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Testigo de un crimen, esperanza del tenis

Pese a la desgracia, Lucas nunca dejó de jugar ESPNdeportes.com

MEXICO, DF -- Cuenta el periódico mexicano Reforma del 28 de mayo de 2006: "Manuel Gómez Ramos, entrenador de las selección de tenis de Baja California, fue asesinado ayer frente a sus pupilos, tras un incidente vial en Calzada de Tlalpan (Ciudad de México). La víctima, de 42 años, viajaba en un autobús particular con nueve niños que integran la selección, una entrenadora y tres padres de familia. El vehículo venía de Cuernavaca, donde los bajacalifornianos obtuvieron el segundo lugar en la Olimpiada Infantil, y se dirigía al aeropuerto cuando se registró el percance".

Agrega el diario La Jornada, en esa misma fecha: "Cuando el autobús transitaba por calzada de Tlalpan, a la altura de Xotepingo, un automóvil Seat Ibiza se impactó con el camión, lo que provocó que el operador del autobús detuviera su marcha. En cuanto el chofer abrió la puerta, dos sujetos armados subieron al autobús y encañonaron al conductor. Gómez Ramos se levantó de su asiento y se dirigió a la parte delantera; sin embargo, sin mediar palabra, los sicarios accionaron las armas de fuego en su contra. Los primeros informes de la procuraduría capitalina establecen que el cuerpo de Gómez Ramos presenta por lo menos siete impactos de bala".

Y remata el diario Cambio, de Michoacán: "Los deportistas que presenciaron los hechos son: Paulina Pérez Tirado, de Tijuana; José Lucas Gómez, de Tijuana; Aarón Metzer Acero, de Tijuana; Natalia Velázquez Rivera, de Tijuana; Mariel Castillo Casta, de Ensenada; Alfonso García Montaño, de Mexicali; Bárbara Fátima López Salazar, de Mexicali y Rafael Leonardo Martínez Álvarez".

Conoce la historia del mexicano Lucas Gómez

Lucas Gómez, el mejor jugador mexicano de la categoría de 15 años y una de las máximas esperanzas del tenis tricolor, es el hijo de Manuel Gómez. Y hace cuatro años, tal como testimonian los periódicos, fue testigo del crimen de su padre.

"Empecé a jugar tenis por mi papá, y él fue quien me acompañó siempre en este deporte", cuenta hoy Lucas. "Jugaba con él en el Club Britania de Tijuana. Él fue quien me llevó a la academia de Angélica Gavaldón, en San Diego. Y allí, cuando tenía 9 años, comencé a jugar más en serio".

Zurdo, de físico aún en desarrollo pero con golpes limpios y punzantes, Gómez ya tiene un nombre en las categorías menores en Latinoamérica. En México lo señalan como uno de los jóvenes con mayor potencial. Durante la última Junior Davis Cup 2010 (para menores de 16), Lucas ganó 4 de los 5 singles que disputó. Trabaja para ser profesional. Y encontró en el tenis un refugio ante la tremenda experiencia que le tocó vivir.

"Nunca paré de jugar. Nunca. Y siempre tuve gente a mi lado. Nunca estuve solo", dice Gómez, quien está iniciando su camino en la categoría juvenil, hasta 18 años. Esta semana jugó en la Copa Casablanca, un evento Grado A, de los más importantes en el calendario junior de la ITF junto a los Grand Slams. Perdió en primera rueda, dando 3 años de ventaja. Pero mostró temperamento para llevar al tercer set su partido ante el belga Romain Bogaerts.

"Yo quiero ser profesional, y para eso juego", afirma Lucas. Y nombres con autoridad creen en él. Gavaldón, ex 34 del mundo y entrenadora de Gómez durante 4 años, es una de ellas. Y Patricio Rodríguez, uno de los coaches latinoamericanos más respetados, es otro. Desde 2009 Lucas trabaja con Rodríguez, el ex entrenador de José Luis Clerc, Nicolás Lapentti y Nicolás Massú. Para ello se mudó a Chile, reclutado por El Pato. Pero a pesar de la distancia, jamás olvida a su familia, y en especial a su padre.

"Siempre llevo una foto que nos tomamos en el US Open. Fuimos dos veces juntos. Una de ellas fue en el año en que se retiró Sampras. Tengo los mejores recuerdos de él. Los mejores", cuenta Lucas, quien luego de las fiestas regresará a Santiago de Chile para regresar a los entrenamientos, retomar sus estudios y jugar la gira junior COSAT.

La pasión por el tenis que sentía Manuel Gómez, destacado abogado de profesión, hoy continúa en su hijo. Y Lucas se anima a imaginar cómo sería su vida hoy, si su papá estuviera aquí: "Me seguiría a todos lados. Hasta viajaría a Chile para visitarme. No me dejaba solo nunca".

-¿Y si le pudieras decir algo? ¿Qué sería?
-Que lo amo.