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Seriedad y humildad que valen respeto

BUENOS AIRES -- Tienen la Champions entre ceja y ceja. Así lo confirmaron en las últimas horas Leo Messi y Javier Mascherano. Los jugadores del Barcelona siguen sin digerir la eliminación de la máxima competición europea de la temporada pasada. Continúan convencidos los muchachos de Tito Vilanova de que en las semifinales fueron mejores que el Chelsea. Por eso, andan ya obsecados en reparar tal injusticia este curso, así que la hinchada azulgrana se frota las manos.

Tras escuchar el parecer de la estrella sobre el campeonato que viene, en la mañana del jueves los periodistas que siguen la actualidad del Barcelona celebraron la comparecencia de El Jefecito en la sala de prensa. Desde su habitual sentido común, Mascherano también habló de River y de la selección argentina.

Javier se ha ganado el cariño y respeto del vestuario y de la afición del Barça por su profesionalidad, entrega y humildad. Por todo ello también, el club le ha ofrecido la ampliación de su actual contrato, que vence en 2014. El acuerdo, está al caer.

Al argentino se le ve feliz en el Camp Nou, totalmente adaptado a su nuevo puesto de central. Tanto, que asegura que ahora mismo se siente "más cómodo" jugando ahí que en el mediocentro. En la albiceleste, dice, es otra historia. El seleccionador lo quiere en la medular.

Al ex jugador de River no le alcanza con una hora de rueda de prensa para agradecer a Pep Guardiola todos los conceptos que le inculcó y que han favorecido su crecimiento como futbolista. Forzó su salidad del Liverpool para ganar títulos en el Barça y entiende que, a pesar de perder dinero en el camino (para que el equipo azulgrana pudiera pagar su traspaso, se rebajó el sueldo respecto a lo que cobraba en Inglaterra), aquella fue la decisión más acertada de su vida deportiva.

En el conjunto catalán ha aprendido a tener paciencia, a entrenarse al máximo a la espera de una oportunidad: a aprovechar la ocasión el día que el entrenador le diera un puesto en el equipo. Y lo hizo tan bien, que llegó a ganarle la partida a Gerard Piqué, que, descentrado, vio como Mascherano se convertía en el mejor central del Barcelona el curso pasado.

El Jefecito también ganó peso en el vestuario, donde sentó muy mal un desafortunado comentario de Xabi Alonso hacia el argentino durante la serie encadenada de clásicos que encendió la relación entre ambas plantillas hace ya un par de temporadas.

A Messi, además, le encanta tener cerca a Javier, compañero y amigo que anda convencido que si alguien merece el próximo Balón de Oro es La Pulga. A parte de Messi, Mascherano votaría para el podio de este galardón a Xavi e Iniesta. Otros dos que anhelan levantar pronto la orejuda.