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Renata Zarazúa, heredera de una tradición en el tenis mexicano

MÉXICO -- Su bisabuela Rosario fue Campeona Nacional de Primera Fuerza. Su tío abuelo Vicente jugó Copa Davis durante 9 años y formó doble con las leyendas Rafael Osuna y Raúl Ramírez. Su padre José

Luis llegó a jugar de manera profesional en México. Y su hermano mayor Patricio está comenzando a probar suerte en el circuito rentado. Entonces, ella lleva el tenis en la sangre. Y hace honor a la tradición familiar, extendiendo esa simbiosis de éxito entre los Zarazúa y este deporte.

Con 16 años apenas cumplidos, Renata Zarazúa es una de las grandes esperanzas de México en la búsqueda por recuperar ese lugar perdido en el mundo de las raquetas. Y en sus inicios como profesional, su carrera parece bien orientada. Este fin de semana accedió por primera vez a una final de torneo ITF Pro Circuit. Fue en Quintana Roo, en un evento que repartió 10 mil dólares en premios y puntos para el WTA Tour. La niña que creció en Guadalajara terminó perdiendo el encuentro decisivo frente a la estadounidense Denise Muresan por 6-4 y 6-1. Pero dio un enorme paso adelante. ¿El premio? Desde la próxima semana su nombre figurará por primera vez en el ranking mundial.

"Renata es una jugadora a la que le gusta competir, y esa es una de sus grandes cualidades que la hacen diferente al resto de las niñas. No es alta, lo cual la obliga a hacer otro tipo de ajustes. Le gusta variar, combinar jugadas", explica Leonardo Lavalle, ex 51 del mundo y entrenador de Zarazúa durante dos años y medio. "Ella tiene mucha disciplina, mucha hambre de llegar temprano al entrenamiento e invertir su tiempo. Ese es el signo de un campeón".

Zarazúa nació en Ciudad de México, pero su familia se mudó a la capital tapatía cuando ella tenía 2 años. Allí, a los 3, comenzó a jugar. "Yo la llevé para que tomara su primera clase, pero el profesor de tenis me dijo que era muy pequeña aún. Yo le dije: hazla jugar al menos una vez. La vio y me dijo: déjala", cuenta José Luis.

La carrera junior de Renata ha estado marcada por los éxitos. En 2011, ella fue la líder del equipo mexicano que logró el 7º puesto en el Mundial Sub-14, en Prostejov. Esa misma temporada integró el conjunto tricolor que fue 5º en la Junior Fed Cup (para menores de 16). En este 2013, Zarazúa fue la singlista número uno de México en ese mismo certamen, y ganó 4 de sus 5 partidos en individuales, para darle el 6º puesto a su país. Es la número 63 en el ranking mundial juvenil, dando dos años de ventaja. Y sabe enfrentar adversidades, tanto dentro como fuera de la cancha.

Fue en enero de 2011 cuando los Zarazúa tomaron la decisión de dejar Guadalajara para mudarse a San Antonio, Texas. El plan era que tanto Renata como Patricio entrenaran en la Academia de Lavalle y John Roddick (el hermano de Andy). José Luis, apoyado por su esposa Alejandra, dejó su puesto como director comercial en una constructora para acompañar el sueño tenístico de sus hijos. Y los cuatro hicieron maletas. Pero una vez instalados en Estados Unidos, la salud de la menor de la familia los puso frente a un desafío ya no deportivo, sino de vida, al que debieron enfrentar unidos, como un puño cerrado.

"Nosotros nunca habíamos tenido un problema de esta magnitud. Te descontrola", cuenta José Luis

con respecto al desorden alimenticio que padeció Renata, y que la obligó a alejarse del tenis por varios meses. "Sufrimos mucho. Pero nos unió más". Lavalle coincide: "Fue muy duro. En toda carrera deportiva hay momentos difíciles, y este fue muy grande, sobre todo porque no lo estás esperando, y requiere de mucho apoyo para enfrentarlo".

Renata, con la ayuda de su familia y de expertos, salió adelante. Tampoco la detuvo la lesión en la rodilla izquierda que sufrió en el Gerry Weber Junior Open (en Alemania) a mediados de 2012, y que la llevó al quirófano. Su escaso 1,60 no ha sido impedimento para que ella encuentre los caminos de la victoria ante rivales de mayor envergadura física. "Mi estilo de juego ha ido variando, porque sé que debo encontrar maneras para ganarle a jugadoras más grandes y fuertes", dice ella. Y demuestra que sabe de lo que habla.

Esta semana, en la Riviera Maya, Zarazúa despachó a contrincantes de mayor edad y experiencia. En las semis del torneo le ganó por demolición en más de tres horas de partido a la estadounidense Ashley Weinhold, de 24 años y que en 2011 llegó a estar 181ª del mundo. "A ella le gusta competir, y lo hace bien. Tiene eso que no te enseña nadie, ni el mejor coach. Lo trae adentro de su corazón", explica su padre.

Desde hace tres meses, la familia vive en Tampa. Allí Renata y Patricio entrenan en la academia Gildemeister-Moreno. Sus nuevos guías tenísticos son los hermanos chilenos Hans y Heinz Gildemeister (el primero, ex 12 del mundo), así como el mexicano Agustín Moreno. El núcleo familiar se mantiene unido, ahora bajo el sol de la Florida. Y desde México, el quinto elemento del Team Zarazúa también sigue firme: el arquitecto Javier Sordo Madaleno, patrocinador personal de Renata, continúa brindando un apoyo financiero clave para que la carrera de la joven promesa siga su rumbo ascendente.

Para el resto de la temporada, Renata tiene planeado jugar la Copa Yucatán, el torneo Eddie Herr y el Orange Bowl, todos en la categoría sub-18. En 2014, si todo sale bien, la esperan los Grand Slam juveniles, además de una transición moderada al profesionalismo. Y más adelante, el sueño de brillar entre las mejores. Seguir alimentando la tradición tenística de los Zarazúa. Y regresar a México a los primeros planos del tenis mundial. El tenis está en su ADN. La fuerza de voluntad para sobreponerse a todo, en cambio, la lleva en su corazón.