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Cómo los Astros se han recuperado para ser el mejor equipo en la LA

El abridor Collin McHugh y el relevista Ken Giles han sido claves para la virazón de los Astros. USA Today Sports

Cuando el gerente Jeff Luhnow se unió a los Astros en diciembre de 2011, comenzó uno de los esfuerzos de reconstrucción más amplios en tiempos recientes. Desde que los Astros perdieron la Serie Mundial de 2005, el equipo había estado sumergido en una especie de purgatorio de béisbol, ganando entre 73-y 86 partidos por temporada en el resto de la década. Ese número representó menos victorias que las necesarias para llegar a a postemporada, pero demasiadas como para conseguir talento de impacto en el draft. Luhnow permitió que el equipo tocara fondo. Cambió a sus veteranos por prospectos, lo que permitió que sus jugadores jóvenes tuvieran la oportunidad de jugar y desarrollarse en las mayores. Ellos ganaron 55 y 51 juegos en sus primeros dos años (2012 y 2013), lo que les trajo turnos de calidad en el sorteo y una cantidad mayor de dinero para gastar en el draft.

El plan de Luhnow siguió un camino parecido al que usaron los Rays para llegar a ser exitosos a finales de los años 2000 y el que han seguido recientemente los Cachorros para convertirse en el mejor equipo en la Liga Nacional. Puede ser una reconstrucción dolorosa, que dure cinco años, pero una vez se complete, los equipos están preparados para tener éxito sostenido. Así que no es sorpresa que los Astros se hayan convertido en un equipo realmente bueno bajo Luhnow, pero es algo sorpresivo que haya ocurrido tan rápido. En apenas su cuarta temporada con el equipo en 2015, los Astros dieron el salto a 86 victorias y un puesto en los playoffs mientras algunos de sus mejores prospectos como Carlos Correa y George Springer se convirtieron en ligamayoristas de impacto.

Luego de su reciente buena racha esta temporada, los Astros han ascendido para colocarse a tres juegos de la cima del Oeste LA que ocupan los Vigilantes y a medio juego de los comodines. Dada su ventaja en talento y su trayectoria mejorada, los Astros parecen encaminados a tomar control del Oeste y lograr su primer banderín divisional desde 2001.

El plan de Luhnow ha funcionado, pero hace un par de meses atrás, la perspectiva del equipo no podía ser más diferente. Al comenzar esta temporada, los Astros cayeron rápidamente 10 juegos por debajo de los .500. Las historias habrían sido que las jóvenes estrellas de los Astros habían entrado en las maldiciones del segundo año; la narrativa cruel habría sido que el éxito de los Astros solo se trató de una buena racha larga, y el equipo no estaba listo para tener éxito sostenido. Sin embargo, ambas narrativas caen víctimas de la falacia común entre los fanáticos del béisbol de sobre inflar la importancia del primer mes de una temporada.

En el transcurso de una temporada de 162 juegos, muchos equipos excelentes tendrán largos periodos de mal rendimiento. Sin embargo, cuando esas malas rachas ocurren al principio de una temporada, las mismas dan la impresión de que a los equipos se les hace difícil salir de ellas, incluso luego de que su juego y sus resultados mejoren. Los Astros son un ejemplo perfecto de esto. Su marca de 7-17 al inicio de la temporada fue la segunda peor en la Liga Americana, pero desde el 1 de mayo, ellos tienen el mejor record en la Liga con 48-29.

La ofensiva de los Astros ha sido sólida y su defensa ha sido consistente a lo largo de la temporada, pero tanto la rotación como el bullpen han ido mejorando, pasando de ser los peores en la LA en abril a estar en los tres mejores en la LA desde inicios de mayo basados en efectividad. He aquí como ocurrió eso.

Rotación mejorada

Tres abridores de los Astros han impulsado la recuperación de la rotación del equipo. Collin McHugh fue el abridor con menos suerte en el béisbol en el primer mes. Baseball Info Solutions calcula la estadística llamada Estadísticas de Pitcheo Independientes del Fildeo (Defense-Independent Pitching Statistics o DIPS, por sus siglas en inglés) que dependen de la localización de las pelotas bateadas y las velocidades para estimar el éxito esperado de un lanzador basado en la calidad del contacto que permita. En abril, McHugh tuvo un porcentaje de slugging más embasamiento (OPS) permitido de 278 puntos más alto que lo esperado de acuerdo al DIPS.

Eso es más de 10 hits y casi cinco dobles permitidos por McHugh por encima de lo que se esperaba basados en las pelotas bateadas por los rivales que enfrentó. Esa es una discrepancia que claramente sugiere un retroceso futuro, especialmente dado el hecho de que la defensiva detrás de él es la mejor en la liga. Y McHugh ha disfrutado esa voltereta, mejorando su efectividad de abril de 6.65 en casi más de tres carreras (a 3.61) en los meses posteriores.

Scott Feldman tuvo su propia mala suerte en el primer mes, logrando un OPS permitido de 106 puntos más alto al esperado basado en su DIPS. Sin embargo, el equipo estaba supuesto a mejorar sobre ese inicio independientemente de la suerte de Feldman porque él solamente estaba ocupando el puesto del as del equipo, Lance McCullers, quien debutó en la temporada el 13 de mayo tras comenzar la campaña en la lista de lesionados por molestias en el hombro. Tomó una ruya estadística inusual para llegar ahí, pero McCullers ha superado su impresionante efectividad de 3.22 en su temporada de novato en 2015 con 3.18 esta temporada. En ocasiones, ha tenido problemas con su comando, pero McCullers tiene tremendo repertorio. Su promedio de 11.8 ponches por cada nueve entradas lo colocan segundo detrás de José Fernández entre los abridores con 50 o más entradas en esta temporada.

Finalmente, Doug Fister ha visto mejorar su efectividad en más de dos carreras (de 5.56 a 3.32) desde abril, pero su transformación parece más mecánica que impulsada por la suerte. Fister, que alcanza las altas 80 mph con su recta, siempre ha dependido de su comando para tener éxito en las mayores. Entre 2010 y 2015, Fister nunca dio más de 2.1 boletos por cada nueve entradas en una temporada. Sin embargo, a principios del 2015, Fister había perdido algo de control, promediando 4.4 bateadores por cada nueve episodios. A medida que su tasa de boletos bajó a 2.9 por cada nueve entradas en los meses posteriores, sus resultados han vuelto a los estándares de su carrera.

Bullpen mejorado

Con menores totales de entradas lanzadores, los relevistas son susceptibles a mayores variaciones en sus resultados de mes a mes, incluso si esos resultados no reflejan alguna diferencia en el esfuerzo subyacente o en su habilidad. Los relevistas establecidos de los Astros Ken Giles y Pat Neshek sufrieron de algo parecido en abril, cuando produjeron efectividades de 9.00 y 5.14, respectivamente, a pesar de sus tasas estelares de ponches a boletos (3.5 y 4.0). El gran culpable de esos aparentes desajustes fueron los cuadrangulares. Giles y Neshek permitieron un total combinado de siete jonrones en abril, y desde ese entonces han permitido solamente dos. Sus recientes totales parean mucho mejor con sus tasas de cuadrangulares de por vida, y sus porcentajes de carreras limpias de 2.35 y 1.90 desee principios de mayo también están más cerca de sus estándares de por vida.

El relevista Michael Feliz solo había trabajado en ocho entradas en las mayores en su carrera al entrar al 2016, mientras conseguía resultados mixtos en las menores, así que era razonable preguntarse si su efectividad de 15.19 en abril era reflejo de su habilidad o mala suerte en una pequeña muestra de entradas. Afortunadamente para los Astros, la actuación de Feliz en los últimos tres meses favorece ampliamente la segunda opción. En ese periodo, Feliz ha ponchado 57 bateadores y solo ha otorgado 10 boletos. Solo 21 relevistas calificados tienen casi cinco veces más ponches que boletos en esta temporada, así que si sigue rindiendo a ese nivel, Feliz se unirá a ese club exclusivo que tiene como miembros a relevistas de élite como Andrew Miller, Kenley Jansen, y Aroldis Chapman.

Mientras tanto, Feliz no es el único relevista de los Astros que pertenece a ese grupo. Desde su transición de la rotación al bullpen, Feldman ha liderado a todos los relevistas con una tasa de boletos a ponches de 13.5 y tiene efectividad de 1.53. En adición, el cerrador Will Harris tiene 7.3 ponches por cada boleto y efectividad de 1.71.

En total, el bullpen de los Astros tiene efectividad de 2.44 desde principios de mayo que es la mejor en la Liga Americana. Eso, junto a una rotación con tres buenos abridores, la mejor defensiva en general, y una ofensiva sólida hace de los Astros el equipo a vencer en la Liga Americana. Pero es posible que se necesiten un par de meses adicionales para que los aficionados se den cuenta de ello.

Scott Spratt es analista de investigación para Baseball Info Solutions. Pueden seguirlo en Twitter (@Scott_Spratt).