Enrique Rojas | ESPN Digital 7y

Dodgers vuelven a fallar al final

CHICAGO -- Llegar hasta el penúltimo partido de la final de liga no debería ser considerado un año malo para un equipo, especialmente en las difíciles Grandes Ligas de béisbol. Excepto si se llama Dodgers de Los Ángeles, el líder del béisbol en salario de peloteros en los últimos cuatro años.

Los Cachorros de Chicago vencieron 5-0 a los Dodgers, el sábado en el Wrigley Field, en el sexto juego de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional para avanzar a la Serie Mundial por primera vez en 71 años. Con la derrota, los Dodgers extendieron su propia racha sin jugar el clásico de otoño a 28 años.

Chicago, que no ha ganado la Serie Mundial desde 1908, dejó de encabezar la lista de más tiempo sin ganar al menos el título de liga. En Grandes Ligas, solamente Expos de Montreal/Nacionales de Washington y Marineros de Seattle, que nunca han ganado, y Piratas de Pittsburgh (desde 1979), Cerveceros de Milwaukee (1982) y Orioles de Baltimore (1983) tienen más años esperando que los Dodgers.

"Saben, creo que nos ganaron. Cometimos errores. Y odio tener las uvas agrias, pero el mejor equipo ganó la serie. Es por eso que juegas serie de siete juegos, y lo demostraron", dijo Dave Roberts, el manager de los Dodgers, acerca del triunfo de los Cachorros.

Los Angeles lleva cuatro años ganando la División Oeste de la Liga Nacional y superando los $200 millones de dólares en nómina salarial de jugadores, pero no ha podido cumplir las enormes expectativas de su gran legión de seguidores.

En las dos temporadas anteriores fue eliminado en las Series Divisionales y en el 2013 también perdió en el sexto juego de la Serie de Campeonato, lo más lejos que ha llegado en ocho postemporadas en los últimos 13 años.

Durante la temporada, el manager novato Roberts tuvo que lidiar con una plaga de molestias físicas que obligó a su equipo a quebrar un récord de uso de la lista de lesionados (28 veces) y a poner en el box a 15 diferentes pitchers abridores entre abril y octubre.

Este fue el año en que el torpedero Corey Seager se estableció como la piedra angular del futuro del club, pero también cuando el jardinero Yasiel Puig tuvo que ser enviado a las ligas menores en medio de una batalla divisional.

"Pienso que hubo mucho crecimiento y nos llegamos a compenetrar como equipo, no solo los 25 que están en el camerino, sino también todos los que nos ayudaron a llegar hasta aquí", dijo el manager Dave Roberts.

"La forma en que jugamos cada noche, con ciertas adversidades, y los muchachos no pusieron excusas, sino que estuvieron disponibles todo el tiempo", agregó.

"Y creo que con eso para mí es algo realmente como un rayo de luz para de ahora en adelante. En el resultado nos quedamos cortos, pero el resultado de cómo jugamos, hay mucho que decir acerca de eso", dijo un optimista Roberts.

Obviando los acontecimientos de salud y otros pormenores de la serie regular, el gran problema de Los Angeles en la final de liga contra Chicago fue una ofensiva que bateó .210 con 17 carreras (2.83 por juego) y fue expuesta soberanamente en el último partido por el derecho Kyle Hendricks y el zurdo cubano Aroldis Cahpman. Los Dodgers pegaron dos hits y entre ambos hubo 17 outs consecutivos entre el primer y el octavo episodio.

Los intermedistas Chase Utley y Enrique Hernández se combinaron para fallar en sus 20 turnos y los receptores Yasmani Grandal y Carlos Ruiz se fueron de 19-2. Josh Reddick y Yasiel Puig, quienes se alternaron en el jardín derecho, empujaron una carrera en 25 turnos al bate.

Además de no batear, los Dodgers lideraron la postemporada con nueve errores y sus catchers atraparon uno de 12 corredores que se fueron al robo. Sus únicos dos triunfos en la Serie de Campeonato fueron blanqueadas combinadas de Clayton Kershaw y Rich Hill con el cerrador curazoleño Kenley Jansen.

Kershaw perdió el juego del sábado, pero había ganado el del domingo anterior con siete entradas en blanco de dos hits y su relevo con un día de descanso ayudó a Los Angeles a derrotar a Washington en un quinto y decisivo juego de las Series Divisionales.

Un error de dos bases del jardinero Andrew Toles facilitó una segunda carrera de los Cachorros en la primera entrada y obligó a Kershaw a realizar 30 lanzamientos en 18 minutos.

"Obviamente, si jugábamos limpios en los partidos 4,5 y 6, otros habrían sido los resultados. Se siente un sabor amargo por la forma como jugamos esos tres partidos", dijo Roberts.

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