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Más de lo mismo

Los Knicks dependen demasiado de Carmelo...¿Cómo seguirán en serie regular? Getty Images

NEW YORK -- Muchos bombos y platillos en la víspera de comenzar la temporada y de momento es más de lo mismo.

Luego de añadir un centro de calidad como Tyson Chandler para conformar lo que ahora se denominan los "Broadway's Big 3" junto a Amare Stoudomire y Carmelo Anthony, e iniciar la campaña con un emocionante triunfo sobre los Boston Celtics y poner a soñar sus seguidores, los New York Knicks han vuelto a su viejo oficio de la última década: perder partidos.

La tropa que dirige Mike D'Antoni no ha demostrado todavía que es un equipo para tomarlo en cuenta en la lucha por ser campeón de la liga. Su inconsistencia en la cancha, sumado a varias bajas importantes, ha hecho que en las primeras dos semanas de acción tengan marca de 2-4, con dos derrotas seguidas tras perder el miércoles de manera abierta (118-110) ante los Charlotte Bobcats.

Esta última derrota manda una clara señal, que el equipo aun no funciona como tal, que depende demasiado de las individualidades de jugadores como Anthony, sin lugar a dudas el líder ofensivo, y de Stoudamire. Pero estos dos no han hecho "click", no se terminan de compenetrar para darle más consistencia al equipo.

Es cierto que apenas está comenzando la maltrecha temporada de la NBA, pero por ser una temporada corta, cada partido cuenta y perder no es el mejor de los lujos en una conferencia donde hay mucha competencia.

Se suponía que la presencia de Chandler haría de los Knicks una barrera dura de burlar, pero la realidad es que todavía la defensa tiene huecos. El gigante centro de 7 pies y 1 pulgada apenas promedia 6.8 rebotes por partido.

Otro punto a tomar en cuenta es las falencias en la posición de armador. Aunque el hasta ahora titular Tony Douglas ha hecho un papel más o menos decente (13.8 puntos por juego y 4.6 asistencia por juego), no es el tipo de jugador con la visión de juego para conducir los hilos del partido. Su promedio de asistencia lo dice todo.

Pero los Knicks tendrán que esperar a que el veterano Baron Davis, firmado a última hora por el sueldo mínimo, se recupere de su lesión y pueda volver a su antigua forma de superestrella. Claro, su regreso no garantiza nada, conociendo sus tendencias de tomarse a título personal - lo hizo de sobra con los Washington Wizards y Los Angeles Clippers- las decisiones de jugadas cuando los partidos están en la línea en los minutos o segundos finales.

Algo que sí hay que mencionar a favor de New York es que tienen en los jóvenes escoltas Landry Field (10.8 puntos por juego) y el novato Iman Shumpert dos jugadores que pueden hacer daño desde el perímetro y en las penetraciones al aro.

El punto es que si los Knicks quieren de verdad hacer bulla deben comenzar a ganarles a los equipos más asequibles -cosa que no han hecho- y deben hacerlo desde este fin de semana ante los erráticos Wizards (0-6) en Washington y luego a los Pistons (2-4) en Detroit.