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Una imagen latente

BUENOS AIRES -- La bandera argentina es como la de todas las naciones, una representación perceptible de la noción de Patria. El número 10 en la espalda de una camiseta a bastones celestes y blancos, es un símbolo no tan grandilocuente pero igualmente reconocible, de una tradición y de una identidad (futbolera) nacional.

No está bueno confundir al deporte con la Patria. Esa manipulación, que con frecuencia fustigan algunos comunicadores, sólo es funcional a quienes pretenden mantener adormecidas las conciencias de los ciudadanos. Ahora bien, en la fotografía que nos ocupa en esta entrega, esos íconos patrióticos y futboleros no solo conviven sino que se potencian y se plasman en una composición que por su textura pictórica, su economía cromática y su capacidad de síntesis, trasciende el género de la fotografía meramente informativa. Podría ser el afiche de una película o la tapa de un libro de ilustradores figurativos.

Sin embargo es una foto de prensa. Fue tomada por Maximiliano Failla de la agencia AFP, en la cobertura del regreso al país del seleccionado argentino de fútbol, tras la derrota frente a Alemania que significó su eliminación en el mundial de Sudáfrica.

Ese acontecimiento puntual, esa noticia, no está explícitamente constatada en la fotografía. Sin embargo la imagen de Failla es rica en interpretaciones. Es poética. Un movimiento centrípeto deja ver como detrás de un velo, como en una ensoñación, el pelo renegrido y el diez en la camiseta de una persona anónima de espaldas. (Hasta podría ser Diego, pero Diego va en el ómnibus gambeteando pensamientos.)

Es un anónimo hincha que quiso manifestar, a la vera de la autopista, su apoyo al entrenador argentino después de la derrota. Escuché hace poco que un autentico ídolo adquiere esa dimensión cuando, por ejemplo, marca un gol y el hincha en la tribuna o en la tele tiene la sensación de que es él mismo quien lo logra. Un poco la teoría discepoliana(*) de que es El Hincha la energía generadora y central del universo del fútbol.

Si aceptamos esta chapuceada manipulación de lo que en sicología se llama Proyección, de alguna manera es Diego, también, el protagonista de la foto. Es un Diego simbólico, en consecuencia pasible de convertirse en un estampado ideal para lucir en una remera, con esa carga emotiva, que puede ser leída como una declaración de principios de quien la viste, del mismo modo que Diego luce en su hombro un tatuaje del Che. Es decir que ese anónimo hincha de la foto podría llevar cerca de su corazón, su propia imagen convertida en símbolo. Sería una toma de conciencia de lo más interesante y en sintonía con los tiempos que corren.

Salvando enormes (siderales, de acuerdo) distancias, la imagen guarda la potencialidad de, por ejemplo, el famoso retrato del Che de Korda, incluyendo el riesgo de la banalización del mensaje, que es simple pero sincero: "Diego, estamos con vos, sobre todo en las malas, porque vos sos nosotros"
Eso fue sin dudas, lo que sucedió el día en que la selección argentina regresó de Sudáfrica y mucha gente marchó a la ruta a recibirla.

La noticia que el reportero gráfico fue a cubrir y resolvió con inspiración y maestría.

(*) En referencia a Enrique Santos Discépolo, guionista, director y protagonista del film "El Hincha" Argentina Sono Film 1951. Se consigue en DVD. Joya imperdible.