Jesús Corona  Mexsport

MÉXICO - Es una barbaridad: a Jesús Corona, portero del Cruz Azul, lo suspenden por una expulsión tardía. Fue amonestado al minuto 92, y unos segundos después puso su codo cerca de la cara de Javier Gandolfi, mereciendo la segunda amonestación. Se armó un conato de bronca en el que todos los Xolos parecían tener la consigna de armar la batalla campal para que le castigaran después a todos sus jugadores al Cruz Azul.

Xolos se mostró como un mal perdedor. No fue por la calentura del juego. Parecía una acción premeditada para provocar muchas expulsiones en la bronca. Su propio entrenador encabezó las provocaciones al manotear contra al menos cuatro jugadores de Cruz Azul, además de derribar al médico Alfonso Jiménez y de jalonearle el traje a Carlos Pintado, auxiliar del "Flaco" Tena.

César Farías no entró a meter orden, sino a encender la mecha de la violencia. Y todavía la Concacaf no atina a emitir una sanción para el entrenador venezolano de los Xolos.

En ese conato de bronca, Corona manoteó, se retó con varios jugadores del rival, pero no llegó a los golpes. Hizo una seña gráfica a Pellerano y Gandolfi diciéndoles que los dos juntos le hacían lo que el viento a Juárez. Y en efecto, si los dejan solos en un cuarto, Corona aplica un par de nocauts fulminantes.

Famoso por su mecha corta y por el gusto por los trancazos, Corona se tragó su orgullo de macho herido y decidió irse del campo, protegido por compañeros y rivales (Fernando Arce), pero antes el árbitro Paul Delgadillo le enseñó la tarjeta roja por hacerse de palabras con Pellerano, quien lo escupió en la cara.

Estamos acostumbrados a las sanciones ridículas de la Comisión Disciplinaria en México, de esos códigos de "según el sapo es la pedrada". Pero esta Comisión Disciplinaria de la Concacaf responde a sus códigos kafkianos, al hacer locuras de día y de noche. Aumentar a tres partidos el castigo a Jesús Corona no sólo es incrementar una injusticia, sino que deja por ahora impunes a los verdaderos provocadores del estadio Azul: el técnico César Farías y el argentino Hernán Pellerano, quienes se mostraron como malos perdedores y persiguieron al más temperamental de sus rivales para tratar de sacarlo de sus casillas, aún exponiendo algunos dientes y muelas porque Corona los encuentra en la calle y los manda al hospital.

La única realidad después de esta decisión concacafkiana es que Jesús Corona no jugará los dos partidos de la final y también se perdería el primer juego del mundial de clubes, en el supuesto de que su equipo le gane al Toluca.

Mientras eso ocurre en el mundo real, en el mundo concacafkiano César Farías, Javier Gandolfi, Hernán Pellerano y todos los Xolos que se jalonearon la tarde del sábado en el azul, siguen bajo investigación, hasta que la memoria olvide este bochornoso suceso.

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MÉXICO -- Las malas decisiones de los últimos torneos han puesto el prestigio de 108 años del Club Guadalajara al borde del precipicio.

Jorge Vergara
MexsportParece que Vergara no está dispuesto a invertir

Si hoy terminara el torneo, Chivas arrancaría en el lugar 16 de la tabla de porcentaje, con seis puntos más que el Puebla (pensando que Atlante haya descendido), que sería último, además del que logre el ascenso, que empezaría en cero su participación en el siguiente campeonato.

Atlas arrancaría cinco puntos arriba de Chivas, Chiapas a seis y la situación obliga a que el propietario del Rebaño, Jorge Vergara, tenga planteada la encrucijada personal: o invierte fuerte para salvar la situación, o vende, para que llegue otro empresario con ganas de recomponer la historia.

Chivas comenzará a sumar el torneo regular de John Vant'Schip de 23 puntos, y los dos peores desde que Omnilife compró al equipo, con 12 y 16 puntos, respectivamente. Esos dos torneos el presidente fue Dennis Te Kloese y los entrenadores Benjamín Galindo y Juan Carlos Ortega. Justo los dos torneos anteriores podrían llevar a Chivas al descenso.

Ante esta situación que hoy no se ve, pero que será palpitante actualidad dentro de algunos meses, Jorge Vergara debe entender que la afición ya no quiere excusas de que no le venden, de que le venden caro o de que son intransferibles los refuerzos que se requieren.

Todo tendrá que comenzar con un entrenador de sobrada capacidad y experiencia para manejar esta crisis que puede ser un polvorín. Luego, la necesidad de que Chivas tenga un plantel abundante en titulares y suplentes, con poco espacio para jóvenes y gran compromiso para los experimentados.

Vienen dos torneos para jugadores con temple de acero pues Chivas, sí, aunque usted no lo crea, Chivas estará jugando en el próximo año la salvación de la franquicia de primera división, como pocas veces había ocurrido en 71 años de futbol profesional en México o en los 108 años de historia.

Así que si Vergara no está dispuesto a soltar la chequera como nunca, lo mejor para su afición sería que vendiera para que otro empresario invirtiera lo que se necesita en este momento de gran complejidad.

Que Puebla, Chiapas, Veracruz o hasta el mismo Atlas anden peleando año con año la salvación no es novedad. Pero que Chivas, las sagradas Chivas, no, es un asunto de interés nacional que no se puede permitir.

El Guadalajara es el equipo más ganador en el futbol mexicano. Su compromiso está en las alturas, no en las profundidades de la tabla.

¿Que le venden caro? Sí, como le venden caro al Real Madrid, al Barcelona, al Manchester United, al Milan o a la Juve. Los grandes equipos son los que más ganan por derechos de televisión, por ventas de souvenirs, por mercadeo, por entradas a los estadios. Por lo tanto, son también los que revientan el mercado de precio cuando se ven obligados a pagar. Real Madrid y Barcelona pagaron cada uno más de 100 millones de euros por un jugador (Garreth Bale y Neymar Jr.). Cualquier análisis financiero marcaría que ese precio, para otros equipos de la Liga, el Valencia o el Sevilla, por ejemplo, nunca hubiera alcanzado esa cifra. Pero como son el Madrid y el Barza, todos les venden más caro.

A Chivas le ocurre lo mismo. Si le piden 10 millones de dólares por Luis Montes o Carlos "Gullit" Peña, no los valen, pero sí los cuestan. Y así tendrá que ser con Jesús Corona, Carlos Salcido, Isaac Brizuela, Oribe Peralta o todos los jugadores que Chivas necesite para salvarse. La inversión en jugadores andará por arriba de los 30 millones de dólares para salvar la franquicia en primera división.

Si Jorge Vergara no quiere o no puede invertir, lo mejor para Chivas sería que vendiera, para que otro empresario sepa que hay que poner la chequera en la mesa para adquirir los jugadores que se requieren en este momento de encrucijada histórica.

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México, Queretaro

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MéxicoMexsportEl gol de Raúl Jiménez provocó una explosión de júbilo en el Azteca

"Podemos cometer muchos errores en nuestras vidas, menos uno: aquel que nos destruye". Paulo Coelho, escritor brasileño.

MÉXICO -- Es como una novela de terror que empezamos a leer por el final.

¿Qué necesidad de terminar con esta angustia, con ese veloz paso de los minutos, con esa tragedia latente y con la sensación de que es un libro que, como deja vú, vuelve a nuestra vida?

La historia de los partidos en casa, en el otrora inviolable estadio Azteca, ha sido un calvario para el aficionado. Decepción tras decepción. Primero un empate inesperado contra Jamaica en el arranque del hexagonal. Después otro empate sin goles ante Estados Unidos, ambos resultados fuera del presupuesto de cualquier equipo que quiere calificar a un mundial arrancando puntos en casa. Enseguida el horroroso 0-0 ante Costa Rica también en el Azteca. Tres infames 0-0 en fila. Las alarmas se encendieron pero la sordera de Justino Compeán (y sus jefes), de Héctor González Iñárritu y de José Manuel de la Torre no les permitieron detectar el horrible sonido de la realidad.

Un proyecto que ya no daba fue alargado como la agonía de un enfermo terminal. Había que cargar de nuevo un tanque de oxígeno mezclado con esperanza. Vino entonces el altísimo riesgo de otro "Aztecazo". Y ocurrió. El pasado 6 de septiembre Honduras venció por primera vez a México en un partido eliminatorio celebrado en el Coloso de la Calzada de Tlalpan. Hazaña inverosímil para ellos.

Bofetada en pleno rostro para la selección mexicana.

Entonces, esa noche apenas, Justino Compeán entendió que tendría que despertar de la parálisis de acción que lo atrapó. Pidió los permisos correspondientes y sin Plan B alguno, rogó al "Chepo" de la Torre para que pidiera a su cuerpo técnico completo que acudieran al llamado de otra derrota cuatro días después en Estados Unidos. Así fue. Y con todo y su medalla de oro olímpica, Luis Fernando Tena se agregó a la lista de fracasos de Justino Compeán.

Hombre que duerme apenas cuatro horas al día, Justino pasó una de las peores noches de su vida después de la derrota ante Honduras. Quiso que el entrenador de moda, Miguel Herrera tomara el cargo. No se lo permitieron. No era su tiempo. El último recurso fue Víctor Manuel Vucetich, quien, paradójicamente, había sido el primer recurso de este proyecto de cuatro años pero en 2010 no aceptó por problemas familiares por resolver. Tres años después llegó al llamado de la emergencia.

Vucetich se sumaba a la larga lista de entrenadores que ha nombrado Justino Compeán en siete años en la selección mayor: Hugo Sánchez, Jesús Ramírez (interino), Sven Goran Erickson, Javier Aguirre, Enrique Meza (para rendirle homenaje contra España), Efraín Flores (interinato), José Manuel de la Torre y Luis Fernando Tena.

Con un palmarés de cinco títulos de liga en sus bolsillos, Vucetich traía otra marca inmejorable: de 13 finales disputadas, 12 ganadas.

Y le tocaba debutar en el teatro del horror de este hexagonal: el estadio Azteca. Y vivió momentos de angustia como millones de mexicanos cuando Panamá consiguió el empate en un múltiple error de la defensiva. Su equipo tenía nueve cambios en relación a la última selección que disputó aquel partido contra Honduras en septiembre pasado, todavía con el nervioso "Chepo" de la Torre en la banca.

La tensión creció en el estadio y en el país. El corazón comenzó a galopar. La angustia se apoderó de todos, dentro y fuera de la cancha. Hasta que a unos minutos del final, Raúl Jiménez, uno de los goleadores de la liga (el seleccionado es momento), apareció para resolver por vía de la genialidad el grito de gol contenido en el país. Un golazo en acción individual resuelta con disparo de espaldas al marco. Así son los goleadores: tienen ojos en la espalda.

El júbilo se desbordó, después de casi 90 minutos de vivir el partido más angustiante de los últimos años. Por fin se rompía la maldición del Azteca. Primera victoria en casa, primer juego con dos goles en el Coloso de Santa Úrsula. Primer gol de Raúl Jiménez en juegos eliminatorios. En el futbol los héroes cambian de nombre y de rol. Ayer el "Chicharito" Hernández era aclamado; ahora falló un penal y recibió abucheos. Hoy, el hombre del momento es Raúl Jiménez. Es así la historia.

Un futbol sin calidad con "Chepo" y un equipo armado al vapor por Vucetich dejan a esta selección convertirá en un mar de dudas. No hay funcionamiento. Escasea la calidad. Y sin embargo, está ahí, matemáticamente, la opción de la calificación directa. ¿Qué se necesitaría? Que la tierra rote al revés, que el sol salga de noche, que Honduras pierda con Jamaica por un gol y que México gane en Costa Rica por dos goles. Todo es posible.

Pero también está abierta la posibilidad de que se consiga el repechaje con un empate en tierras ticas o con una derrota o una igualada de Panamá en su casa ante Estados Unidos. También cabe la posibilidad de ganar o perder en repechaje contra Nueva Zelanda. Y finalmente, en el peor escenario, que México pierda feo en Costa Rica y Panamá le gane claro a Estados Unidos para ser eliminados hasta del repechaje.

La moneda sigue en el aire, mientras el aficionado se come las uñas y vive los partidos en casa al borde de la butaca. Esta selección se complicó la vida por la ceguera de los directivos, por la incompetencia del "Chepo" de la Torre y por la irresponsabilidad de muchos jugadores. Está tan cerca de la hazaña, como del peor fracaso de su historia.

¿Qué necesidad tenía el aficionado mexicano de vivir semejante viacrucis?

Lo dicho: cuando se hacen las cosas mal, mal terminan. Hoy, el juicio sumario del pueblo exige renuncias. Que no se quede todo en la cabeza de jíbaro del "Chepo". También tienen que irse Justino Compeán, Decio de María, Héctor González Iñárritu, Enrique Bonilla y todos los que, con sus errores, nos están haciendo vivir despiertos esta pesadilla sin fin...

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"Ni la derrota en mi valor rehuyo... Mas, antes de rendirme fatigado, me encerraré en la torre de mi orgullo, y en sus escombros moriré aplastado".

Francisco Villaespesa, dramaturgo español.

MÉXICO -- En cualquier empresa, con estos resultados, cualquier jefe hubiese elaborado ya su lista de despidos inevitables.

No serían sólo los casos de José Manuel "Chepo" de la Torre y todo su cuerpo técnico, sino también el jefe directo de ellos, Héctor González Iñárritu y la cabeza visible del proyecto selección nacional, Justino Compeán.

Pero también son corresponsables aquellos que, con gorrita café, acudieron a comer a la casa de Justino Compeán en el sur de la ciudad de México, el 29 de julio pasado, para dar un espaldarazo al proyecto del "Chepo", que para entonces ya era un esqueleto a punto de desmembrarse.

"Les quiero pedir a todos que apoyemos al Chepo. Es mi candidato único", les dijo Compeán a los asistentes, obviamente por indicaciones de sus jefes.

Ahí estaban poderosos empresarios, acostumbrados a exigir cuentas a sus colaboradores; empleados de alto rango de empresas y equipos; trabajadores del futbol que van por los dueños que no tienen ganas de asistir. Fue en la casa de Justino Compeán donde se empezó a gestar el "Vergonzazo" de anoche en el estadio Azteca frente a Honduras. Como antes, cuando Alberto de la Torre insistió en apoyar a Enrique Meza se produjo el "Aztecazo" contra Costa Rica.

Esas han sido las únicas derrotas de la selección nacional en su casa, en 90 años de eliminatorias mundialistas, en el imponente estadio Azteca, que no ha pesado nada en este hexagonal pues Jamaica primero, luego Estados Unidos, enseguida Costa Rica y anoche Honduras, le arrebataron entre todos 9 puntos de 12 que México tenía en su presupuesto.

La furia popular exige subir al "Chepo" a la mesa de los sacrificios para seguir rituales de nuestros ancestros, de ofrendar cabezas humanas a los dioses. El proyecto está lejos de ser eficiente: 8 puntos sobre 21 disputados es una tristeza. La calificación directa al mundial es lejana. Se aspira apenas al cuarto lugar, para ir al repechaje ante Nueva Zelanda. Hay pocos motivos para sostener al "Chepo", pero valdría la pena responder algunas preguntas: ¿Es el único culpable? ¿Qué tan responsables son los que apoyaron a "Chepo" en la casa de Justino Compeán a finales de julio pasado, después del enorme fracaso de la Copa de Oro? ¿Qué corresponsabilidad tienen los jugadores que no han cumplido en la cancha? ¿Cuál es la dosis de culpa de Valentín Diez, dueño del Toluca; Jorge Borja Navarrete, presidente del Patronato de los Pumas; Guillermo Álvarez Cuevas, presidente del Cruz Azul; Yon de Luisa, director de futbol de Televisa; Álvaro Dávila, presidente de Morelia; Dennis Te Kloese, representado a Jorge Vergara; el representante de Ricardo Salinas Pliego, Gustavo Guzmán; el presidente de Tigres, Alejandro Rodríguez, y el nuevo dueño del Santos, Alejandro Irarragorri, además de la voz opositora de Andrés Fassi, quien ya traía en cartera a Marcelo Bielsa para suceder al "Chepo", a quienes Compeán forzó ese día a brindarle un apoyo unánime al entrenador?

Compeán les dijo que aún con la crisis, "el Chepo es la mejor opción para llegar al Mundial de Brasil 2104". Le exigió a José Manuel triunfos porque "no puedes seguir empatando, no podemos darnos ningún lujo".

En la reunión se sugirieron dos cosas importantes: recurrir a naturalizados para mejorar la personalidad en la cancha, y hacer cambios tácticos porque la selección era muy predecible para los rivales. El apoyo que Compeán le brindó ahora al "Chepo" es el mismo que le negó a Hugo Sánchez y a Sven Goran Eicksson, quienes en crisis semejantes fueron despedidos a pesar de que se tuvieron que pagar cuantiosas indemnizaciones.

La crisis del "Chepo" tocó fondo porque Honduras había perdido sus tres partidos de visitante en este hexagonal (1-0 ante Estados Unidos, 2-0 frente a Panamá y 1-0 en casa de Costa Rica). No sólo llevaba tres derrotas, sino que ni siquiera había podido anotar.

Los dueños de clubes ven más la parte económica que la deportiva por su natural inclinación de empresarios. El negocio ha de ser lucrativo. Pero una selección con estos resultados amenaza al negocio del futbol. Si México no va al mundial, podrían producirse pérdidas cercanas a los 250 millones de dólares para la estructura de poder del futbol mexicano, para los patrocinadores y para la industria en general. Vendrá además una gran depresión entre los aficionados.

Así que a unas horas de enfrentar a Estados Unidos en Columbus, viene una prueba para la inteligencia de los dueños. "Chepo" ya les dijo que no renuncia. Falta saber cuál será la palabra final de los dueños del balón.

El proyecto del "Chepo" se queda poco a poco sin mañana, a pesar de su brillante ayer con Chivas y Toluca. Pero el proyecto de la selección nacional se puede quedar, después de 23 años, sin asistir a otra Copa del Mundo, desde aquellas vergonzosas consecuencias de los "cachirules" previos a Italia 1990.

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"La madurez es aquella edad en que uno ya no se deja engañar por sí mismo".
Ralph Waldo Emerson

MÉXICO -- Marco Fabián de la Mora se irá de Chivas. Algún día. En los próximos meses o años. Pero se irá. Porque es su destino, pero también su voluntad. Este pequeño alto en el camino para quedarse en Chivas se deriva de algunos factores en los que él decide, pero también otros en los que personas de más experiencia que él lo terminaron por influir.

Uno de los primeros asuntos que tendrá que resolver será el de quién lo representa. Él dijo este miércoles a Futbol Picante que no tiene representante, pero en menos de un año ha estado comprometido con Promofut (de Eduardo Hernández y Enrique Nieto), luego con Magnitude Limited Soccer (de Nicholas Blair), recientemente firmó un mandato para que lo represente IconStar (de Mauricio García de la Vega), además de que está teniendo presiones para cambiar a Inter América (de Guillermo Lara).

Firmar con varias empresas a nivel de México es parte del folclor nacional. Pero que en el extranjero seas representado por dos, tres o cuatro empresas, deja ante los ojos de directivos más serios, una imagen de desorden, de problemas por venir, de inseguridades.

Varias posibilidades que ha tenido Marco Fabián en Alemania, Inglaterra, España y Portugal no se han concretado porque su vida personal es más pública que su vida deportiva. Los romances, las fiestas y sus constantes apariciones en revistas de espectáculos van creando en la mente de los visores internacionales y de los informes que entregan a los clubes, la sensación de que Fabián es un joven inmaduro, que no sabe lo que quiere y que no cuida su templo (su cuerpo), que es sagrado en la vida de los deportistas de alto nivel.

Para varios clubes europeos, Marco Fabián es el clásico tipo de futbolista latinoamericano con talento, pero que no es profesional las 24 horas del día.

La última prueba de su inmadurez personal y profesional la ha vivido en los últimos meses. Su productividad en la cancha se reduce a 9 goles en los 4 últimos torneos (en un universo de 68 partidos), que contrasta dramáticamente frente a los 23 goles que marcó (en 51 partidos) en los tres torneos precedentes a su mala racha.

Ha cometido descuidos y excesos que, en un deportista, te cobra factura con malos entrenamientos y constantes lesiones. La noche no es amiga de los deportistas. Aunque toca reconocer que Marco apenas es un joven de 24 años y que la inmadurez es la única enfermedad que sólo la cura el tiempo.

Prueba de su inmadurez fue el último episodio de esta novela interminable. Cuando Marco conoció la oferta de Qatar, de inmediato dijo que sí. Y se movió toda la estructura de Chivas para cumplir su voluntad de irse. Él hizo sus cuentas y le pareció no sólo tentadora, sino imposible de rechazar.

Los cataríes le ofrecían en contrato de cuatro años en el que se ganaría libres de impuestos por este periodo 16 millones de dólares, más los premios por victorias, campeonatos y conquistas personales (no mujeres, sino logros deportivos). Le daban además a elegir entre dos modelos de Mercedes Benz del año, además de una casa a todo lujo en Doha, pasajes para cuatro miembros de su familia y una vida de holgura económica que le permitiría hacer un buen colchón para su futuro. Pero a cambio tendría que experimentar una vida distinta, con otro marco cultural, un país muy lejano, con una competencia distinta a la europea o a la mexicana. Una liga con pocos equipos que quiere crecer para presentarse con un buen nivel en el mundial de 2022, del cual Qatar será sede. Sus costumbres actuales tendrían que dar un giro de 180 grados para poder competir con el que sería su nuevo club.

Finalmente se arrepintió y decidió quedarse en Chivas, después de varias consultas familiares, amorosas (su novia), con dirigentes y con el actual cuerpo técnico.

Antes de la oferta catarí, hubo una más de Italia, que le ofrecía a Chivas un millón de euros por el préstamo de un año, con opción de compra de 8 millones de euros. No se concretó porque en Italia sólo se permiten dos extracomunitarios, y una tercera plaza es para jugadores menores de 23 años, y para entonces Marco ya había cumplido los 24.

También se han acercado enviados de Wolfsburgo, del Everton, del Benfica y de varios equipos más europeos. Todos en algún momento se topan con la inmadurez, con su propensión de ocupar espacios en revistas de espectáculos, en lugar de portadas de diarios deportivos. Todos ven un declive en su productividad de los últimos torneos, pero también recuerdan sus goles contra el Barcelona y la medalla de oro olímpica de Londres y el título del torneo Esperanzas de Toulón.

Es sin duda un futbolista con talento, pero el éxito lo ha ensordecido. Debe escuchar a la gente cercana con más experiencia, a su familia, a sus maestros en el futbol, a sus directivos. Debe dejarse ayudar, en pocas palabras.

Porque su carrera está llena de tantos altibajos, que todavía no sabemos si se trata de una estrella que hará historia, o simplemente se quedará en eterna promesa, como muchos otros en el pasado.

Él tiene la palabra. Tiene que ser más fiel con la pelota y menos proclive a las mentiras del entorno.

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Guadalajara

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"No hay héroe en la soledad; los actos sublimes están determinados siempre por el entusiasmo de muchos". Eliphas Lévi.

MÉXICO -- En el cielo del futbol mexicano hoy brilla la onceava estrella del América. Y también hoy es buen momento para recordar que en el deporte, como en la vida, el equilibrio es virtud.

América
MexsportAmérica celebró en grande la conquista del título

Triunfos y derrotas en el futbol son circunstanciales, pero llevan a la polarización. Ningún triunfo de las once estrellas en la historia del América ha sido tan celebrado como el actual. Y ninguna de las nueve derrotas en una final han sido tan dolorosas para el aficionado de Cruz Azul. Pero en el futbol el triunfo de hoy puede ser la derrota del mañana.

El general Douglas MacArthur, célebre por su frase "volveré", también escribió sobre la diferencia entre ganar y perder en conflictos bélicos: "Hemos conocido la amargura de la derrota y la exultación del triunfo, y de tanto que hemos aprendido no puede haber vuelta atrás. Tenemos que seguir adelante para preservar en paz lo que ganamos en la guerra".

La analogía vale tomando en cuenta las palabras de Jorge Valdano: "El futbol es la guerra por otros medios. Una batalla, digamos, algodonada. Es un simbolismo hasta fácil. Hay una sola arma, un solo objeto en disputa; los dos equipos comparten un terreno de batalla, o sea que no es como el ajedrez, que todo se limita a lo intelectual, o como el tenis que tiene una red de por medio. En el futbol se sale a pelear por ese objeto en disputa y se sale al campo también a conquistar la portería contraria, es llegar a su casa, invadirlos... El futbol tiene secretos que le permiten despertar emociones profundas en el espectador".

Eso ocurrió en la final del domingo. Los aficionados de ambos equipos experimentaron emociones profundas. Los americanistas de éxtasis. Los cementeros de dolor. Uno salió del pozo profundo para alcanzar el cielo. El otro cayó en el abismo de la derrota impensada.

Las horas posteriores a un desenlace deportivo son importantes para medir la entereza con la que el perdedor asume la derrota, y la grandeza que ha de tener el ganador para saber qué hacer con la victoria.

Hace bien el América en irle bajando a la celebración, dejando el trofeo en su santuario, pero imponiéndose las metas que corresponden al tamaño de la institución que representa. El América alcanzó al Guadalajara como el club más ganador de títulos en México. Ambos han colocado 11 estrellas en su uniforme, por 10 del Toluca y 8 del Cruz Azul. Detrás vienen Pumas, Pachuca, Monterrey, Santos y algunos más.

América ahora debe pensar en la posibilidad de un bicampeonato, bajo la premisa de mirar al cielo con los pies en la tierra. La victoria fue ayer. La planeación es hoy. Y la conquista tendrá que ser mañana. Su triunfo agónico, dramático, heroico, debe quedar como la exquisita anécdota de su fortaleza épica y del gran impulso que le dio el volcán de voces de sus aficionados en el Azteca y de millones que vibraban a través del televisor. Ganar en la forma en que ganó el América, con actos de heroísmo al jugar 106 minutos con un hombre menos y al cobrar con mejor estado anímico los penalties, es una ofrenda a los últimos ocho años de frustraciones de sus fieles. Pero hay que ponerle punto fin. El mañana se construye hoy.

Cruz Azul ya debería de estar acostumbrado a ser el moderno "Ya Merito", pero su ejemplar grey de aficionados merece ya una satisfacción. Un título en 33 años es poco, muy poco. Es una miseria para la ambición de sus aficionados. Le haría bien a la Máquina olvidar pronto este trago amargo de saber que la copa se le derramó en sus manos, por su incapacidad para conservar un campeonato que ya tenían ganado. La frustración de los aficionados celestes no les ha permitido poner punto final porque siguen en shock. El "no es posible" no se lo pueden sacar de su cerebro.

Alguien dijo alguna vez que en el futbol, a diferencia de otros deportes, "no basta ser feliz (como el aficionado Águila), sino que es muy importante que el otro (el aficionado cementero) no lo sea".

Para Cruz Azul el saldo es lamentable: un título en los últimos 33 años, tiempo en que el América ha levantado ocho veces la copa. Bendito futbol, que cubre con una final así de emocionante, las incontables torpezas que a diario cometen los funcionarios de la Federación Mexicana de Futbol y de la Liga MX.

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"La ejecutan más jóvenes que viejos, más hombres
que mujeres, pero sobre todo, más pobres que ricos".
Jorge Valdano, marzo 1989, entrevista personal.

MÉXICO -- Su pensamiento era seductor. Venía de la más agresiva de las hepatitis, tras seis meses en casa, donde perfeccionó el arte del pensamiento. Jorge Valdano dedicó su vida a la reflexión, tras la dura enfermedad que enfrentó, la cual terminó por retirarlo de las canchas, después de haber ganado el Mundial de 1986 con Argentina y varios títulos con el Real Madrid.

Valdano dedicó muchas horas de su rehabilitación a la lectura. Devoró libros, eligió autores, aprendió a utilizar la palabra como su nueva herramienta laboral. Hoy es lo mismo directivo (en algún tiempo entrenador), escritor, orador, conferencista (sobre todo de liderazgo), pero sobre todo es un brillante librepensador.

Era marzo de 1989. Cita telefónica. La curiosidad del periodista delante de un enigma. El argentino cautivaba ya para entonces con sus frases, con conceptos bien sustentados, su profundidad de pensamiento. Era una mezcla de filósofo con literato.

Nos citamos en el restaurante del Hotel Eurobuilding, en la calle de Padre Damián, en Madrid. "Ahí está muy cerca mi oficina", dijo Jorge Valdano vía telefónica. Y, en efecto, en esa incipiente oficina se puso el embrión del que sería el exitoso proyecto Make a Team, un despacho que nació para la asesoría deportiva y que hoy ha expandido su campo de acción a la consultoría estratégica, la investigación comercial y de mercados, la inteligencia comercial y las soluciones en servicios operativos, luego de fusionarse con el gigante Inmark.

Jorge llegó la cita puntual, sonriente, bajándose de un Mercedez Benz que les regaló el Real Madrid a todos los jugadores. Ambos pensamos en una corta entrevista con desayuno incluido. Aquellos viejos casetes con sus lados "A" y "B" sólo podían almacenar 30 minutos en cada uno. Una hora en total. No bastó un casete. Necesitamos tres. Son una joya de reflexión y análisis. Hoy guardo esos casetes en la caja fuerte de los tesoros periodísticos.

Después de casi tres horas de grabación, sobrevinieron otras tres de charla sin fin, fascinante. Escucharlo era un deleite. El gran orador atrapando a su único espectador.

El filósofo del futbol no paraba de analizar el fenómeno social llamado futbol. En un momento nos detuvimos ante el inevitable tema de la violencia, que por aquel lejano 1989 ya era nota importante en los diarios y noticieros de radio y televisión.

Y Valdano habló con profundo conocimiento. Vivió la violencia en el futbol argentino, en el español, en el europeo (tiempo de "holligans") y también la violencia del hombre común, del que vive en sociedad.

"Sabemos que quienes ejecutan la violencia (en los estadios) son más jóvenes que viejos, más hombres que mujeres, pero sobre todo más pobres que ricos. Quiero decir que el grado de violencia que el hombre de la calle lleva incorporado al futbol depende siempre del grado de frustración", comenzó diciendo.

Y habló de distintas clases de aficionados en el mismo estadio: "En la tribuna, un espectador se queda en el suspiro; otro en el grito; uno más pasa al insulto y alguno apunta y tira con una botella de champaña a la cabeza de Hugo Sánchez (en aquel tiempo había sido agredido en un partido del Real Madrid".

El filósofo seguía con la palabra: "Yo creo que efectivamente el futbol es un vehículo de descarga, una sesión de psiquiatría colectiva, una terapia de grupo. Y además, hay una posibilidad de desindividualizarse. Uno en las graderías, sobre todo estando de pie (no era obligatorio estar sentados en aquel tiempo), forma parte de un monstruo con miles de cabezas: la masa. Parece que al involucrarse y formar parte de la multitud, termina por perder de vista los problemas que son suyos nada más, no de la multitud".

Y precisaba Valdano, con esa fina puntería de quien es amigo de las ideas profundas: "La violencia tiene una raíz social. Se elige al futbol para expresarla, en primer lugar, porque en la identificación con unos colores existe una excusa solidaria ante miles de personas. La multitud da impunidad.

Uno se vuelve anónimo en medio de la gente. Hay un elemento exhibicionista que conviene no perder de vista. La tribuna es un palco perfecto para que el gamberro (fanático) se vuelva célebre; a través del acto de vandalismo llega a tener cierta consideración pública. Para estos chicos, salir en un periódico con un palo en la mano y con cara de asesino es un elemento más de prestigio.

Ahora, el identiquit del retrato robot de un violento, responde al anti modelo social. Es lo antagónico a la figura del triunfador que venden los medios de comunicación. Y el contra modelo plantea una contra ética. Maneja valores absolutamente torcidos, en donde el coraje forma parte del centro de sus preocupaciones. Son machos peleoneros".

E insiste: "El futbol es un deporte que conviene verlo participando, no como simple espectador que va a disfrutar la estética del juego, sino como un gran fenómeno, donde uno tiene que estar a favor o en contra de alguien para encontrar los resultados emotivos que busca".

Lo atajamos con una pregunta:

¿Cuál es el principal combustible que alimenta la violencia?

Y concluye con absoluta serenidad, sabedor del contenido de su respuesta: "La injusticia social".

Valdano habló también del fenómeno de la violencia en Inglaterra, de la diferente raíz social que tenía la violencia argentina de las barras bravas. Y también habló del jugador profesional, que en cada declaración ante los medios sacude las emociones entre sus aficionados.

"Yo creo que el futbolista a veces no sabe situar dentro de la escala social el fenómeno deportivo. El futbolista plantea la información del partido que va a venir como un problema de vida o muerte. Y el que lo plantea así lo transmite así, porque la voz del futbolista es una voz que llega a millones de personas".

Y también habló de los periodistas: "Otro de los problemas que incita a la violencia a través de los medios de comunicación es el hecho de recordar altercados anteriores. O sea: se desentierran viejas noticias como el que desentierra un hacha de guerra. El más peligroso de todos es el periodismo localista porque a través de sus informaciones la ciudad se siente agredida cuando se refieren a sus héroes. Ahí hay un germen que luego se vuelve difícil de administrar".

La entrevista tiene 24 años. Los conceptos, después de casi cinco lustros, siguen tan vigentes como entonces. Basta ver la actualidad del futbol mexicano. Y también de nuestro país.

"La calidad nunca es un accidente; siempre es
el resultado de un esfuerzo de la inteligencia".
John Ruskin.

MÉXICO -- Por más gritos que se lancen al aire, por más horas que ocupen en los espacios televisivos y por más propaganda de la LigaMX para que el torneo prenda, la CopaMX ha caído dramáticamente de calidad en los primeros 47 partidos de sus cuatro jornadas iniciales.

Ya desde el torneo pasado se advertía que la CopaMX tenía un formato no adecuado. Jugar muchos partidos no significa que se jueguen buenos partidos.

Los estadios, aún los de Liga de Ascenso, lucen cada vez más vacíos. El interés del público ha disminuido dramáticamente. Los equipos llevan a sus plantillas "B" o "C" a los compromisos. Los directivos se rascan las uñas para pagar viajes y hospedajes porque hay mucho gasto y poco ingreso, ecuación que invariablemente llevará a varios equipos a la bancarrota. La CopaMX no consigue patrocinios, no puede darle prestigio y nombre al torneo porque simple y sencillamente carece de la calidad para que un patrocinador arriesgue un buen porcentaje de su publicidad en apoyar un torneo desairado por la afición y también por los propios equipos.

Hay pocos que le han dado toda la seriedad a la CopaMX y que incluso aspiran a conseguir el título: América, Puebla, Atlante, Cruz Azul, Atlas, Querétaro y Jaguares (que juega este viernes) conservan lo invicto y se han colocado con amplias posibilidades de avanzar a la siguiente fase. Con el juego de Jaguares-La Piedad se completarán 48 en cuatro jornadas. Faltan otros 24 en las dos fechas restantes. Y luego vendrá la fase corta de postemporada donde se juega lo menos malo del torneo.

¿Quién, en su sano juicio, quisiera mantener este formato de competencia?

Si hubiese una memoria viva en la Federación, o en la propia LigaMX sobre competiciones del pasado, como el Torneo de Reservas, el Torneo Nacional de Nuevos Valores o inclusive la exigencia de la Regla 20/11, podríamos comprobar que los resultados deportivos era mejores, con el surgimiento de mayores figuras.

Tampoco la parte económica mueve a la CopaMX porque los equipos pueden dar fe de la acumulación de pérdidas después de cada copa porque los viajes son largos, el hospedaje tiene que ser de equipo profesional, el traslado aéreo es costoso y la alimentación debe ser la que requieren futbolistas de alto rendimiento.

En cambio, los ingresos por taquilla son raquíticos. El balance de pérdidas se desequilibra cada día más, por lo que la LigaMX tendría que replantearse el futuro de la CopaMX para las siguientes ediciones.

La idea no es mala. El formato sí. No se copió el modelo español, ni el italiano, ni el inglés, como se había anunciado en el estudio previo. Es más, ni siquiera se copió el modelo mexicano de aquellas históricas Copas México de los años cincuenta, sesenta y setenta, que despertaban el interés de los aficionados y colmaban en muchos partidos las tribunas.

Es buen momento para que Decio de María asuma la responsabilidad de su error, lo mismo que Enrique Bonilla, su gurú en el aspecto deportivo. Este experimento está resultando todo un Frankestein para la economía de los clubes.

"Afortunada o desafortunadamente, el América debe ir por el título".
Emilio Azcárraga Jean, presidente Grupo Televisa.

En el noticiero estelar de su empresa, Emilio Azcárraga Jean dedicó algunas palabras de los planes que tiene el consorcio y precisó como dueño de las Águilas del América que ser semifinalista (como lo ha sido en los dos últimos torneos) es poca cosa para su equipo.

Dejó en claro que ser campeón es una obligación inherente de los equipos grandes, como el América. "Hoy el tema no es si (el América) es líder o llega a semifinales. Afortunada o desafortunadamente, América debe ir por el título". Y le faltó rematar la frase: "Siempre".

Este buen inicio de torneo no basta. La recuperación en los dos anteriores, tampoco. Borrar el pésimo cierre de administración de Michel Bauer como presidente, menos.

Lo que reclaman millones de americanistas diseminados por el país y en los Estados Unidos es que el equipo corresponda a su grandeza (lleva 10 títulos en la era profesional, uno menos que Chivas y los mismos que el mejor equipo de los torneos cortos, el Toluca) con otro campeonato. Dos títulos en los últimos 15 años son números menores para una organización cuyo barco insignia en el deporte fue el América, aquel equipo que en los setenta le peleó la supremacía al Cruz Azul y que impuso su dominio en los ochenta, al ganar cinco campeonatos de diez disputados.

Este América está en deuda con sus aficionados. Ha invertido decenas de millones de dólares sin poder saldar esa cuenta pendiente con su afición.

Ha cambiado presidentes, entrenadores, jugadores, empleados. Ha comprado proyectos, ha inventado los propios, ha escuchado sugerencias. Y nada funciona.

Hoy que el equipo empezó como bala en la liga y en la CopaMX, hay que recordar que el compromiso del América es con su propia grandeza de resultados. Once títulos os contemplan, pero también un pasado reciente lleno de penas. Sus números en los últimos años son los de un equipo mediano.

Por eso cuando el presidente de Televisa (el americanista número uno del país, porque además de dueño es un fan que idolatra los colores, que los lleva tatuados en el alma) dice que el América debe ir por el título en este torneo, porque las semifinales ya no le bastan, también tiene que agregar el tiempo de su aspiración: "Siempre".

Porque ese es el compromiso de los equipos grandes. No es gracia arrancar bien un torneo: es una obligación. Las buenas rachas pueden ser transitorias. Los títulos son para la posteridad. El América se sabe querido y odiado. Representa a una buena legión de seguidores dentro y fuera del país que tienen arraigado un profundo sentimiento de pertenencia por su equipo, que lo apoyan en las buenas y en las malas y que expresan de distintas formas su agrado o rechazo ante el resultado en turno.

Además, el América también sabe que es el equipo que tiene más contras. Cada aficionado de un equipo odia a otro o no odia a ninguno. Pero a los americanistas los odian los aficionados Chivas, los Pumas, los de Cruz Azul.

Aglutina igual la pasión encendida de sus fieles, que la burla de sus detractores múltiples. Sí, este América del "Piojo" Miguel Herrera arrancó bien, tiene un plantel capaz, un goleador implacable como Christian Benítez, un creativo en gran momento como Sambueza, un novato en proceso de consagración como Jiménez, una defensa sólida con Aquivaldo, el "Maza" Rodríguez y Diego Reyes, un refuerzo de verdad como Oswaldito Martínez y una banca con grandes figuras, además de un entrenador hambriento de títulos. Es un plantel con una gran competencia interna. Bien dicen: donde no hay competencia, hay incompetencia. Hoy los once puestos titulares del equipo son codiciados por un plantel con 20 jugadores capaces de ocuparlos.

Pero la cuesta es hacia arriba. El torneo es joven y al América le faltan todavía muchas pruebas. Esta vez no hay excusas: América necesita urgentemente un título. No es la exigencia del dueño. Es el clamor de sus millones de seguidores.

"Llegué Tuzo, crecí Tuzo y moriré Tuzo".
Miguel en su despedida.

MÉXICO -- Nos tomaste por sorpresa, Miguel...

Te creíamos tan fuerte, tan entero, que nadie de quienes te admiramos lo podemos creer. ¿Por qué, Miguel? ¿Por qué ahora? ¿Por qué este profundo dolor para tu familia directa y para la familia del futbol, que te conoció y reconoció dentro y fuera de la cancha? ¿Por qué provocar esta lágrima traicionera que esparce su tristeza sobre las teclas de la computadora? Nos tomaste por sorpresa, Miguel.

Claro, teníamos el antecedente de la trombosis que sufriste hace algunos años. Nos llevaste al hospital, después a Pachuca para saber cómo iba tu recuperación, nos sentamos a platicar el momento, tus temores, la sensación de que no podías perder esa lucha porque estaban contigo tu familia y el futbol.

Nos alegramos con tu vuelta a las canchas, para cumplir tu meta de ir al Mundial de Clubes de 2008.

Volver al campo era como renacer, decías. Pero ahora, de repente, otra sacudida con la terrible noticia de una segunda trombosis. Nuevamente la ciencia médica a prueba. Y tu fortaleza también. Nadie pensaba en la posibilidad de que perdieras la batalla. Aún ante los peores escenarios médicos estaba la certeza de que eres un gigante de 1.90 metros de estatura, que cuando levantabas los brazos alcanzaban a acariciar el travesaño con el amor de un portero por vocación.

Nos tomaste por sorpresa, Miguel. Y más este lunes, después de una semana de luchar día a día, hora a hora, minuto a minuto. Querías ver de nuevo la luz, a tus hijos, a tu esposa, a tu madre, a tus seres queridos, a tus incontables amigos. La palabra "muerte" simplemente no la considerábamos. "Miguel es fuerte, muy fuete", nos confortábamos al platicar tu caso, mientras recibíamos informes parciales de coma inducido, de craneotomía descomprensiva, del edema que no cedía, pero luego surgían noticias alentadoras de que estabas "grave pero estable" o que serías despertado para saber las reacciones de tu cuerpo. Pero no considerábamos la posibilidad de "muerte cerebral". Creíamos en el milagro de tu fortaleza, aunque en el fondo nos atemorizaba la sentencia atribuida a la mitología griega de que "los elegidos de los Dioses mueren jóvenes". Y tu acta de nacimiento te colocaba en zona de riesgo (Ginebra, Valle del Cauca, 14 de abril de 1971) a tus 41 años 7 meses y 19 días.

Por eso nos tomaste por sorpresa, Miguel, este lunes, cuando el doctor de tu equipo, José Antonio Torres informó en el Hospital Médica Sur: "Comunicamos que el Sr. Calero tiene muerte cerebral. A partir de este momento Miguel Calero está en soporte vital. No tenemos más que agregar". Enseguida, el neurocirujano Edgar Nathal lo dijo más claro: "Lamentablemente, es cuestión de tiempo para que Miguel Calero muera". Como un golpe contra el poste la noticia. Estado de shock general. Luego la tristeza que no encuentra explicaciones. Hoy sólo nos resta lo inevitable. Irás a una dimensión en la que no habrá dolores. Emprenderás el viaje de tus ancestros, aunque el pesar agobie a quienes más te quieren.

Nos tomaste por sorpresa, Miguel. Y comprobamos que muchas veces la noticia también duele. Tu partida llega en un momento inesperado, aunque tu maestro y amigo Enrique Meza dice bien que "sólo los tiempos de Dios son exactos". Créeme que te vamos a extrañar. Vivimos tus conquistas en la cancha, tu personalidad en la disputa de un partido, tu sentido de responsabilidad para asumir tu rol de líder. Eres leyenda del Pachuca al que tanto le diste. Te llevas el reconocimiento general, de los Tuzos y de toda la comunidad del futbol mundial. Tus logros son el legado del futbolista en la cancha. Pero nos hará falta el hombre que supo ganarse al mismo tiempo, respecto, admiración y cariño. Adiós, Miguel. Te llevas el cariño de miles de personas que no pueden evitar derramar sus lágrimas ante este desenlace inesperado. Te vamos a extrañar. Pero ve tranquilo porque tu familia se queda con el cariño que te ganaste en todas partes, gracias a tu legado futbolístico, pero principalmente gracias a tu calidad como ser humano.

Hemos de confesar: nos tomaste por sorpresa, Miguel. Pero dejas tu obra humana más viva que nunca. Como las pancartas de los días de gloria en el estadio: Grande, Calero.

Buen viaje, amigo.

Y que Dios te reciba con amor...

Atentamente:
"Hetor"

MÉXICO -- Uno, que la cancha sintética; el otro, que la altura. Y no va por ahí la cosa. Toluca y Tijuana han sido los equipos más consistentes del torneo regular y de la liguilla. Han marcado importante diferencia y, por lo tanto, cualquiera merece la corona.

Toluca cuenta con un entrenador experimentado, que enfrente tendrá a uno de sus discípulos, no porque lo educó en alguna aula, sino porque predicó con el ejemplo siendo su entrenador en aquellos años maravillosos de los folclóricos jugadores del Toros Neza.

Enrique Meza ha tenido de todo en la vida: momentos de gloria, con cuatro títulos de liga y el mejor resultado de un equipo mexicano en torneo internacionales (la Copa Sudamericana con el Pachuca). En su haber están cuatro campeonatos de liga, hay algunos de Concacaf, la sudamericana, varias finales, números impresionantes de su paso por Toluca, Pachuca y hasta con Cruz Azul, donde sólo le faltó la cereza al pastel con alguna coronación, pero siempre tuvo al equipo en el primer lugar del porcentaje.

Pero también hizo un equipo de gran personalidad con Toros Neza, al que lo llevó a una final de Copa contra Cruz Azul y otra de liga contra Chivas, aunque ambas las perdió. Y pocos recuerdan que Morelia lo llamó para una misión imposible de salvarlo del descenso... y también lo logró. A cambio de esas, tiene la mancha negra de su paso por la selección nacional. Ha sido una de las paradojas más crueles de su paso por el futbol: fue elegido por unanimidad y expulsado de la selección por unanimidad, con la calificación amenazada y el equipo al borde del precipicio, antes de Corea-Japón 2002.

Y también tuvo un amargo peregrinar con el Atlas, aunque eso no es novedad porque en el Atlas hasta los santos cometen el pecado de alguna vez ganar.

Enfrente de su banquillo estará uno de sus mejores amigos y fiel intérprete del buen futbol sobre la cancha: Antonio el Turco Mohamed, quien juega y vive con un ángel sobre su cabeza (su hijo Faryd, fallecido durante el mundial de Alemania 2006 en un accidente automovilístico). El Turco se ha sobrepuesto a esta indeseable tragedia familia, se ha reconstruido y ha tomado nuevamente una posición de privilegio en el futbol mexicano como un hombre de futbol altamente competitivo. Desde su llegada a Xolos ha creado una revolución deportiva en Tijuana. Serio, sobrio, con ese aire alegre que empaña el recuerdo de su tristeza, pero sabedor de que la oportunidad de ser campeón está más cerca de lo que nunca imaginó su equipo.

Toluca es ayer y hoy (diez títulos os contemplan).

Tijuana es palpitante hoy (apenas 5 años de vida en el futbol profesional y 18 meses en la primera división).

Los tiempos se dan, simplemente. Nadie puede programarlos. Enrique Meza lo haq dicho en muchas entrevistas: "Sólo los tiempos de Dios son exactos".

La oportunidad está ahí para los dos. Serán 180 minutos (o más) de una dura batalla, con dos instituciones serias en lo deportivo.

Las directivas también juegan esta final. El joven Jorgealberto Hank Inzunza ha sabido emplear el dinero de la fqamilia en refuerzos precisos: ni caras ni baratos, simplemente adaptables al esquema del equipo; salvó pronto el problema del descenso y ya disputó unos cuartos de final y ahora estará peleando nada menos que el título.

En el otro lado, la tradición familiar de un proyecto lleno de seriedad y éxito. Primero don Nemesio Díaz, ejemplo de pulcritud y pasión por sus colores ("que la bola ruede a nuestro favor", su frase inmortal), ganador de los primeros títulos del Toluca. Y luego Valentín Díez, su hijo, el relevo que llegó para mantener la grandeza del apellido en el futbol profesional. Don Valentín es sin duda el mejor directivo del futbol mexicano. Porque habla poco y hace mucho. Y porque cuando habla, hace llamados a la sensatez y a evitar los errores. Es un punto de equilibrio en las juntas de dueños y tiene tal poder moral, que no necesita ser el hombre más rico del mundo para ser el más respetado.

Y qué decir de la actuación en la cancha. Toluca tomó a jugadores con hambre de revancha: Tiago, que volvía de Brasil con poca gloria (llegó a ser suplente del Inter de Porto Alegre en aquella final de Libertadores contra Chivas); Carlos Gerardo Rodríguez, que se había estancado en Pachuca; Marvin Cabrera, que estaba de salida; Lucas Silva, cuya carta pertenece al Dorados de la Liga de Ascenso; Juan Carlos Cacho, que se pasó meses en la banca de Pumas; Édgar Benítez, que fue de regalo al Toluca por el Pacto de Caballeros (los Tuzos se llevaron a Paulo da Silva). Pero lo más importante fue que el profe Meza convenció a Talavera, a Novaretti, a Dueñas y principalmente al maestro "Sinha" de que tocando la misma melodía hacer una orquesta respetable.

Con Tijuana ocurrió algo semejante: hombres con sed de revancha están brillando con luz del ayer. Fernando Arce salió de Santos porque creían que no daría mucho más; Leandro Augusto igual de Pumas, como Pablo Aguilar de San Luis o Alfredo Moreno del Atlas. Cirilo Saucedo perdió en la elección de poretero titular de Tigres ante Palos, porque así lo decidió el "Tuca" Ferreti. Y Tijuana no tiene culpa de los vacíos legales: no hay regulación en México sobre el uso de futbolistas no nacidos en este país. Los Xolos tienen a cinco extranjeros (Aguilar, Gandolfi, Fidel Martínez, Riascos y Pellerano), a tres naturalizados (Alfredo Moreno, Leandro y Diego Olsina), además de cuatro jugadores con nacionalidad méxico-norteamericana (Joe Corona, Édgar Castillo, Greg Garza y Cirilo Saucedo). Once en total.

Este jueves la final es inédita: jamás se habían enfrentado estos equipos en esta instancia. Toluca lleva diez títulos. Si gana alcanza a Chivas.

Tijuana no lleva ninguno. Pero si gana, alcanza al Atlas...

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