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Chivas, Pumas, el verdadero riesgo


En plena crisis los dos equipos que se la juegan con jóvenes, que apuestan por su cantera y que cerraron las puertas a contrataciones podrían estar considerando un cambio radical de política. Quizá no tanto Pumas que finalmente ha cumplido con su cometido de ser campeón en la última época, pero en Chivas, Jorge Vergara, dice que si la cosa no mejora, buscará los refuerzos apropiados.

LOS ANGELES, California -- El del lunes no fue un buen amanecer para aquellos equipos que ponen la muestra sobre la cancha en cuanto a las fuerzas básicas y a la utilización de jóvenes. No fue un amanecer brillante para dos instituciones que habían cambiado las reglas del juego, que habían intentado apostar por lo que producen en casa, que habían dado un impulso a su propia sangre y que habían cerrado las fronteras a contrataciones del exterior.

Chivas y Pumas están en crisis, lo dice la cancha, lo dice la tabla general, lo dicen los síntomas, lo dicen las reacciones...

El peor inicio de un torneo en la historia del club, el momento más amargo en la era de Jorge Vergara como dueño está pesando sobre Chivas, el colero general del Clausura 2012.

Un nuevo revés, la tercera derrota en seis partidos, esta vez en casa, en el sagrado Olímpico Universitario ante el modesto Puebla, ha puesto a Pumas contra las cuerdas demasiado pronto en el campeonato.

Los dos parecían muy orgullosos en el verano y luego en el invierno de volver a dejar en blanco la casilla de "refuerzos" durante la pretemporada. Había sido una decisión consensuada, debidamente meditada, analizada, discutida en las entrañas de ambos equipos: la prioridad era darle salida a los jóvenes, alentar las fuerzas básicas y no salir a un mercado que lo único que haría es aumentar los números rojos de las instituciones. El reporte indicaba, además, que aunque podrían encontrar contratiempos, al final, saldrían desplegando las banderas del éxito.

Pumas y Chivas no sólo tienen la etiqueta de "grandes", no sólo arrastran una poderosa campaña pasional, también tienen la obligación moral de apostar por el título en cada torneo. Hoy, juegan bajo la presión de sus pueblos, de la crítica y de la lamentación por ver frustrados sus sueños crecimiento y de grandeza.

Comprendo, entiendo perfectamente bien que la desesperación alcance hoy niveles dramáticos tanto en Chivas como en Pumas. Es lógico que reaccionen con tal vehemencia ante el fracaso que están afrontando, pero insisto, lo peor sería dar un golpe un timón, un cambio brusco en el rumbo, una transformación cuando en apariencia habían indicado el camino que debían seguir los demás, el camino que debía seguir el futbol mexicano.

Espero que no sea un fracaso. Tan sólo un contratiempo.