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La poderosa voz interior de Nadal

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CANCÚN -- La anécdota, cuenta Jim Loehr, tiene como protagonista a una ex número uno del mundo. Y sirve para explicar los intrincados caminos de la mente del tenista. "Esta persona llegó a mí en un momento muy complicado de su carrera", narra el psicólogo más famoso y de alto perfil en la historia del tenis. "Entonces yo le dije: Mi trabajo es que todo tu esfuerzo sea para el objetivo correcto. Y yo creo que, para ti, el objetivo correcto no es ser número uno. Te aseguro que llegarás allí y te sentirás vacía. Entonces ella lo pensó toda una noche, y al día siguiente volvimos a trabajar y me dijo: quiero ser "Sunshine". Eso es lo que quiero ser. Quiero ser luminosa para todos aquellos que me vean jugar. Y entonces su mundo completo cambió cuando encontró el objetivo correcto".

En su extensa carrera como psicólogo especializado en deportes, Loehr trabajó con Monica Seles (la de la anécdota, aunque él no la haya nombrado), Andre Agassi ("cuando llegó a ser 141º del mundo, estaba torturado porque sentía la presión de que su identidad fuera solo ganar y tener un buen ranking. Entonces se alejó de todos, menos de Gil Reyes. Y se reprogramó identificando el objetivo correcto"), y decenas de tenistas top que lo encumbraron. Loehr también asistió a Gabriela Sabatini justo antes de su triunfo en el Abierto de los Estados Unidos '90. Y esa historia de suceso fue portada de la revista World Tennis, bajo el título "Look at Gaby now".

Ahora Loehr tiene su propio instituto de investigación, es expositor destacado (como ocurrió en la Conferencia Mundial de Entrenadores de Tenis, que se realizó en México a principios de noviembre), pero sigue mostrando pasión por el tenis. "No sé si lo recuerdas, pero cuando era junior Roger Federer solía tener mal carácter en la cancha. Pero cambió, porque en un momento él encontró su mejor coach interno posible: su propia voz interior. Pero a esa voz hay que descubrirla, conocerla y entrenarla", explica el psicólogo, enfocando el discurso en su concepto más poderoso: la voz interior que debe guiar al jugador a buscar sus éxitos. Y que encuentra en Rafael Nadal, el número uno del mundo, al mejor ejemplo.

-¿Y cómo la definiría a esa voz interna?

-Lo más importante que puedes hacer desde una posición de especialista es ayudar al jugador a desarrollar la capacidad de ser su mejor coach interno. Esa voz privada es la más poderosa herramienta que uno puede tener. Destapamos nuestra fortaleza mental en el momento más crítico, en un momento de crisis. Y es esa voz interna la que en ese momento dirá lo que un coach le diría en ese instante particular al jugador. Lo más importante es crear esa historia, esa voz interna. Si no te gusta el cerebro que tienes, no lo alimentes. Hay que poner la energía en crear algo nuevo. Y en esa construcción, son importantes los rituales para cambiar esa voz interna.


-¿Cuál es ahora su relación con el tenis?

-He estado alrededor por un largo tiempo. Aún trabajo con algunos de los mejores jugadores del mundo, y tengo un centro de investigaciones en Orlando donde constantemente hacemos estudios sobre los aspectos mentales del juego. La enseñanza sobre la posibilidad de desarrollar una poderosa y positiva voz interna siento que ha sido una contribución importante. Para algunos competidores, es algo que les cambia la vida.

-¿Cuánto cambió el tenis en la parte mental desde que usted comenzó a trabajar en esto, hace más de treinta años?

-Cuando empecé, yo fui la primera persona en empezar a prestarle atención a lo que ocurría entre punto y punto. Antes se pensaba que ése era tiempo perdido. Cerca de un 70 por ciento del tiempo de un partido ocurre entre punto y punto. Entonces comencé a ver qué hacían los jugadores top en ese tiempo, en comparación con lo que hacía el resto. Y entendimos que la fortaleza mental es mucho más visible entre puntos que durante el punto. Y al entrenar lo que debíamos hacer en esos momentos, podíamos convertir al jugador en alguien más competitivo.


-¿Y en qué consiste ese trabajo entre punto y punto?

-Es prestarle atención a los rituales, el picar la pelota, el no mirar alrededor y enfocarte en lo que viene, bajar el ritmo cardiaco. Usar todo eso en lo que llamamos una recuperación estratégica. Eso fue un gran avance, y desde entonces casi todos los tenistas se preocupan por estos pequeños detalles. Y usar a los mejores jugadores del mundo como modelos es una buena estrategia. Ahora todos trabajan en estos aspectos del tenis que aportan a fortalecer y enfocar mentalmente al jugador.

-¿Se necesita un proceso de convencimiento del jugador para que abrace este tipo de técnicas?

-Muchos jugadores, años atrás, aprendían todo esto por propia cuenta. Y sospechaban sobre quienes decíamos que esto podía ser entrenado, trabajado. Pero ha sido una evolución gradual. Ahora en el tenis, como en el golf, todos tienen a una persona especializada en esto. Yo creo que hoy hay pocos jugadores ya que no se dan cuenta que el lado mental del tenis es enorme. Es uno de los deportes más demandantes del mundo desde una perspectiva mental.

-¿Y cómo se aplica el concepto de "voz interior" que usted trabaja?

-Lo que estás pensando durante el juego es lo que puede hacer la diferencia. Antes solían pensar que solo había aire moviéndose dentro de sus cabezas, pero ahora se dan cuenta cómo es el cerebro competitivo. Cómo piensas, cómo te hablas a ti mismo, tiene un enorme impacto en el intento por alcanzar tu máximo potencial. No es solo aire. Hay algo que está pasando y que es crítico para el resultado final. Esto se aplica a todos los aspectos de la vida, pero el deporte es un excelente laboratorio para trabajarlo y demostrarlo.

-Usted dijo que también trabaja con militares. ¿Existen similitudes entre el militar y el tenista?

-En ambas áreas necesitas personas muy duras, muy fuertes, que puedan manejar el stress. Y lo que yo encontré es la importancia del propósito: si encuentras el propósito correcto, tú lucharás por lo que sea. Sin un propósito, el caos reinará, en especial bajo situaciones de presión. Entonces lo primero y más importante es tratar de responder a la pregunta: "¿Por qué? ¿Por qué haces esto?" Si no tienes un propósito noble, un propósito que es más grande que tú mismo, algo que hará mejor al resto, entonces probablemente será difícil luchar hasta las instancias finales. Esto aplica a los militares, a los atletas, a las personas de negocios.


-Uno de sus sucesos fue su trabajo con Gabriela Sabatini. ¿Qué recuerda de ella?

-Gabriela es un ejemplo fantástico. Ella quería lograr algo con tanto deseo, que aceptó entrenar de una manera diferente. Y ella cumplió ese sueño al ganar el US Open '90. Curiosamente no estaba un gran momento de su carrera. Pero haber trabajado de una forma nueva durante seis meses, y poner el acento en todo lo que hemos hablado, tuvo su recompensa. Carlos Kirmayr también tuvo un enorme efecto para que ella pudiera creer en sí misma. Cambió su ambiente. Cambió internamente. Y su vida cambió.

-Ahora el tenis masculino vive una época de oro con Nadal, Djokovic, Federer y Murray. ¿Hay algo de ellos que lo sorprenda particularmente?

-Lo que ves con ellos cuatro es que son completos. Tienen el cerebro, el estado físico, la mecánica. Tienen el paquete completo. Todo eso fue adquirido por cada uno. Son atletas extraordinarios, pero nada de eso fue su standard. Ellos hicieron sus propios "upgrades", subiendo de nivel. Hay que darles ese reconocimiento, y deberían ser el ejemplo de lo que se puede llegar a lograr. Todos ellos continúan mejorando. Si tú ves el desarrollo que ha tenido Rafael Nadal, su habilidad para pasar de ser un gran jugador de clay a hacerlo en canchas duras. Eso debería inspirar a cualquiera. Pensábamos que ya había llegado a ser todo lo bueno que podría, y ahora continúa mejorando. Lo mismo con Djokovic. Y hasta Federer, en el atardecer de su carrera, está tratando de reinventarse, de encontrar nuevas formas de lograr esa pizca que tal vez le permita ganar un Grand Slam más. Esto nos lleva a entender que hay grandeza adentro de todos nosotros, si estamos dispuestos a abrir nuestras puertas y empujar los límites

-Esa fortaleza mental de Nadal, ¿viene desde su nacimiento? ¿Es correcto pensarlo de esa manera?

-No hay nada en los genes que nos otorgue esa fortaleza mental. Esto es algo adquirido y aprendido de los padres, de los coaches, del ambiente en el que vivimos. Entonces la fortaleza de Nadal debe ser atribuida a su familia, a su entrenador, a todas las personas de su equipo. Y obviamente esto es un gran mérito de él. Esto no ocurre porque genéticamente estaba predeterminado. Él lo desarrolló desde una edad muy temprana porque tuvo mentores brillantes que lo ayudaron a desarrollar esa voz interior que es el más poderoso recurso que se puede tener. Él es el ejemplo vivo de eso que yo hablo.