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El mayor y peor contrato del béisbol

Apesar de su buen presente con los Yankees, el paso de Alex Rodríguez por los Rangers no fue tan fructífero Rob Carr/Getty Images

Si el objetivo al contratar a un jugador, sea el deporte que sea, es ganar campeonatos, la vida está llena de ejemplos en que los dueños (y los gerentes generales) han echado el dinero al inodoro.

En el 2001, el entonces dueño de los Rangers de Texas, Tom Hicks, sacudió al mundo de las finanzas deportivas al anunciar el convenio con el entonces mejor pelotero del mundo, Alex Rodríguez, por 252 millones de dólares por las siguientes diez temporadas.

Entonces, A-Rod tenía 25 años y aún no había llegado al pico de su carrera, que al parecer, sería más alto que el monte Everest.

El contrato de Rodríguez superaba por 63 millones el que ese mismo año los Yankees de Nueva York le habían concedido a su líder indiscutible, el campocorto Derek Jeter.

También sobrepasaba por 92 millones los 160 millones que los Medias Rojas de Boston pactaron con el toletero Manny Ramírez.

No se trataba de una diferencia lógica. Era la Danza de los Millones, una cifra absolutamente impensable hasta el día antes en que se anunció la magnitud del acuerdo.

Hicks pensaba formar una banda que demoliera a cuanto rival se le pusiera delante, pues el pelotero de origen dominicano se uniría a los toleteros puertorriqueños Juan González e Iván Rodríguez, así como al cubano Rafael Palmeiro, entre otros.

Pero antes de que se secara la tinta de la firma, pronto se evidenció que un contrato tan salvajemente alto era un error descomunal.

Texas, que en los cinco años previos había ido tres veces a la postemporada, de pronto se convirtió en un equipo perdedor.

Sólo en el 2001 la asistencia creció en relación al año anterior, un nueve por ciento. A pesar de la poderosa alineación ofensiva, el pitcheo dejaba mucho que desear, incapaz de aprovechar el apoyo recibido de los bateadores.

De hecho, al invertir tanto dinero en su nueva estrella, no había muchos fondos para reforzar el cuerpo de lanzadores.

Con 73 victorias y 89 derrotas, los Rangers fueron últimos en la división del Oeste.

Alex Rodríguez cobró los primeros 22 millones de su contrato y tuvo una gran campaña individual, al encabezar la Liga Americana en carreras anotadas y jonrones, pero su equipo fue un desastre.

Un año después, las cosas fueron peor. La asistencia al parque cayo un ocho por ciento y el equipo volvió a quedar en último lugar de su división, con un triunfo menos y una derrota más que en 2001.

A-Rod volvió a embolsillarse 22 millones, pero el propietario siguió sin ver al equipo ganador que esperaba conformar alrededor de su tan promocionada contratación.

Para 2003, Texas tuvo que deshacerse de su cátcher estelar Iván Rodríguez, pues no había plata para retenerlo. A-Rod se tragaba casi la cuarta parte de todo el presupuesto disponible.

Así que "El Pudge" se fue a la Florida y terminó ganando la Serie Mundial del 2003 con los Marlins.

Entretanto, Alex, con 22 millones más en su cuenta bancaria, resultó el Jugador Más Valioso del joven circuito, pero sus Rangers no salieron del último lugar, esta vez con balance de 71-91, en tanto la afluencia del público al Ballpark de Arlington volvió a descender otro nueve por ciento.

Al final de la campaña, Texas se convenció de que comprometer tanto dinero en un solo jugador había sido un disparate y consiguieron despacharlo al único equipo capaz de asumir semejante responsabilidad: los Yankees de Nueva York.

En términos de dinero, los Vigilantes había empleado 66 millones en un único pelotero, que a la larga no los ayudó a ganar nada.

Rodríguez cobró un promedio de 135,802 dólares por partido en sus tres años en Texas. Unos 36 millones 666 mil dólares se los pagaron por juegos en que el equipo perdió. Sólo alrededor de 29.5 millones reportaron victorias.