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Azzurro como un cielo despejado

Prandelli ya piensa en el duelo ante España Getty Images

BUENOS AIRES -- Esta vez me gustó. En serio, me gustó mucho. Cuando asumió Donadoni estaba esperanzado, pero el equipo siempre prometió mucho más de lo que luego pudo mantener. En cambio, a esta Azzurra de Césare Prandelli le veo un potencial nuevo y una actitud diferente. El azzurro, esta vez, es el mismo de un cielo despejado.

En primer lugar, con los arqueros estamos bien. Sumado al hecho de que Buffón seguramente hará dos mundiales más, Marchetti, Viviano y Sirigu garantizan el futuro y también hay coetáneos de Gianluigi, como De Sanctis o Amelia, que pueden hacerse cargo en caso de emergencia.

Además, están los jóvenes, muchos y de excelente nivel. La defensa se renovó con talentos que aún están lejos de alcanzar su máximo potencial pero ya son buenos. Por ejemplo, pienso en lo que hacía Zambrotta cuando tenía la edad de Motta o Santón y, entonces, debo suponer que éstos puedan llegar a ser mejores que aquel.

Mismo discurso por Bonucci y Ranocchia: desde hace tiempo no se veía una pareja de centrales tan bien surtida, al punto de que muchos piensan en Chiellini por izquierda, por sobre Criscito (que es bueno, ojo) y seguramente a Molinaro, que no convence a nadie. El joven Antonelli, de 23 años, que estuvo a punto de pasar a Inter en el verano y lo hará muy pronto, también me gustó, en especial por su personalidad.

Faltó decir que detrás de Ranocchia y Bonucci hay otros, como Astori (fuertísimo), Ariaudo y Canini, pero también que hay tipos de experiencia como Paolo Cannavaro, Barzagli o Gamberini (e inclusive Campagnaro, ojo), que pueden sacar perfectamente las papas del fuego en alguna ocasión puntual.

La misma abundancia, quizás con apenas un poco más de edad, está en ataque. Gilardino y Cassano son 82, es decir que pueden llegar perfectamente al próximo Mundial. Pazzini y Quagliarella tienen 26, Giuseppe Rossi 22, Balotelli 20, sin contar a Acquafresca y Pozzi, que vienen pidiendo cancha. Ojo con Ezequiel Schelotto, el jovencito (21) de Césena: será el nuevo Camoranesi, ya van a ver, inclusive con más gol.

Pero lo fundamental estuvo en el medio. De Rossi, que tiene quite, entrega, remate, golpe de cabeza y gol, la clase elegante de Pirlo y el más dinámico talento de Montolivo conforman una línea mediana que no tiene nada que envidiarle a ningún rival al mundo.

Detrás vienen Candreva, Marchisio mismo, que Lippi casi logró quemar pero en mi opnión se rescatará, pero sobretodo Aquilani, fundamental apuesta para el futuro de Juventus pero también en clave azzurra. También están Lanzafame, Lazzarri, Cigarini y varios otros de similar nivel.

Por último, el tema Antonio Cassano. Italia necesitaba un líder, alguien capaz de ponerse el equipo al hombro, algo que apareció con fuerza ya en el primer partido oficial, cuando Italia le dio vuelta a la derrota en Estonia con gol (de cabeza, increíble) y asistencia, un lujoso taco en jugada de tiro de esquina para el tanto decisivo de Bonucci, de Fantantonio, quien asumió el papel del héroe ya en la primera ocasión.

En el segundo match también enseñó el camino, con lujos, asistencias, voluntad inflexible de jugar siempre y un golazo de autor. Italia tiene su líder, un hombre capaz de mantenerse en la línea tradicional de los Gianni Rivera, Roberto Baggio, Roberto Mancini, Alex Del Piero y Francesco Totti.

Por encima, con ese ejemplo todos tuvieron ganas de jugar y golear, cosa que en Italia normalmente no se daba por el cálculo amarrete de reservarse para el campeonato. Esa actitud mezquina con esta Italia de Prandelli y Cassano no se vio en ningún momento.

Por último, invito todos a que revisen los números estadísticos de los últimos años: en setiembre, es decir con la preparación recién terminada y poco fútbol en las piernas, nunca la Azzurra pudo conseguir mejores resultados, inclusive ante equipos de envergadura similar (en cuanto a pobreza) a los de este año.

Por esto, como les decía al comienzo, estoy bastante optimista. Ahora esperemos que todos, y me refiero a todos, comenzando por entrenadores y dirigentes, sepan cuidar de nuestra liga, el Calcio, el torneo más difícil del mundo (y no lo digo como muletilla), porque en ese jardín tienen que prosperar las flores que deberán lucise con la camiseta nacional.

Ya es la hora de que los clubes vuelvan a darles espacio a los jóvenes productos del fútbol italiano. Césare Prandelli estará seguramente muy complacido con esa colaboración, al igual que todos los que se identifican con una camiseta azzurra, comenzando obviamente por mí mismo.