SANTO DOMINGO -- En estos días en Santo Domingo me he convencido que no hay fanáticos más difíciles en el mundo del deporte que los del béisbol. ¡Y me incluyo!
Las opiniones sobre cómo mejorar este torneo abundan. Propuestas van y vienen. Discusiones en todos los puntos del Estadio Quisqueya, incontables palabras por televisión y radio acerca del estado moribundo de la competencia.
La noche del sábado se esperaba un llenazo en el Quisqueya. La República Dominicana mantiene una histórica rivalidad con Puerto Rico en todos los deportes, producto de la cercanía geográfica y cultural entre estas islas. Aunque efectivamente se produjo la mayor asistencia de los tres días, la capacidad del antiguo Estadio Trujillo aún quedó grande para la cantidad de fanáticos que asistieron a la gran rivalidad, con el propio equipo Escogido jugando en su casa y en un sábado por la noche.
Este parque tiene capacidad para casi 16 mil personas. Si el equipo de casa, jugando ante su mayor rival, que además es Mayagüez (la ciudad puertorriqueña más cercana a la República Dominicana) y en la capital de un país que se dice el "epicentro" del béisbol latino… tenemos un problema muy grave.
¡Muuuy grave!
Las redes sociales hoy en día nos dan la oportunidad de acercarnos a esa implacable fiera que se llama "fanaticada". Tras discusiones que vuelan por el espacio cibernético, las opiniones reinantes entre los amantes del béisbol son:
• Expandir el torneo. No hay excusa para que no se llegue a un acuerdo con Cuba y Colombia para entrar al torneo. Este sería el mayor incentive para que en un plazo muy corto Nicaragua y Panamá puedan sumarse.
• Cambiar el formato de competencia. El torneo de seis países debe ser eliminatorio. Las victorias deben conllevar a una gran final y las derrotas a la eliminación. Ningún equipo ha ganado el torneo tras arrancar con 0-3.
• Subastar la sede. No necesariamente la sede debe ser rotativa, sino en el lugar donde mejores condiciones haya.
• Unificar criterios. Si las cuatro (o más) ligas tienen la misma meta, debe haber unificación clara de reglas, condiciones y hasta calendarios. Considerar una semifinal interligas. Una liga podría ayudar a la otra.
• Apretar las tuercas con los permisos. Deben existir mecanismos para que los peloteros de cada equipo puedan asistir al torneo, del nivel que sea.
• Enfatizar el amor a la camiseta: Si es una competencia de clubes, es de CLUBES, no de países.
• Adaptarse a las economías locales: La idea es que la gente asista al parque. A mayor asistencia, mejor es el negocio y todos ganan: fanáticos, organizadores, peloteros y anunciantes.
• Difusión total. La fanaticada debe poder tener acceso a disfrutar de la mayor cobertura posible y la organización del torneo debe trabajar hacia ese fin, además de buscar opciones para tener horarios de juego más atractivos.
• Estimular el turismo: El turismo beisbolero ha decaído y es hora de retomarlo con seriedad.
Algunas de sus opiniones son:
• @josehescalonah: Un Round Robin de los 4 campeones es una sensación en cada estadio y una final interligas en un estadio neutro de 3 para ganar 2. Aseguro todos ganan.
• @HugoAlfonso1: No se necesitan grandes nombres para presenciar un buen juego de beisbol. Es un deporte de muchas alternativas en todo caso.
• @LeandroPenaM: Es que a las gradas le subieron un 200% Antes costaban $100 pesos y ahora en las SC cuestan $200 pesos. El pobre no aguanta!
• @jofrangot: No debemos quedarnos en el pasado, pero de verdad q la calidad de los jugadores le quita mucho atractivo a la #SeriedelCaribe.
• @ArnaldoMLC: ¿Amor a la camiseta? yo ya estoy cansado de ver a Venezuela perder en cada momento por que la MLB le quita los jugadores para ir a la Serie del Caribe.
• @Salomontime: Están a tiempo de buscar una solución. Cuba y Colombia deben participar porque tienen el nivel y la capacidad de competir con estos equipos.
El primer paso para un cambio es la expansión o inclusión de más países. La Confederación de Béisbol del Caribe no puede tapar más el sol con un dedo alegando que la calidad de las ligas actualmente participantes es mayor a las aspirantes. Sin embargo, los equipos que acuden a este torneo no representan el nivel que en algún punto de la temporada invernal se alcanza en cada circuito, ni tampoco tienen realmente el potencial ni química que consiguen para alzarse con las coronas de sus respectivos países.
Ni hablar de los refuerzos. Una figura que en el pasado se impuso para incluir al mejor talento disponible de los demás equipos con el fin de elevar el nivel de la competencia y aumentar la presencia de figuras de liga mayor. Como ejemplo, en esta Serie del Caribe, los Tigres de Aragua, con tres derrotas al hilo están bien lejos de demostrar la calidad de la pelota venezolana. De hecho, los equipos venezolanos exhiben marca de 3-12 en las últimas tres contiendas.
Y por otro lado, los Leones del Escogido decidieron no tomar como refuerzo a Miguel Tejada, el pelotero de mayor nivel disponible para jugar, quien además representa un gran atractivo comercial, aparte de ser el líder de cuadrangulares en la historia de este torneo.
La intención nunca será acabar con este torneo sino transmitir la fuerte necesidad de transformación de este Clásico. La tradición de nuestro béisbol está tan arraigada que aún y con años de golpes y destajos, la plena boricua, la alegría mexicana, la pasión venezolana y el talento dominicano siguen presentes, así sea a medias.
No sé hasta cuando, pero tampoco quisiera saberlo.