García es clave de los Marineros

El lanzador venezolano Freddy García es la clave para los Marineros, que buscan volver a la postemporada

Ser el as de una rotación es la gran aspiración de todo pitcher y Freddy García la ha hecho realidad en Seattle, pero el derecho venezolano se ha dado cuenta de que con el honor viene una tremenda carga de responsabilidad.

En García se cifran muchas de las esperanzas de los Marineros de volver a la postemporada. Todas las miradas estarán puestas en un lanzador que acaba de obtener un contrato de casi 7 millones de dólares al ganar un arbitraje.

Ahora el turno es de García, quien tendrá que silenciar cualquier duda y demostrar que se merece ese dinero.

Estaba claro que hubiese sido imposible para los Marineros emular la friolera de 116 victorias que lograron en el 2001, pero nadie hubiese pensado que un equipo con 93 triunfos se iba a quedar fuera de la postemporada.

Eso fue precisamente lo que le pasó en el 2002 a los Marineros, opacados por los Angelinos y Atléticos.

En cualquier otra parte, los Marineros hubiese salido campeones, pero el oeste de la Liga Americana claramente merece recibir el apodo de la "división de la muerte" en las mayores.

El plantel es casi el mismo del año pasado tras retener a sus agentes libres más importantes.

La gran novedad fue la partida de su mánager Lou Piniella, quien declaró cerrado su ciclo en el equipo y pidió que le anulasen el último año de contrato. Seattle accedió y negoció con Tampa Bay el traspaso del piloto.

Las riendas pasaron a manos de Bob Melvin, ex auxiliar de los Diamondbacks.

Melvin se encargará de un equipo en la tónica es la presencia de muchos veteranos que queman sus últimos cartuchos.

Además deberá resolver el crucigrama de encontrar un par de abridores más que complementen a García, el puertorriqueño Joel Piñeiro y el zurdo Jamie Moyer, que entre sí ganaron 43 juegos.

García (16-10 y 4.39) fue en cierta medida el espejo de la temporada de los Marineros, que comenzaron a todo vapor y terminaron desinflándose ante el empuje de Anaheim y Oakland.

A primera vista la foja de García sería la envidia de muchos, pero hay que recordar que había lucido mejor en el 2001.

Luego de ganar 11 partidos antes de la pausa por el juego de la estrellas, García apenas redondeó un 5-5 y su efectividad se disparó a 5.66.

Piñeiro (14-7, 3.24) fue una de las grandes revelaciones de la pasada campaña al ser insertado en la rotación en mayo, mientras que Moyer (13-8, 3.32) no dio muestras de aflojar a sus 40 años.

El derecho Ryan Franklin (7-5, 4.02) recibirá la oportunidad de ser abridor, luego que mostró buenas aptitudes durante la recta final del 2002.

La otra plaza está rodeada de interrogantes, con Gil Meche y el zurdo John Halama en la lucha. Si ninguno da la talla, los Marineros podrían recurrir a su cantera en las menores, con el dominicano Rafael Soriano como principal aspirante.

El cuerpo de relevistas es de los mejores, apoyado en el cerrador japonés Kazuhiro Sasaki (37 rescates) con la ayuda de Jeff Nelson y Arthur Rhodes.

Hay cosas que en Seattle no cambian:

_Ichiro Suzuki (321, 8, 51), a juicio de los entendidos, es el mejor primer bate de las mayores. El guardabosque derecho se robó 31 bases, y además recibió otro guante de oro.

_Edgar Martínez sigue siendo un formidable bateador designado con todo y 40 años encima. Este podría ser su último en las mayores y obviamente querrá despedirse con una buena nota.

_Tampoco se debe menospreciar al inicialista John Olerud (300, 22, 101), quien viene de ganar su segundo guante de oro consecutivo.

A cambio por Piniella, los Marineros consiguieron a un eficaz jardinero izquierdo en Randy Winn (298, 14, 75 y 27 robos), y que fue el solitario representante de Tampa en el juego de estrellas.

Al igual que muchos Marineros, Mike Cameron (239, 25, 80, 31 robos) no estuvo a la altura del 2001, pero por poco se perdió el 30-30.

En el infield, Bret Boone (278, 24, 107) tampoco pudo repetir, pero nadie en Seattle pegó el grito al cielo, si se considera que redondeó otra temporada sólida.

Definitivamente, Carlos Guillén (261, 9, 56) no podrá equiparar los números de Alex Rodríguez, su antecesor en las paradas cortas, pero el venezolano año tras año ha ido mejorando en su nivel ofensivo.

El antesalista Jeff Cirillo, hombre acostumbrado a batear por encima de los 300, buscará redimirse de una campaña en la que conectó para un anémico 249.

El veterano Dan Wilson (295, 6, 44) vuelva a la receptoría tras un año en el compiló su mejor promedio al bate, pero los Marineros tienen en espera a Ben Davis, un ambidiestro.

-AP

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lunes, 10 de marzo
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