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Eddie Matz | Escritor Senior de ESPN.com 7y

Cuando Adrián Beltré conecte su hit 3,000, sus compañeros buscarán su cabeza

No se trata de que si Adrián Beltré alcance los 3,000 hits, sino de que sí sus compañeros en los Rangers le van a golpear la cabeza cuando lo haga.

Si acaban de sintonizar, 20 temporadas y 2,996 hits después en lo que es una carrera casi segura al Salón de la Fama, sepan que al antesalista de Texas no le gusta que le toquen su cabeza - nunca le ha gustado.

Lo odia tanto que una vez, su compañero Elvis Andrus fue a tocarle la cabeza durante una conferencia en el montículo en el Safeco Field en 2013, y Beltré tomó represalias al quitarse su guante de la mano y lanzárselo a Andrus. Lo odia tanto que Ian Desmond, quien era bien conocido en D.C. como el chico que le quitaba el casco cuando conectaba de cuadrangular en su regreso al dugout, abandonó dicho ritual luego de firmar con Texas el año pasado simplemente debido a la afefobia (temor a ser tocado) de Beltré. Lo odia tanto que incluso un veterano como Cole Hamels -- un cuatro veces todos estrellas con 12 años de carrera y quien es el as de la rotación de los Rangers y el jugador mejor pagado del equipo - se inclina en deferencia.

"Yo lo dejo quieto", dijo Hamels. "Yo respeto su espacio porque es mayor que yo. Él ha estado jugando este juego desde que yo estaba en pañales".

De la manera que Beltré reacciona cuando alguien trata de tocarle la cabeza, uno pensaría que es él quien está en pañales.

"Si hay gente alrededor, él va a intentar golpearte", dijo Andrus, el veterano torpedero de los Rangers quien ha pasado las últimas siete temporadas compartiendo el lado izquierdo del cuadro interior con Beltré - eso es cuando no está ocupado intentando tocarle la cabeza.

Luego de jugar casi mil partidos al lado de Beltré, Andrus - un notorio bromista que conoce a Beltré tan bien como cualquier otro en el béisbol y que suele enorgullecerse sadísticamente de sus intentos de tocarle la cabez a su compadre - ha reducido todo a una ciencia. "Yo he estado jugando con él por tanto tiempo que sé cuándo hacerlo y cuándo no hacerlo."

De acuerdo a la regla no escrita de Beltré, un golpe en el casco está bien, pero un toque adorable en la visera del casco es tan imperdonable como un golpe en la cabeza desnuda. Y esos no son los únicos parámetros.

"Cuando él está molesto", dijo Andrus, "es mejor que ni te le acerques. Cuando está contento, cuando está de buen ánimo, suele ser más amable".

En otras palabras, si los compañeros de Beltré buscan el momento adecuado para intentar tocarle la cabeza, podrían hacerlo en un momento peor que justo luego de que logre su hit 3,000.

"Es una hazaña increíble", dijo el serpentinero de Andrew Cashner, quien pasó toda la temporada pasada con los Marlins y estuvo en primera fila cuando Ichiro Suzuki se convirtió en el 30º miembro del Club 3K. "El juego se detuvo, todos corrimos al terreno y lo felicitamos. No creo que uno planifique algo como eso. Uno hace lo que el momento te dicte".

Para el récord, el momento siempre parece proveer amplias oportunidades para tocarle la cabeza.

Observen cualquier video reciente del hit 3,000 de un jugador, y verán que su cabeza siempre es tocada. En el 2016, a pesar que fue una celebración relativamente menor luego que Ichiro conectara triple ante los Rockies para unirse al club, eso no detuvo al torpedero de Miami Adeiny Hechavarría de golpear el casco de su compañero. En el 2015, cuando Alex Rodríguez conectó cuadrangular ante Justin Verlander para su imparable 3,000, sus compañeros en Nueva York CC Sabathia y Brian McCann le dieron golpes en la cabeza. En el 2011, cuando Derek Jeter le engarzó un lanzamiento a David Price para su hit 3,000 con un cuadrangular, todo el equipo de los Yankees se reunió en el plato y actuaron como si su cabeza tuviera un letrero de "Toque Aquí" en ella. Teniendo en cuenta lo profundamente enraizadas que están las tradiciones en el béisbol, las probabilidades son que Beltré se pueda ver forzado a enfrentar sus miedos en un escenario nacional, especialmente si logra el histórico hit con un cuadrangular como lo hicieron A-Rod y Jeter.

"Si conecta un jonrón, entonces sí", dijo Andrus. "De seguro. Cien por ciento. Si su hit 3,000 es un cuadrangular, entonces todos le vamos a tocar la cabeza. Hemos hablado sobre ello. De hecho, nos dijo que va a dejar que todo el mundo se la toque una vez".

En el caso que el hit 3,000 de Beltré se mantenga dentro del terreno, comoquiera habrían buenas oportunidades para que su cabeza sea golpeada.

"Probablemente se lo espere", dijo Hamels. "Vamos a ir donde él. Es nuestro venerado anciano. Nosotros escuchamos y nos atenemos a muchas de las reglas que él ha dictado, así que esta es una buena oportunidad para violarlas. No va a poder pelear contra todo el equipo".

Incluso si Beltré logra sacudirse por completo el roster completo de los Rangers, la historia nos dice que quizás no esté libre por completo.

Hace poco más de tres años, en junio de 2014, Beltré llegó a la primera base luego de conectarle sencillo al zurdo de los Tigres Drew Smyly para su hit 2,500 en su carrera. Cuando se detuvo la acción, Miguel Cabrera de Detroit fue lo suficientemente cordial como para entregarle la pelota como un recuerdo a su veterano colega. Cabrera le lanzó la pelota a su amigo y entonces, con la concurrencia local en Arlington puesta en pie, le puso su brazo alrededor a Beltré - aparentemente en un intento artificial de desarmar al sujeto - y esperó por su oportunidad a que se quitara el casco. Tan pronto como Beltré se lo removió, Cabrera lo golpeó directamente en la cabeza. A pesar que pareció que Beltré se molestó con el gesto inesperado, y a pesar de las protestas públicas, en privado él admite que ahí existe un juego que él no odia por completo.

"Algunas veces sí me molesto, pero la mayoría del tiempo solo me divierto", dijo Beltré, quien reclama que su fobia comenzó en República Dominicana cuando tenía 12 años y un primo le tocó la cabeza, y que no le gustó lo que sintió. Desde ese entonces ha sido un tema difícil con él, y que ha desencadenado una interminable cacería entre él y compañeros y rivales por igual. "Prefiero no hacerlo porque no me gusta, pero si alguien lo hace como una broma, no me molestaría. Es un poco de ambos".

Por supuesto, como pasa con la mayoría de las interacciones humanas, la naturaleza de la reacción depende de la naturaleza de la reacción. Con toda probabilidad, parte de la razón por la que Cabrera tuvo las agallas de hacer lo que hizo es que él y Beltré tienen muchas cosas en común. Dos de los mejores bateadores derechos de su generación, ambos llevan ritmo para terminar con una placa en Cooperstown. Ellos han jugado juntos en cuatro equipos Todos Estrellas y son solo dos de tres jugadores activos con al menos 2,500 hits y 450 jonrones. Ambos hablan español como su primer idioma, e incluso comparten el mismo signo zodiacal (Aries). Todo esto es para decir que, se necesita uno como él para conocer el otro.

Como si el destino lo hubiese designado así, el calendario de los Rangers ofrece algunos rivales intrigantes que, al igual que Cabrera, tienen la credibilidad necesaria para hacerle algo así a Beltré. El primera base Chris Davis, cuyos Orioles visitarán a Texas para una serie de tres juegos comenzando el viernes, ascendió en la organización de los Rangers como tercera base.

"Yo nunca lo haría", dijo Davis cuando se le preguntó si intentaría hacerle algo como lo que le hizo Cabrera a su viejo compañero, en caso de estar presente cuando el dominicano logre su hit 3,000. "Ese no es mi estilo. Si tú me dices que no te gustan los choques de manos en alto, pues no los hago así, y te los doy por lo bajo".

Luego que se vayan los Orioles de la ciudad, Seattle llegará to Arlington para una serie de tres juegos. Si Beltré sigue los pasos de sus recientes predecesores - siete de los últimos 10 jugadores que han llegado a los 3,000 hits lo han logrado con un extrabase, y eso no incluye a Craig Biggio, quien fue puesto fuera en segunda base intentando estirar un sencillo - existe buena oportunidad de que se encuentre en la intermedia para ese momento. De ser así, se pararía junto a su compañero dominicano Robinson Canó, quien una vez le hizo eso a su compatriot y no tendría problemas para hacerlo de nuevo:

En lo que vale, Beltré no parece tener problemas con que su hit 3,000 se le vaya, eh, bueno, a la cabeza. No está preocupado por Canó. Ni por Andrus. O alguno de sus otros compañeros en los Vigilantes. Al menos, no todavía.

"No me quiero adelantar demasiado", dijo. "Pienso que me mantendré alejado de eso. Espero que ellos lo hagan. Espero que ni siquiera tenga que pensar en eso. Pienso que debemos disfrutar el momento por algunos minutos y luego seguir con el partido".

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