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Mark Simon | ESPN.com 7y

El control de Jansen se ha convertido en la clave para los Dodgers

Es un partido temprano en mayo contra los Padres de San Diego, pero es uno que el mánager de los Dodgers de Los Angeles quiere. Así que en la octava entrada, luego que Clayton Kershaw permitiera un cuadrangular y los Padres llenaran las bases con dos outs, Roberts buscó a su cerrador, Kenley Jansen, para lanzarle al novato bateador Hunter Renfroe.

Jansen se fue adelante 1-2 y trata de lanzar adentro. Demasiado. Intenta hacer lo mismo con el próximo lanzamiento. De nuevo, demasiado adentro.

En 3-2, Jansen toma otra ruta. Levanta su pierna izquierda, saca su guante y lanza hacia su blanco. Es un cutter de 91 millas por hora, una que el receptor Yasmani Grandal ayuda a que se viera un poco más alta de lo que en realidad era: en la parte baja de la zona de strike. El árbitro Toby Basner canta el tercer strike. Renfroe se dobla y no lo puede creer. Grandal sube sus puños en celebración. Jansen, mientras tanto, se queda como si nada bajando del montículo, sin que el momento le afecte.

Esta es la experiencia de Kenley Jansen. No hace mucho ruido, ni mucho espectáculo. Requiere cooperación y perfección de varias partes. Y es increíble mirarlo cuando todo va tan bien como va.

Janson, de 29 años y oriundo de Curaco, es el rey en comandar la pelota. Hasta ahora en esta temporada, tiene 50 ponches contra cero bases por bolas. El Elias Sports Bureau reporta que, por mucho, esa es la cantidad más alta de ponches para un lanzador antes de permitir una base por bolas. El record previo era de Adam Wainwright en el 2013, con 35.

"Es algo increíble", dijo Jansen. "Cuando estoy allá afuera, ni lo pienso. Solo pienso en atacar a los bateadores y mi plan de juego. Mi plan de juego jamás cambiará".

¿Cómo lo hace?

El plan de se trata de un solo lanzamiento. Lanza su recta cortada el 89 por ciento de las ocasiones. No es un cutter como el Mariano Rivera; el rompimiento es poco y no es agudo. El lanzamiento no tiene la intención de amarrar a los zurdos y alejarse de los derechos como era el de Rivera. Y este viene hacia el plato entre 91 a 95 mph.

El envío de Janson es como lanzarse hacia el plato y luego se endereza. El lanzamiento aparenta que viene por el medio del plato. Y luego no. Puede caer, aparentar como que sube y luego moverse a la izquierda o derecho un poco. En resumidas cuentas, hace lo que Jansen quiere que haga.

"Yo sé como manipularla", dijo Jansen. "A veces corta. A veces sigue recta. A veces da un reversazo. Cuando quiero un corte menor, yo sé lo que tengo que hacer. Eso viene con la experiencia y lanzando más. Uno tiene que aprender uno mismo. Eso es lo que yo estoy haciendo".

Jansen ha aprendido y como. Tiene un promedio de efectividad de 0.91 en 29 2/3 entradas esta temporada. Ha básicamente roto la estadística independiente de lanzadores que estima lo que un ERA debe ser basado en ponches, bases por bolas y cuadrangulares. Ese número ha estado en negativo para Jansen por la mayor parte de la temporada. Actualmente está en 0.30. No ha permitido carreras y apenas cuatro hits en 12 2/3 entradas en sus últimos 12 partidos, con 18 ponches.

"El es en realidad una excepción por su cutter y habilidad de ponerla exactamente en donde quiere ponerla", dijo un veterano cazatalentos en las grandes ligas. "Mira el video y vea cuán a menudo le da a la trocha. Si no está en el blanco, es probablemente por diseño para defender el robo de base".

Jansen está claro que el lanzamiento funciona para él, pero eso no necesariamente el caso para otros que aspiran a imitarlo.

"Es un lanzamiento natural," dijo Jansen. "Quizás no lo tengas".

Atrapenlo si pueden

Debe sentirse como si fuera hace años luz que Jansen era un receptor en las ligas menores. Fue el receptor para Kershaw cuando registró un juego salvado en el Gulf Coast League en el 2006. En aquella época era conocido por su brazo (atrapó el 37 por ciento de los que intentaron robar base) y entonces su bate (promedio de .229 en 840 turnos). Ahora, ocho años después de haber hecho el cambio a lanzador, Jansen es para los relevistas lo que Kershaw ha sido para los abridores por muchos años.

"Este muchacho era un receptor tirador de calidad, con la moción tradicional de un receptor, compacto y rápido sin gastar energía y atleticismo excepcional con puntería por encima del promedio desde los 127 pies", dijo el cazatalentos. "Eso hace el localizar lanzamientos desde 60 pies, 6 pulgadas sumamente fácil".

Grandal, reconocido por su habilidad de enmarcar lanzamientos, es tan bueno en su trabajo como lo es Jansen. Jansen tiene una relación de poncha a bases por bolas de 5 a 1 con todos los otros receptores con quien ha trabajado en su carrera. Con Grandal, esa relación es de poco más de 11 a 1.

"Yo aprecio la manera en la que se mantiene en el juego cuando tiene una mala noche, como sube su juego y hace sus ajustes", dijo Jansen. "Eso le debe mostrar a todos lo bueno que es. El hace mis ajustes. Siempre estamos en la misma página. Él sabe de lo que soy capaz. El me hace la vida más fácil".

El ex receptor de los Cachorros de Chicago y actual analista de ESPN, David Ross, aprecia a Jansen como recepter y como bateador. Ha enfrentado a Jansen en solo una ocasión, pero la recuerda muy bien. Vio cuatro lanzamientos. O mejor dicho, Jansen hizo cuatro lanzamientos, todos strikes. Ross no vio mucho. Se ponchó.

"La pelota se desaparece porque él está brincando en tu dirección", dijo Ross. "Uno sabe que te está tirando un cutter. Uno sabe que estará en el medio o en el medio hacia afuera. Pero explota cuando sale de sus manos. Es difícil medir el swing. Uno sabe que viene, y es difícil pegarle. El la esconde", dijo Ross, quien resumió la experiencia con solo una palabra: "Derrotista".

Sin miedo

Mientras Jansen ha logrado aprender el aspecto físico de lanzar, aparenta tener un buen sentido del aspecto mental también. Mírelo en la lomita -- nunca entra en pánico. Los oponentes tienen apenas cinco hits en 53 turnos y 25 ponches contra él en situaciones claves (aquellas que son importantes para ganar o perder). Cuando sale de la lomita, uno no sabría que salió de una situación difícil de una manera tan fácil.

Y no va a cambiar nada de lo que está haciendo.

"La liga sabe quien yo soy", dijo Jansen. "Ataco todo el tiempo. No tengo miedo de otorgarle una base a nadie".

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