mínimo necesario de apariciones legales para poder comparar sus promedios con los de sus otros colegas. Antes del encuentro dominical le faltaban apenas ocho.

Cuando eso ocurra, la pregunta será distinta.

Si al ser elegible mantiene ese average de .342 que muestra ahora, se convertirá también en el principal perseguidor de David Murphy en el liderato de bateo de la Liga Nacional.

Y eso es algo con lo que ni siquiera sueña Lucroy.

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