MÉXICO -- Hoy en día duele ser americanista, irle a las Águilas, por muchos sentidos. La falta de un campeonato, la falta de buenos resultados, de buen fútbol.
Gente me comentó vía Twitter que el miércoles iban al estadio Azteca con sus playeras azulcrema y desde Periférico las autoridades les pedían que se las quitaran para evitar broncas con los aficionados de Pumas, pero el Azteca es la casa americanista.
Creo que hay varios factores por los que vimos un estadio apenas a la mitad de su capacidad, siendo que un América contra Pumas siempre debe estar abarrotado, con lleno total, pero la inseguridad que esos vándalos, locos e irresponsables de las barras crean al sólo ir a buscar broncas y que lo último que son es ser aficionado, asusta a cualquiera; además de que la crisis económica sigue, más tras unas vacaciones en semana santa, pero tampoco se puede ocultar que el americanista está molesto, no quiere ir al estadio.
Si la gente del América hiciera una encuesta real, de los llamados focus group se darían cuenta que: uno, la gente no quiere a Chucho Ramírez; dos, no les gusta el fútbol que se está desplegando. Claro que ha habido circunstancias que no se pueden controlar como lo de Salvador Cabañas y las lesiones, pero es un hecho que el presupuesto que se tiene no corresponde con esos resultados.
Me parece que Michel Bauer tiene la capacidad, las ganas, quizá ha fallado en algunas decisiones, pero también qué hubiera pasado si el ahora ex presidente del San Luis hubiera venido en lugar de Bauer, siendo que terminó saliendo del equipo potosino por causas inciertas en el manejo de este otro club de la televisora.
El América está en una crisis real, y sobre todo su aficionado porque ahora resulta que no puede ir al estadio Azteca a ver al América vestido de águila porque igual y sufres agresiones físicas o de plano no te dejan pasar.
Una lástima esta profunda crisis que tiene el americanista.
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