La magia de los Serafines

El equipo de Disney tiene un elemento real, comprobado por los temibles Yankees: le pegan duro a la bola de arriba a abajo en el lineup

Por JOHN NADEL

YESSSS
Jugadores de los Serafines reaccionan luego que Derek Jeter se ponchara con las bases llenas en el octavo inning del Juego 2.
(AP)
ANAHEIM, California -- Molina, Gil y Wooten. Estos no son los Bombarderos del Bronx.

Se trata de los apellidos de los tres hombres al fondo de la alineación de los Serafines de Anaheim que se encargaron de despachar el sábado 9-5 nada menos que a los Yanquis de Nueva York para adjudicarse la serie de primera ronda en los playoffs de la Liga Americana.

Shawn Wooten, Bengie Molina y Benjamín Gil en ese orden se fueron de 10-7 con cuatro carreras anotadas y otro igual número de remolcadas, bajando de su pedestal al mentado cuerpo de lanzadores de los Yanquis.

"Nos dieron una paliza", comentó secamente David Wells, el abridor yanqui del cuarto partido, que entró a ese a juego con marca de 8-1 en la postemporada, pero se fue castigado con 10 hits y ocho carreras. "No pudimos hacer nada".

El mexicano Gil, de 5-4 en la serie, y Wooten, de 9-6, son bateadores derechos empleados cuando hay enfrentar a pitchers zurdos y ante los Yanquis respondieron saliendo de la banca.

Gil es el suplente del camarero Adam Kennedy y Wooten suele relevar al bateador designado Brad Fullmer.

Al dejar fuera a los Yanquis, que por primera vez desde 1997 no irán a la Serie Mundial, los Serafines ganaron su primera serie de playoff en sus 42 años de vida.

Ahora tendrán como rival de turno a partir del martes en el Metrodome de Minnesotta a los Mellizos, que eliminaron a los Atléticos de Oakland, en busca del pase a la Serie Mundial.

La rotación yanqui conformada por Roger Clemens, Andy Pettitte, Mike Mussina y Wells lanzó apenas 17 innings y un tercio, tolerando 32 hits y 20 carreras limpias, redondeando un promedio de carreras permitidas de 10.38.

Entre los cuatro compilaron foja de 63-28 durante la temporada regular.

El viejo adagio de que un buen pitcheo domina siempre a los buenos bateadores no se confirmó en este caso.

"La clave es que no le damos cuartel a nuestros adversarios. Del primer hombre al noveno en el lineup, todos producen", señaló Mike Scioscia, el mánager de los Serafines.

Eso fue palpable en los cuatro partidos de la serie contra los Yanquis. "Ha sido la constante durante toda la temporada. No se pueden ganar 99 partidos, si no hay un balance", indicó Scioscia.

"El pitcheo ha sido bueno y la defensa siempre nos ha respondido", añadió. "Pero el ataque ha sido la bujía. Están en otro nivel y ante Nueva York se crecieron más".

Carentes de grandes luminarias, los Serafines humillaron a los Yanquis, conectando 56 hits y anotando 31 carreras en cuatro juegos. En el cuarto partido en Anaheim, los Serafines terminaron de sepultar a los Yanquis con una andanada de ocho carreras en el quinto episodio.

"Nadie quería ser el último out", comentó Wooten. Gil disparó dos hits en esa entrada y el receptor puertorriqueño Molina coronó el ramillete con un doblete que produjo dos anotaciones.

"Si siguen jugando de la manera como lo han venido haciendo, no hay nadie que los pueda parar", señaló el torpedero yanqui Derek Jeter.

Los Serafines solamente tuvieron a un jugador seleccionado al Juego de las Estrellas: el cuarto bate Garret Anderson, quien se fue 18-7 ante los Yanquis.

Darin Erstad bateó de 19-8; Scott Spiezio de 15-6; Troy Glaus de 16-5 con tres de los nueve jonrones del equipo; y Tim Salmon de 19-5 con siete producidas.

El promedio de .282 de los Serafines fue el más elevado en las mayores durante la temporada regular. Sus 99 victorias constituyeron un récord para la franquicia.

"Nadie nos dio mucho esperanzas ante los Yanquis, pero aquí estamos", declaró Salmon, quien era el pelotero de las mayores con la máxima cantidad de juegos de temporada regular (1.388) sin haber ido a la postemporada.



- AP

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