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Sigue siendo el rey del polvo

BUENOS AIRES -- Hoy hablaremos específicamente del duelo entre Rafael Nadal y el serbio Novak Djokovic en la definición del Masters 1000 de Monte-Carlo. Fue una final especial, en la que Nadal estuvo al máximo de sus posibiliades y en la que se vio a un Djokovic "vacío por dentro". Es decir, el serbio intentó desequilibrar con sus tiros a un rival que estaba muy sólido desde el fondo de la cancha, pero sin dudas no estaba al cien por ciento desde lo mental.

Probablemente la noticia que cambió su semana -la muerte de su abuelo, una muy apegada a él- no lo dejó estar al máximo de su concentración en ningún partido. Sin embargo con la calidad de sus golpes pudo llegar a la final. Claro, allí se encontró con un "frontón inteligente".

Nadal, que casi no cedió puntos con su servicio, varió muy bien su clásico saque abierto co slice, con primeros servicios al cuerpo del serbio para no darle ángulo a la devolución. Desde allí buscó tomar el mando del punto, dominando con su derecha con mucho peso de bola, generando altura y profundidad con sus tiros.

La otra diferencia clara fue de continuidad: hubo total solidez del lado de Rafa y muchas intermitencias en el juego del serbio.

En el game del 3-5, Nadal jugó parado muy atrás, pero devolviendo muy profundo y defendiendo con gran puntería para encontrar al revés de Nole, golpe con el que el número uno del mundo cometió 6 errores no forzados en el primer set. En realidad, esos errores que la computadora marca y se ven como no forzados se dan por la impotencia de tener enfrente a un Nadal sin errores que trajo cada pelota como si fuese la última y defendió con intensidad para obligar a Nole a buscar el winner un metro más atrás de lo normal.

La tónica fue la mencionada: Rafa jugando con muchísima intensidad en todos los tiros, contragolpeando, y Djokovic parado más cerca de la línea buscando atacar.

Nole buscó variantes como el drop shot, pero Nadal se mostraba rapidísimo, tomaba la pelota arriba de la red y definía con top, cruzado. Si el serbio intentaba saque y volea,Rafa no daba tregua y aprovechaba cada oportunidad para pasarlo en la red y seguir sumando games y quiebres de saque. El mallorquín devolvió los segundos saques con muchísima altura y con efecto en sus tiros sobre el revés de Nole, al que le faltó paciencia para enfrentar este duelo.

En cuanto al servicio, Rafa tiró muchísimo con el primer saque pese a su bajo porcentaje en el segundo set, y molestó con la carga de slice en su segundo saque. Es algo que el español sabe hacer: logra una gran colocación y un efecto que hace saltar la pelota hacia el costado de manera impresionante.

La realidad es que, atacando de manera solidísima con su drive y defendiendo como sólo él sabe hacerlo, Nadal opacó el tenis agresivo de Nole haciéndolo cometer muchos errores y demostrando que sigue siendo el rey en canchas de polvo de ladrillo.

Ganó Monte-Carlo por octava vez: fue campeón aquí cada vez que jugó desde los 18 años. Llegó a su Masters 1000 número 20. Sencillamente, un récord impresionante.