<
>

El día de suerte de Ervin Santana

Ervin Santana tuvo su día de suerte en los entrenamientos de los Angelinos. Jeff Gross/Getty Images

TEMPE, Arizona -- Pudo haber sido peor para Ervin Santana. Pero era su día de suerte.

El lineazo que le pegó en el hombro durante la segunda entrada del partido del miércoles fue bateado por Alexei Ramírez, de los Medias Blancas de Chicago, y no por Vladimir Guerrero. Unos centímetros a la izquierda y la bola se hubiese estrellado en cabeza, unos centímetros más arriba, a la derecha y le pegaba en la misma base del hombro.

No. Era su día de suerte. La bola le pegó en ángulo hacia la parte derecha del brazo y hasta pudo recuperarse para tirar hacia primera y dar el out. Terminó con un hematoma, pero nada que un poco de hielo no pueda solucionar.

"Uno no está esperando ese momento", dijo el lanzador de los Angelinos de Los Angeles, sobre lo que sintió al ver una bola a toda velocidad en camino hacia su cabeza. "Pero la pude esquivar a tiempo y por suerte me dio en el hombro, porque esa línea iba directo para la cara".

La mayor preocupación del derecho dominicano después del batazo era simplemente "asegurar primero el out". Luego vino la de su valioso hombro, el mismo que le ha ayudado a ganar 87 partidos en las mayores, incluyendo 28 en las últimas dos temporadas.

"Comencé a estirarme de inmediato y ya sabía que no tenía nada grave, porque podía mover el brazo", recordó. "Pero fue cuando Mike Scioscia me sacó, ahí fue que comencé a sentir dolor. Como fue en el lado del brazo, sabía que no era nada para preocuparse".

Las líneas de vuelta al montículo son el peor enemigo de los lanzadores. El ejemplo más célebre es el de Herb Score, quien ganó 20 partidos en 1956, pero un lineazo de Gil McDougal acabó con su carrera en segundos. Casos más recientes, que se han visto en vivo y a todo color como el de Bryce Florie y Joe Martínez han tenido resultados similares.

Santana lo sabe, y hasta tiene un bateador al que no le hubiese gustado ver en esa situación por su puntería con esos batazos.
"Vladi, sin duda", comentó sin pensarlo demasiado, refiriéndose a Guerrero. "Te duele como quiera, pero Vladi ya le ha pegado a dos gentes en la cabeza... y eso es terrible".

Gracias a sus buenos reflejos, y a que era su día de suerte, es posible que Santana esté en la loma para su próxima salida asignada en la primavera.