ORLANDO -- Pedrito es un pelotero dominicano que confronta problemas con las autoridades de migración de Estados Unidos por haber falsificado sus documentos para conseguir un contrato millonario con una organización de Grandes Ligas. Todos los antecedentes del caso fueron explicados en los capítulos I, II y III de la serie.

Mientras espera una solución a su caso, Pedrito ha estado aprovechando el tiempo como nunca en su vida. El chico se ha integrado ciento por ciento a una sociedad que hasta hace dos años le era ajena y le excluía.

Pedrito no tiene visa, pero ha estado aprendiendo a leer, creciendo como individuo, conociendo personas y hechos, ampliando sus horizontes.

Tragedia de un pelotero dominicano

Lea la historia de Pedrito, un joven pelotero en RD que ve tronchados sus sueños de llegar a Grandes Ligas.

Fue en una actividad de la Asociación de Jóvenes Cristianos del pueblo que Pedrito conoció a una de las personas que más fuerte impresión le han causado. Se llamaba Manolito y aunque solamente era 4 o 5 años mayor que Pedrito, su porte y carácter les retrataban como un hombre hecho y derecho, mejor aún, tenía carisma y liderazgo.

Manolito estaba dando una charla acerca de la importancia de los valores espirituales sobre los materiales con tanta pasión y arte que Pedrito quedó impresionado. "Es apenas un muchacho, un negrito como yo, y habla como un poeta", pensó nuestro protagonista.

"Vanidad de vanidades", dijo el predicador; "vanidad de vanidades, todo es vanidad. ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol? Generación va, y generación viene; mas la tierra siempre permanece", recitó Manolito del Eclesiastés y luego siguió con un sermón de hora y media sin respirar.

Pronto Pedrito se hizo amigo, alumno sería la palabra correcta, de Manolito, y el hecho de que el joven predicador fuera un ex-pelotero, reforzó la admiración del primero.

Pedrito quería saber porqué la carrera de Manolito había terminado tan temprano, cómo se hizo predicador a los 23 años, dónde aprendió tanto, de dónde venía. Quería saberlo todo.

"Mi historia no es una historia normal de béisbol. Es algo más grande que el simple juego de batear y lanzar", dijo Manolito.

Manolito nació y creció en un batey de San Pedro de Macorís. Sus padres también nacieron allí, pero su abuelo, el padre de su padre, era un "cocolo" que había llegado desde Tórtola a cortar caña en uno de los ingenios de Trujillo.

Manolito era un torpedero de manos suaves, piernas ligeras y bate haragán que recibió un bono de 10 mil dólares por firmar con uno de los clubes californianos de la Liga Nacional.

Cuando fue reclutado por Flores, un buscatalento puertorriqueño que peinaba los países latinos desde hacía 20 años, Manolito vio el cielo abierto. Un mundo de cadenas de oro, carros lujosos, zapatos brillantes y hermosas chicas comenzó a girar en su cabeza.

Flores le había dicho que ser pelotero de Grandes Ligas requería de mucho trabajo, sacrificio, entrega y disposición y Manolito estaba dispuesto cumplir con todas las exigencias de sus jefes para no defraudarlos, tampoco podía fallarle a su familia. Muy pronto Flores pondría a prueba el grado de compromiso que tenía Manolito con su carrera.

"Fue en el segundo o tercer día de prácticas en nuestro pley que Flores me dijo que quería verme en el hotel al final de la tarde", contó Manolito. "Algunos de los muchachos comenzaron a cuchichear entre ellos y yo pensaba que había hecho algo mal en las prácticas", agregó.

En realidad, Flores quería explicarle otras cosas muy diferentes a Manolito. Comenzó diciéndole que sabía que los chicos de su edad ya tenían ciertas necesidades físicas, que no debía sentir veguenza en contarle, bla, bla, bla, y a mitad del discurso tenía al asustado chico sentado en la cama muerto de miedo y completamente ignorante de lo que estaba sucediendo.

Lo que estaba sucediendo era que Flores, quien era abiertamente homosexual, estaba seduciendo a Manolito, tal y como había hecho con decenas de otros muchachos a lo largo de su carrera.

El planteamiento era sencillo: El prospecto que se resistía a satisfacer el insaciable apetito sexual de Flores, reducía casi a cero las probabilidades de avanzar en la etapa inicial de la cadena de desarrollo que debe pasar un pelotero desde que es firmado hasta alcanzar las Grandes Ligas.

Flores no solamente era responsable de evaluar a los chicos que merecían ser firmados, sino además quien determinaba cuales estaban aptos para viajar a Estados Unidos y ser insertados en las ligas menores o los que sencillamente debían ser despedidos por falta de las herramientas necesarias.

También decidía los bonos a pagar, manejaba los gastos operacionales y administraba el presupuesto de la organización en latinoamérica sin ningún tipo de supervisión.

Flores tenía en sus manos la suerte de los peloteros por al menos los primeros tres años de sus carreras. Cuando lograban su independencia, viajando a Estados Unidos, ya otros estaban siendo evaluados para sustituir a los ausentes en el programa deportivo-pasional que había creado.

A diferencia de la mayoría de sus colegas, Manolito provenía de un hogar con profunda formación religiosa, y por eso cuando Flores le practicó sexo oral en su primera violación, el chico estuvo tres días en cama con fiebre altísima, y después de la segunda, en la que hubo penetración, intentó quitarse la vida.

No sabía exactamente porqué, pero se sentía sucio y degradado ante Dios. Su abuela Nicoleta vivía recitando pasajes de Romanos, Levítico y Corintios que condenaban tales acciones.

Manolito vivía aterrorizado, veía como Flores invitaba a un chico diferente en cada ocasión y escuchaba historias de como esos favores sexuales, y no el rendimiento en el terreno, era lo que más pesaba a la hora de elaborar los reportes de los jugadores que eran enviados a los jefes gringos.

Después de dos sesiones sexuales más profundas con Manolito, Flores reportaría que "el chico comienza a mostrar habilidades con el bate que lo podrían llevar a ser un bateador de .300, lo que unido a su gran defensa le convierten en un prospecto importante". ¡Sin dar un hit, Manolito había progresado enormemente como bateador!

Dos años después de ser integrados al programa, los seis jugadores más destacados (en la cama) fueron promovidos a Estados Unidos, pero cuatro, incluyendo a Manolito, fueron dejados libres al final de su primera temporada en el norte. Los entrenadores gringos argumentaron que solamente dos tenían reales condiciones para seguir en la carrera por alcanzar las Grandes Ligas.

El trabajo de Flores como evaluador en Latinoamérica no estaba en peligro. Una proporción de dos de cada seis (33%) era excelente y además, en su resumé de dos décadas figuraba haber descubierto a varios de los mejores peloteros latinos de todos los tiempos.

Sus desviaciones eran de conocimiento público en el medio en que se desenvolvía. Los otros cazatalentos le llamaban "Florcita" o "Miss Béisbol", pero nunca le denunciaron, mientras que en más de una ocasión fue agredido por peloteros que se rebelaron a sus proposiciones.

Manolito regresó a su pueblo en San Pedro de Macorís, sometió su cuerpo y alma a la autoflagelación, única forma de limpiar el gran pecado que había cometido, según le recomendó un sacerdote al que se atrevió a confesar lo que vivió.

"Entré en una etapa crítica de mi vida. Tenía 18 años y la carga de media humanidad en mi corazón", dijo Manolito, quien se dedicó a estudiar y al activismo religioso y de paso se mudó de su pueblo natal.

Tiempo después se enteró de que un grupo de prospectos había demandado a Flores por acoso sexual y que varios consiguieron una atractiva compensación económica en arreglos fuera de la corte.

Flores fue despedido y jamás se le volvió a contratar en el béisbol profesional, pero detrás suyo dejó una estela de jóvenes mutilados de la mente y el corazón, que jamás obtendrán suficiente compensación por el calvario que pasaron tratando de conseguir el sueño de jugar en las Grandes Ligas.

Ahora Manolito dirige un programa que instruye a los jóvenes sobre estar alerta de abusos de ese y otro tipo y ofrece canales para denunciar a otros Flores que puedan andar por ahí utilizando el poder que tienen en sus puestos de trabajo para satisfacer sus instintos a base de terror y abuso.

"Tú, en cierta forma, no ha sufrido como otros, que en su afán de escapar de la pobreza han debido soportar algunas de las peores vejaciones que puede resistir un ser humano", dijo Manolito a Pedrito.

Pedrito nunca imaginó que cosas así pudieran suceder durante tanto tiempo con la complicidad silenciosa de muchas personas que prefirieron mirar al otro lado para no ver lo que sucedía frente a sus narices, amparados en la tesis de que "el fin justifica los medios".

Nuestro protagonista está decidido a entrar de lleno en la fundación de Manolito, mientras sigue esperando continuar con su carrera.

Continuará...

GLOSARIO

• Eclesiastés: Libro del Antiguo Testamento de la Biblia. Se le atribuye su escritura al sabio Salomón, tercer y último rey de todo Israel. Salomón era hijo del Rey David, ancestro directo de Jesucristo.

• Batey: Caseríos donde viven los trabajadores de un ingenio azucarero.

• San Pedro de Macorís: Capital de la provincia del mismo nombre en la zona este de República Dominicana. Principal centro de producción de azúcar en el siglo XX y famosa por la cantidad de peloteros que ha metido a las Grandes Ligas.

• Cocolo: Término para referirse a los caribeños descendientes de africanos que no hablaban español que llegaron a San Pedro de Macorís para trabajar en la industria azucarera. Mayormente provenían de islas que eran colonias inglesas en las Antillas, pero con el tiempo fueron desplazados por los haitianos como principal mano de obra en los ingenios dominicanos.

• Tórtola: La mayor de las Islas Vírgenes Británicas del Mar Caribe. Con una superficie de 55,7 kilómetros cuadrados alberga a más de 25 mil habitantes fijos.

• Trujillo: El demonio hecho carne. Más detalles fueron ofrecidos en el capítulo II.

• Pley: Los dominicanos llaman "pley" al estadio donde se juega el béisbol. La palabra es un degenerativo de "play", que en inglés significa "jugar".

Los norteamericanos que ayudaron a expandir el juego en la isla decían "Go to play" ("vamos a jugar") y los criollos asumían que decían "vamos al parque".

• Romanos, Levítico y Corintios: Libros de la Biblia.

• Autoflagelación: Hacerse daño físico para suplantar el dolor emocional.