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Carta abierta a la Conmebol

MÉXICO -- Señores de la Conmebol, señor Nicolás Leoz: ¿A ustedes les gusta Led Zeppelin? A mí me fascina: sus canciones sólo pueden describirse completamente con un sólo adjetivo: poderosas. Pueden ser explosivas, melancólicas, irónicas, melodiosas, vanguardistas, raras, larguísimas, confusas, envidiables, pegajosas, retadoras, rasposas, dulces, amargas... pueden ser muchas cosas pero siempre serán poderosas.

Jimmy Page tomó una canción que santa wikipedia dice que es originalmente de Jake Holmes y la puso en voz de Robert Plant (el único cantante del que yo sería groupie en los 70) para convertirla en un himno: Dazed an confused, que en su primer párrafo dice más o menos "quería una mujer pero no traté contigo, muchos hablan de eso pero poco saben que el alma de la mujer se creó en el infierno..." (puristas del inglés, bienvenidos). Y en eso pensaba cuando ustedes, señores de Conmebol, se sacaron de la manga un comunicado que no era el acordado con la Femexfut para comprometer a Chivas y San Luis a jugar en la Libertadores a pesar de que los clubes mexicanos ya se habían retirado. Pusieron una fecha (20 de mayo) y una "concesión" (eliminarse a un solo partido, el de vuelta, en Brasil y Uruguay respectivamente). ¿Y creían que iba a funcionar? ¡Ja! El alma perversa de la Conmebol se creó en el infierno.

Señores organizadores de la Libertadores, eso debieron proponerlo antes, hace dos semanas, cuando sus equipos comenzaron a despreciar a los jugadores mexicanos (sanos, perfectamente sanos) por miedo a la influenza, cuando la animadversión hacia mi querido país no era tan marcada. Cuando el presidente de Boca Juniors declaró que no quería venir a México. Cuando Chile dijo que no quería recibir a los mexicanos. Cuando Colombia siguió en el tenor y dijo que tampoco.

Opciones hubo muchas: otras ciudades ofrecieron sus estadios, los mexicanos dijeron que acatarían la decisión que se tomara, pero ustedes, señores de Conmebol, no abogaron por los nuestros. Se limitaron a esperar la respuesta de Sao Paulo y Nacional y cuando ellos dijeron que no jugarían en México a pesar de que en México sí se puede jugar (y las últimas jornadas de la liga local lo demuestran), en lugar de sancionarlos y obligarlos a perder por default, les dan una palmadita, alzan los brazos y le comunican a los mexicanos: "¿qué creen? pues que no quieren". Mustios.

Yo celebro que Chivas y San Luis hayan juntado sus canicas y les dejen el patio de la escuela a los niños mimados de los clubes sudamericanos. Celebro que por primera vez en la historia de un fútbol tan desordenado como el mexicano --por decirlo de una manera elegante-- haya una decisión unánime. Celebro que la Femexfut se ponga de lado de sus equipos y no de la Conmebol. Celebro que por una vez impere el fútbol sobre el negocio, aunque irónicamente eso implique no más fútbol.

Lo siento por los sudamericanos que conozco que no discriminan a los mexicanos y que de verdad querían verlos jugar. Lo siento por mis paisanos que pasarán un tiempo insultando a los del sur por un incidente en el que ni unos ni otros tuvieron decisión. Pero más lo siento por aquellos directivos de equipos y de federaciones de fútbol y por las autoridades de gobierno que no pueden entender que los jugadores mexicanos están sanos y que los estadios, mexicanos o de cualquier otro país que ofreció su localía, son seguros. Ojalá pudiera venderles algo de sentido común.

Lo siento por ustedes, señores de la Conmebol, que no pudieron respetar una decisión y un acuerdo y trataron de obligar a los clubes mexicanos a jugar una eliminatoria de la que ellos ya anunciaron que no quieren saber nada. Pero no importa, Led Zeppelin tiene las palabras perfectas: "tómalo con calma, que digan lo que quieran, ¿hablarás tanto cuando te mande la factura?".