BUENOS AIRES -- "Sabés qué pasa, a ustedes los periodistas les gusta apostar con la plata de los demás, así es muy fácil". La frase pertenece a una persona muy importante dentro del mundo River. No viene al caso decir de quién se trata porque, además, la dijo en una conversación informal. La idea no es revelar al protagonista, sino más bien brindarle a usted un pantallazo bien claro de lo que hoy tienen en la cabeza todos aquellos que serán protagonistas, dentro o fuera del campo, del semestre más trascendental de la historia del Millo.
Contextualicemos, sí, el por qué de la reflexión. La charla venía girando en torno a la, a priori, aparente carencia de profundidad ofensiva en el equipo que saldrá a la cancha contra Tigre. Porque, a simple vista, no da la sensación de ser una formación que vaya a ahogar en ataque a su oponente.
Pues bien, ante la ya citada respuesta, que apunta a marcar que sin responsabilidades directas todos arriesgamos más, quedó al desnudo algo que la mayoría de los integrantes del plantel no suele decir cuando se les hace una nota: River no da por sentado que ya se salvó de la promoción.
Al contrario, este pensamiento denota que la sensación de respeto va más allá de lo imaginado. Existe una firme idea de ganar como sea los primeros partidos (y es como sea, jugando bien, mal o más o menos). Si para alcanzar ese objetivo tienen que resignar el buen juego, pues lo harán sin ponerse colorados. Como señalamos en el blog anterior, será un equipo bien utilitario y pragmático.
Hay otros detalles interesantes de esa conversación de pasillo. Uno, es que los jugadores están realmente ansiosos por empezar la participación en el campeonato. Si bien la previa a toda competencia desata un torrente de adrenalina mayor al que se soporta en la vida cotidiana, la situación inusual en la que River se encuentra potencia dicha sensación.
Independientemente de cómo lo pueda asimilar cada persona, lo rescatable es que eso habla sobre una concientización. Pese a que se observe a la promoción como una alternativa superada, íntimamente saben que sigue ahí, acechando. Lo que no debe hacer esta cruda lectura de la realidad es inhibir las cualidades técnicas del plantel.
Los argumentos que me dieron son perfectamente comprensibles, pero en el fútbol así como hay un sinfín de corrientes de pensamientos también son infinitos los gustos. Por eso no me quedé conforme con la explicación. Fui por más: "todo lo que decís está muy bien. Si las cosas van mal serán ustedes los que se liguen la catarata de insultos. Pero también es real que si Pavone tuviese un poquito más de compañía…".
Si quedaban dudas acerca de la idea que tendrá este River, la contestación final aclara cualquier interrogante: "hay equipos que ponen a tres delanteros y ni siquiera llegan al arco. Así vamos a andar bien".